Los residentes suben a sus casas, situadas encima de las lápidas de un cementerio de Manila. Muchas personas pobres viven junto a las tumbas y mausoleos, aunque el gobierno pretende trasladarles.
En la capital de Filipinas hay varios cementerios, pero ninguno tan insólito como el de Navotas, cuya fama atrae a los viajeros más intrépidos.
Navotas es una popular ciudad de Manila, situada en la bahía y frecuentemente azotada por violentos tifones. La austeridad inunda casi todas las calles, donde los terrenos próximos a la costa son un infinito asentamiento de precarias casas, no muy lejos de los rascacielos de la zona financiera. No tiene mucho de turístico, sin embargo, aquí se adentran los viajeros más intrépidos para ver un lugar insólito: su cementerio.
Su campo santo, ese lugar supuestamente destinado al reposo de los muertos, es aquí un lugar muy distinto. Al entrar, uno se encuentra con un ajetreado asentamiento lleno de familias que, al no tener hogar, decidieron instalarse aquí. La normalidad reina como en cualquier otro barrio manileño y decenas de niños juegan entre las lápidas blancas, tumbas y mausoleos, grabadas con apellidos españoles. Los pequeños son la alegría del cementerio y muestran su casa con orgullo. Al contrario que en otros muchos sitios de Manila, aquí no se piden limosnas.
Recorriendo la calle principal se ven decenas de pequeños grupos, normalmente jugando a las cartas o simplemente contemplando con atónita mirada al extranjero. El cementerio cuenta con una plaza principal, un lugar muy transitado donde algunos vecinos pasan las horas charlando sentados en las sepulturas. Más adelante se encuentra un popular puesto de helados, una pequeña tienda, una concurrida mesa de billar y una abarrotada cancha de baloncesto, sede de interminables partidos, rodeada de nichos que ejercen a su vez de gradas.
Se queda uno sin palabras viendo ésto…
Te pongo aquí la contestación a mi post, si no te importa. Jubi, ya conozco tus dotes de investigador. Efectivamente, la primera escultura está en la entrada del Mercado de Africa (me gusta ese nombre), y la segunda está muy cerca, por encima del Teatro Guimerá y al lado del paso del tranvía, en una placita llena de pensamientos (casi siempre). Por allí pasaba yo todos los días cuando salía al desayuno de la oficina (trabajaba en la Avda. Buenos Aires). Muchos abrazos.
Ligia Desgraciadamente cada uno vive donde puede sin importar que los vecinos no estén en el país de los vivos, seguro que no les molestarán.
Gracias Ligia ya la he localizado, lo que no sabía es que había tranvía en Tenerife.
Para que veas que he viajado hasta allí y he vuelto acabo de hacer una foto y te dejo el trípode con la cámara por si quieres moverte por allí.
Un gran abrazo.
P.S. Dentro de una rato volveré a viajar, para recorrerme la Avda. Buenos Aires, que estoy enchufado en las lineas aéreas y no me cobran el billete.
Ja, ja, Jubi, ya veo, esto del Google Map es impresionante, tal cual como si estuviéramos paseando en persona… Abrazos
Ligia Nunca se me olvidará un comentario tuyo que decía : Entré en Google Maps con las referencias que das y me he sorprendido. Un poco más y te veo en la ventana del Hospital Lozano Blesa… Dime si estoy en lo cierto y dime cómo estás. Espero que todo vaya bien. Abrazos era en esta entrada, me sorprendió lo rápida que fuiste al localizar el sitio donde me encontraba.
Veo que tu también estás enchufada en los viajes por avión.
Un abrazo
Es diferente a todo, o casi todo que si soy absolutista luego dices que me retracto de mis afirmaciones. No tenía ni idea y alguna vez he buscado información sobre cementerios curiosos y no lo vi. Se acerca el día de todos los santos y el de los difuntos, ellos no tiene que ir a visitar a los suyos.
PD.1 Si no te importa guardo la información para en un futuro seguir con mis Pps. sobre cementerios.
PD.2 Se que tu no dejarías que me hundiera.
Abrazos
Ester Hoy estoy elucubrando con algo que he leído Y los días “sin” Debe ser con…
Tengo varias opciones alguna no muy apropiada para un blog, así que espera que me me decida por alguna y diré algo.
Puedes hacer lo que quieras con el cementerio, no hay ningún problema.
Abrazos.
Noticias de última hora : Por salvar a una mujer que estaba practicando el subwing, un jubilado quijotesco se ha lanzado al mar a salvarla y desgraciadamente han perecido los dos.
Sorprende un poco al principio, pero no es de extrañar, los pobres viven donde pueden, lo peor es el turismo creado a cuenta de la miseria… 🙁
Salud
Genín Y si el turismo sigue, seguro que a la entrada cobran una tasa para poder entrar, siempre que no vengan con un cadáver arrastras para ocupar una «vivienda» definitiva.
Manila es una de las ciudades de mi lista, para no visitar jamás. No es esconder la cabeza para no verlo, es que no podría ni comer. Se ve que la necesidad es infrahumana. Un amigo que si ha estado, me contaba que ente la zona hotelera de Manila y el resto de la ciudad, está acordonada por el ejército, y a un así, van a los hoteles los padres con las niñas para ofrecértelas. Que mas les va a dar vivir en el cementerio.
Jesus No conozco Manila, pero si que conozco Venezuela y en los alrededores de Caracas es un sitio que entonces, año 1978, no nos atrevimos a entrar, los taxistas no nos hubieran llevado ya que el «peaje» que los maleantes les obligaban a pagar no les compensaba el viaje, y por supuesto nosotros teníamos que salir a ser posible andando, no con los pies por delante.
Imagina ahora con la corrupción existente.
¿De qué nos quejaremos los demás?
Calandra En ocasiones nos quejamos de vicio. Si pensáramos un poco como viven los más pobres, quizás no diríamos nada.