Si, tengo miedo, tengo miedo del coronavirus, no me da vergüenza reconocerlo, ayer un compañero y amigo de los que nos reuníamos los miércoles a almorzar, me manda un wasapp diciendo que su mujer lleva ingresada en la UCI del Royo Villanova de Zaragoza 8 días, inmediatamente le llamo por teléfono y me cuenta.
Se encontraba mal, decaída, sin apetito, sin fiebre, pero se decidieron llamar al médico de cabecera, éste por teléfono les hace una serie de preguntas e inmediatamente les sugiere que se queden en casa y les manda una ambulancia medicalizada.
Mi amigo ignora como se infectó su mujer, ahora no puede hablar con su marido, el médico que la atiende en la UCI llama a mi amigo todos los días, le dice que va mejorando, que seguramente saldrá adelante.
No la han podido visitar, no pueden hablar con ella… en casa se encuentran acojonados, ni a el, ni a su hija que conviven en la misma casa les han hecho la prueba por si están infectados, piensan que aunque de momento no tienen ningún síntoma, seguro que han contraído la enfermedad.
Yo salgo a comprar una vez por semana, en coche, ya que la compra es muy grande, trato de seguir a rajatabla todas las normas para no contagiarme, pero… el miedo no me abandona, esos tres cuartos de costillas… Digo esos tres cuartos de siglo que llevo a mis espaldas me hacen ser un miedoso.
Una dosis de miedo siempre es positiva porque mantiene alerta el cuidado, la prevención. Pero una dosis justa, de lo contrario la tensión y la angustia se convierten en las compañeras que amargan la vida, y bastante fastidioso es de por sí el encierro.
La yaya de Biescas que ingresó con covid19 en la UCI del hospital San Jorge, y que fue el primer ingreso en la provincia de Huesca, ha sido dada de alta. Tiene 101 años, Emilio. Y escucharla, ya en su casa, saludando a la gente y agradeciendo las atenciones recibidas en el hospital, ha sido uno de los momentos más emotivos. ¡101 años, Emilio! Toda una luchadora. Quiero decirte con esto, que contagiarse del covid19 no tiene por qué derivar en UCI y muerte. Y, desde luego, no toda la gente tiene por qué contagiarse. Así que mantén tu miedo sin rebasar la dosis y entretente con todo aquello que te hace menos pesados los días.
De esta saldremos, Jubi, y se hemos de replantearnos muchas actitudes, lo haremos, que los seres humanos tenemos capacidades que a nosotros mismos nos asombran.
Ánimo también, a tu amigo y una pronta recuperación de su esposa.
-Una mirada…- Si, tengo miedo, pero sin agobiarme excesivamente por ello, cuando tengo que salir a comprar, lo hago tratando de cumplir a rajatabla todas las normas posibles, vuelvo sin haberme tocado la cara ni una sola vez, y lo primero que hago es lavarme bien las manos ya que más que miedo por mi mismo es por mi mujer y uno de mis hijos que está en casa.
Encarnación se llama la yaya.
Yo soy mayor que tú y, por tanto, tengo más papeletas en este sorteo. Tengo miedo también, por supuesto, pero no hasta el punto de que me anule y no me deje razonar. Los toreros dicen muchas veces que ser valiente no es no tener miedo… sino aguantárselo y hacer lo que tienes que hacer. (Y conste que no me gustan los toros, pero es un ejemplo)
-Senior citizen- Creo que me conoces lo suficiente para saber que el miedo además de por mi mismo, es por mi mujer y el hijo que vive con nosotros, es algo que no puedo remediar, pero lógicamente he de convivir con ello y en ocasiones sigo con mis gracietas que ahora menos que nunca a casi nadie le sientan bien.
El miedo te hará ser mas precavido, eso ya es bueno, pero que no te traicione que no vayas tan deprisa que algo no lo hagas bien, ir a la compra estos días es una prueba muy dura. Mucha gente se está reponiendo, muchos son los que salen hay que pensar en positivo y aguantar, ya queda menos . Unos abrazos y muchos ánimos.
Gracias -Ester- trato de pensar en positivo, se que habrá un antes y un después en esta infame pandemia.
Antes ayudaba a mi mujer en las labores caseras, ahora ella hace ejercicio en la habitación y va moviéndose por toda la casa al ritmo de canciones que escucha en su móvil, yo mientras tanto todo el fregote de platos, cazuelas y cubiertos los friego a conciencia, para no aburrirme, espero que estas costumbres no sigan mucho tiempo, y es que mis manos cada vez son más pequeñas se me deben de diluir con tanto jabón y agua como empleo para fregar.
Un abrazo
Te entiendo perfectamente, y el miedo lo tenemos todos. Yo estoy viviendo este confinamiento con mi madre, a la que cuido, y cada vez que salgo tengo la sensación de ponerla en peligro. La compra en el super o en la farmacia se hace una tarea complicada y llena de tensión y al llegar a casa, un lavado a conciencia.
Tambien temo por mis hijos y mi marido, a los que no puedo ver, y a los que hecho de menos.
Y temo por mí, porque se que soy factor de riesgo, por problemas y afecciones pulmonares.
Así que ya ves, miedo por un tubo…. pero seguimos, no nos queda otra, no?
Un fuerte abrazo y adelante que lo conseguiremos, o al menos, habremos puesto todo de nuestra parte.
-Carmela- Estoy totalmente de acuerdo contigo, y efectivamente hay que seguir adelante y no tener la mala suerte que el el «bichito» se fije en ti.
Un abrazo
Es natural tener miedi y bueno reconocerlo. Un beso
-Susana- Lo peor sería no reconocer algo que en realidad lo estás viviendo.
Un beso
Y quién no tiene miedo ? Pero eso es humano y no que agobiarse por ello , solo tener todas las precauciones posibles y nada más . Mucha gente se está reponiendo . Ánimo que esto pasará y saldremos fortalecidos , espero . Un abrazo
-Chelo de la Torre- Esperemos que al final encuentren la medicación adecuada, y para más adelante la vacuna y esto sea al igual que ocurre con la gripe, que no se contagie tan rápido ni de manera tan peligrosa.
Un abrazo
Te entiendo perfectamente, de casa soy yo quien sale a comprar y ya la noche anterior no duermo, no te cuento cuando viene el pedido (compro para tres casas porque en la comunidad hay octogenarias y los hijos están lejos) que si los zapatos, la ropa, la comida a limpiarla…. y luego siempre digo: ¿se me habrá escapado algún virus? Esto es tremendo.
SAludos.
-Manuela Fernández- Te entiendo perfectamente, incluso al menos en mi caso cuando bajo y subo en el ascensor en lugar de pulsar con el dedo lo hago con el extremo de una llave o bien con el codo. Todas las precauciones son pocas.
Saludos
Más que la orden de quedarnos en casa, creo que el miedo a pillarlo nos hace encerrarnos en casa y más si somos de riesgo. Dos o tres días antes del 15 yo ya no salía de casa , me olí lo que iba a llegar. Tengo asma amigo, llevo casi un mes sin pisar la calle en los balcones tomo el sol.
Que mejore la mujer de tu amigo.
Cuídate Emilio.
Desde casa te mando este abrazo 🙅
-Laura. M- Yo he salido, este lunes y el pasado con coche a comprar a un súper, ya que no tengo tiendas cercanas, veo la urbanización en la que vivo, que nadie baja al jardín y de vez en cuando al portero haciendo labores de mantenimiento, ayer cortando el césped.
Gracias.
Cuídate tu también.
Un abrazo
Claro, el que mas o el que menos estamos acojonados, solo los insensatos no lo estarían, yo llevo casi un mes sin salir del ranchito, justo antes de empezar la cárcel, recién llegado de Salamanca, de solucionar exitosamente un problema de rodilla, hice la compra de siempre pero repetida varias veces, antes me duraba 10 días, ahora varias veces mas, así que en el ranchito, en pleno campo, con mi perrita adoptada, pensando en que la semana que viene, sin remedio, hay que repostar, farmacia incluida, así que estoy pensando en aceptar la oferta del ayuntamiento que coordina un grupo de voluntarios que hacen la compra a carcamales ancestrales como yo.
Tu estarías mas seguro en Broto ¿No?
Salud
-Genín- Si tienes mucha razón.
Y es cierto estaría mucho mejor en Broto, podría pasear por mi «ranchito» sin salir a la calle y podría dedicarme a retirar hojas, cortar el césped, arreglar la parcela, pero que quieres, me cogió en Zaragoza.
Una amiga de mi mujer la cogió en su pueblo, el pueblo de mi mujer y allí está casi sin cobertura, pero pudiéndose mover por su parcela y no estar enclaustrada en su piso de Madrid.
Saludos, cuídate mucho.
Qué triste, Emilio… A una antigua compañera jubilada que volvió a su Barcelona natal, le informaron de la muerte de su madre en la Residencia donde estaba. No pudo ni ir a verla, y ahora está ella sola, con miedo, triste e impotente. No sé ni qué decirle… pero imagino su sufrimiento. Nosotros llevamos un mes en casita, yo estoy más blanca que el papel, y mis hijos son los que nos traen comida y medicinas para que no salgamos. Alejandro tiene la azotea donde da veinte mil vueltas y no pierde su fuerza de voluntad, pero yo me noto cada día con menos ánimo… Cuídate mucho, bueno, todos. Un abrazo lagunero.
-Ligia- Yo salgo una vez a la semana, ya que somos tres en casa y hago una compra bastante grande, mi mujer me dice lo que tengo que comprar de carnes y pescados y no siempre acierto, el resto suele ser cosa mía.
Cuidaros vosotros también.
Un abrazo
Todos tenemos miedo, es normal. Confío en que al final sea otra cosa. Conozco a unos cuantos que mostraban los síntomas, les hicieron la prueba y salió negativa. Espero que solo sea un susto, y en cualquier caso, que se recupere.
Y ojalá que el Gobierno acierte (de una vez) a poner los medios para que hay test masivos y fiables. Es una vergüenza.
-Tawaki- Hoy precisamente la acaban de mandar a casa, mi amigo dice que está bastante débil pero ya sin síntomas.
Además de los test, antes de nada, hace falta un medicamento o una serie de ellos para una vez contagiados, que se pueda rechazar la enfermedad, más adelante hará falta la vacuna.