Sintra es el sitio de inspiración para cientos de miles de viajeros y turistas anualmente. No en vano la UNESCO declaró el lugar como patrimonio de la humanidad en 1995, por considerarlo uno de los primeros y más importantes “centros de la arquitectura romántica europea”.
Desde tiempos ancestros, Sintra ha sido considerado como un lugar mágico para los habitantes y visitantes del lugar y lugares como A Quinta da Regaleira, refuerzan esta idea.
Fue conquistada por Alfonso I de Portugal a la Taifa de Badajoz en 1147, después de la toma de Lisboa quien recibió fueros de ese mismo rey el 9 de enero de 1154.
¿Quién fue José Alfredo da Costa Azevedo? Se trata de un «buen hombre» de Sintra. Así se refieren a José Alfredo da Costa Azevedo, historiadores como Cardim Ribeiro o Vítor Serrão. Los llamados «hombres buenos» son personas que aman y defienden su tierra, sus costumbres y su gente. José Alfredo hizo así: investigó, escribió, dibujó, pintó, y luchó por la defensa del patrimonio de Sintra!
Casa Piriquita : La panadería que más tarde sería conocida como Piriquita fue fundada en 1862, trabajó allí Amaro dos Santos, un panadero de oficio y su esposa Constância Gomes.
El nombre Piriquita proviene del apodo que el Rey Carlos I le dio a Constância Gomes, basado en su baja estatura. Fue el rey Carlos I quien animó a la pareja a hornear las famosas Queijadas, disfrutaba del dulce durante sus veranos en Sintra. El éxito fue inmediato y rápido, la panadería se convirtió en pastelería.
¿Que son las queijadas? : Unas tartas de tamaño reducido que dentro llevan una cremosa y suculenta mezcla de queso fresco, huevos, nata y azúcar. Con un poco de canela por encima ya son maravillosas.
Se pueden encontrar en muchos lugares pero si hay una pastelería que destaca por encima de cualquier otra es sin duda Piriquita, en el centro de las empinadas calles de Sintra. Allí las llevan haciendo con una receta antigua desde 1862. ¡Más de 150 años de historia gastronómica que ha pasado a través de las generaciones!
Fuentes consultadas : Lisboando.com, Wikipedia, Diario del Viajero.
Había imaginado la pastelería de otra manera y los dulces tienen una pinta estupenda ¿te comiste muchos? Un abrazo Emilio
Ester En realidad no entramos en la pastelería, hice la foto ya que me llamó mucho la atención y luego me enteré que los pastelitos que habíamos desayunado en una cafetería al inicio de la mañana era las famosas queijadas, no te digo cuantos, pero sin saber que eran exactamente, repetimos los cuatro.
Un abrazo
Que ricas…
Si yo las pillara ahora… 🙂
Salud
Genín He probado a mandarte alguna por internet, pero al llegar al cable se atascan y no las deja pasar, lo siento.
Saludos
Gracias por el paseo. Pena no poder comerme una de esas quiejadas.
Calandra Te iba a decir que te acercaras un momento, pero acabo de ver que te cae un poco lejos a unos 797 kilómetros, unas 7 horas y media en coche.
Nos has alegrado lo ojos y puesto los dientes largos.
trimbolera Bueno como hace ya tanto tiempo, a mi también se me han puesto los dientes largos y he empezado a segregar jugos gástricos.
Un descansado paseo, desde luego. Y bien endulzado, imaginariamente, con ese gustoso postre.
Una mirada… En realidad el paseo fue matar un rato el tiempo y más descansados visitar otro palacio. El postre lo comimos al desayunar cuando en realidad todavía no sabíamos que era.
me ha encantado leerte y ver tus imagenes
Mucha Gracias, lo de leer es una recopilación de diversas fuentes que aparecen al final, las fotos son mías, menos un par de ellas.
Un saludo
Una arquitectura precios, no me extraña que la Unesco la declarara Patrimonio de la Humanidad .
En cuanto a las queijadas tienen buena pinta pero como no me gusta el queso, las dejo todas para ti 🙂
Bonitas fotos.
Un beso.
Nélida El municipio de Sintra y sus palacios, merecen la pena visitarlos con tiempo y estar un par de días de visita.
Nosotros comimos la queijadas en el desayuno, en una cafetería frente al palacio nacional, entonces solamente las pedimos por ver a que sabían esos pastelitos, por supuesto no conocíamos sus componente ni que fueran famosas en el pueblo, a mi el queso tampoco me guata mucho y sin embargo repetimos los cuatro, posteriormente es cuando nos enteramos donde las hacían y su composición.
Un beso
Sí que ha de ser mágico. Como lo es, el observar un poblado, desde la cima.
Y me voy después de saborear contigo, una queijada y tan buenas imágenes.
Un besito de anís.
Sara O. Durán Sintra es un pueblo que merece la pena visitar ya que tiene demasiadas cosas para dejar que pasen inadvertidas.
Lo de las fotos, no es cosa mía, las hace la cámara que es una sencillita y compacta y la llevo a todos los sitios.
Un beso