Un joven llevó a su padre a un restaurante para disfrutar de una deliciosa cena. Su padre ya era bastante anciano, y por lo tanto, un poco débil también. Mientras comía, un poco de los alimentos caía de cuando en cuando sobre su camisa y su pantalón. Los demás comensales observaban al anciano con sus rostros distorsionados por el disgusto, pero su hijo permanecía en total calma.
Una vez que ambos terminaron de comer, el hijo, sin mostrarse ni remotamente avergonzado, ayudó con absoluta tranquilidad a su padre y lo llevó al sanitario. Limpió las sobras de comida de su arrugado rostro, e intentó lavar las manchas de comida de su ropa; amorosamente peinó su cabello gris y finalmente le colocó bien las gafas.
Al salir del sanitario, un profundo silencio reinaba en el restaurante. Nadie podía entender cómo es que alguien podía hacer el ridículo de tal manera. El hijo se dispuso a pagar la cuenta, pero antes de partir, un hombre, también de avanzada edad, se levantó de entre los comensales, y le preguntó al hijo del anciano: “¿No te parece que has dejado algo aquí?”
El joven respondió: “No, no he dejado nada”. Entonces el extraño le dijo: “Sí has dejado algo! ¡Haz dejado aquí una lección para cada hijo, y una esperanza para cada padre!” El restaurante entero estaba tan silencioso, que se podía escuchar caer un alfiler.
Uno de los mayores honores que existen, es poder cuidar de aquellos adultos mayores que alguna vez nos cuidaron también. Nuestros padres, y todos esos ancianos que sacrificaron sus vidas, con todo su tiempo, dinero y esfuerzo por nosotros, merecen nuestro máximo respeto.
¿Ha dejado internet tu hijo?, me dan muertos todos sus blogs
anarkasis Si, ha dejado todo, los blogs, facebook y cualquier red social que posiblemente ni siquiera yo conozco. Está preparando oposiciones y no desea que internet, se interponga en su camino.
Lo siento.
Un saludo
Le desea suerte de mi parte, y le da un cordial saludo.
Anarkasis Se la he dado en tu nombre.
Un saludo de su parte.
Si fue una gran lección. Una hermosura de hijo. Y de padre que le enseñó esos valores.
Un abrazo grande. Ahora te invito a tomarnos una limonada o un helado. Que estamos con otoño de nombre. y verano en funciones.
Besos.
Sara O. Durán Así deberían de ser todos los hijos.
Mejor te lo cambio por una café con leche bien calentito, que con 1º bajo cero que estamos a las 8 de la mañana en Zaragoza, el helado no apetece.
Besos
No entiendo que nadie se sorprendiera de que al padre se manchara, ni tampoco que les pareciera algo inusual que su hijo le lavara y peinara, es lo normal, lo que haríamos todos Pero como lección está bien. Un abrazo
Ester Esto debería de ser lo normal, pero hoy en día hay demasiados hijos que poco menos abandonan a sus padres.
Un abrazo
Me encoge el corazón, quiero creer que aún hay corazón, pero desafortunadamente no es común, no soy la persona adecuada, para pensar esto
Digo muchas veces qe soy priviligiada, pero que tampoco es común, que yo lo veo normal, si, pero hoy, ese padre, como yo, y alguno más, digo alguno, porque puedo preguntar a diez, y hago pleno, o diez, y tengo la mitad, ¿tengo razón?
Siempre lo digo, y lo repito, me puedes contradecir si no estas de acuerdo, seguira mi amitad
un abrazo
Maria Jesus Ruiz Alonso Tienes razón no todos los hijos se comportarían como el de la historia. Al ser un relato ficticio, está un poco forzado, sin embargo habrá muchos hijos que efectivamente se extrañarían.
Un abrazo
Ojalá cundiera el ejemplo…
Pero esa actitud hay que sentirla en lo mas profundo, no se aprende…
Salud
Genín De vez en cuando hay que traer algún pequeño relato de este tipo para que nos recuerde lo que nos puede pasar, si no hemos sabido inculcar esta actitud en nuestros hijos.
Saludos
Esa lección deberían de aprenderla muchos hijos hoy en día ya que cada vez se abandona mas a las personas mayores.
Calandra Lo malo es que hoy muchos hijos, leen excesivamente poco y se dedican más a chatear con el móvil olvidándose del resto.
Yo también me encuentro en esa manga de la vida en la que empiezo por sentarme un tanto alejado de la mesa y por ello prodigo de manchas de aceite y vino camisa y pantalón pues también me falla la eficiente colocación de la servilleta; mientras mi mujer y mis hijos me dan los consejos pertinentes para evitar tales desaguisados. Pero todos lo llevamos con muy buen talante.
Frajayo ¿Manchas de aceite? Toda la vida las he llevado yo, ya conoces mi afición por desarmar todo lo desarmable, tratar de volver a montarlo lubricando en la mayoría de los casos con aceite para que funcione más suave, las manchas de óxido, y el polvo acumulado de los cacharros que he toqueteado, nunca me han dejado limpia la ropa. Con respecto al resto, seguro que todo llegará.
Un buen ejemplo de hijo que ya se ve poco, por desgracia. Abrazos
Ligia Deberíamos de ser todos así, pero cada vez nos prodigamos menos, la falta de educación y las malas costumbres nos van invadiendo.
Un abrazo
Pues muy recientemente me ha pasado lo contrario con un pariente lejano. Un muchachote ya con cincuenta años, y que por una deficiencia mínima no ha pegado un palo al agua en toda su vida, vino a afearme delante de su madre, que se habia comido una fruta madura y le habia caído por el sofá y el suelo. No pude decirle lo que pensaba porque me habrñia prohibido volver a ver a su madre. Pero me dió una verguenza…
jesus En ocasiones, casi sin venir a cuento alguna persona nos pone en una situación embarazosa, eso creo que nos pasa a todos.
Me recuerda a un anuncio en el que un padre y su hijo están sentados junto a un árbol y el padre le pregunta al hijo varias veces la misma cosa. Cuando el hijo se desespera y le contesta mal, el padre se levanta y le enseña un diario en donde se narra que el hijo le preguntaba la misma cosa varias veces cuando era niño.
Tendemos a olvidar de dónde venimos y quién nos ayudó a ser lo que somos, pero si lo pensamos con calma descubrimos las deudas que tenemos sin pagar.
Tawaki Este si que lo tengo, pero no he sido capaz de encontrarlo y es que entre 5.721 entradas que hay en el blog es cada vez más difícil localizar algo en concreto.