Sacla, el favorito de los pioneros del pesto y de los amantes de la gastronomía italiana, preparó una gran sorpresa en una escuela primaria de Buckinghamshire y representó una ópera improvisada en la cantina a la hora del almuerzo.
Cuatro cantantes de ópera camuflados y disfrazados de empleados de la cantina, rompieron a cantar y paralizaron la sala con un conmovedor popurrí de clásicos italianos de Verdi, Puccini y Rossini.
Desde la altísima soprano hasta el retumbante barítono, la impresionante actuación de los cantantes emocionó a los desprevenidos escolares cuyas reacciones de asombro y sorpresa fueron capturadas ante la cámara por un equipo de filmación de seis personas detrás de escena.
Magnífica iniciativa, ¿crees que en España puede surgir algo similar teniendo en cuenta que los comedores escolares cada vez están peor, sobre todo si el colegios es público?
Saludos
-emilio- Bonita y excelente idea que trata de inculcar en la juventud el amor al género operístico. No querría tener razón, pero me temo que en la actualidad es una utopía.
Saludos
No tengo duda de que sería un éxito. Una hermana mía es profesora en un instituto y han preparado algunas sorpresas en el comedor y en el recreo muy bien aceptadas por los alumnos. Evidentemente, no tan sofisticadas como la del video. Aunque en una ocasión, llevaron a un mago disfrazado de cocinero y fue un éxito. Solo se necesita imaginación. Un saludo.
-Sabius- Mi hijo mediano y su mujer son profesores de enseñanza media de Lengua y Literatura, nunca han conseguido hacer algo parecido y eso que mi hijo, se conoce todas las técnicas y trucos del flashmob.
Saludos
Lo malo es que hay niños que se tapan los oídos, con lo acostumbrados que están ahora a los ruidos fuertes, que hasta en las guarderías les ponen la música a todo trapo, pero, al parecer, la voz de estos cantantes les resulta desagradable.
-Senior citizen- Como decía un conocido personaje «Hay gente pa tó». No obstante creo recordar que solamente son dos o tres niños. Es espectacular la cara de asombro que ponen, especialmente, cuando entra el agente y pareciera que va a multar a alguien y luego se pone a cantar.
Creo que solo he visto dos niños que se tapan los oídos. Al contrario disfrutan con la sorpresa y la música, pues las sonrisas les delatan. Puede que a su edad, no entiendan la música ni la opera por supuesto, pero -en mi opinión- no veo en el video que la música les resulte desagradable. Saludos.
-Sabius- Yo tengo muy mala memoria, y casi no me acuerdo de mi fecha de nacimiento, sin embargo un detalle como este en mi juventud, seguro que lo recordaría casi como el primer día.
Recuerdo perfectamente en cursos anteriores al bachillerato, en invierno como encendíamos una estufa de serrín, ya que lo preparábamos los alumnos y sería capaz de hacerlo en la actualidad. Quizás no lo hayas visto o vivido, pero hay que poner dos palos gruesos uno vertical y otro horizontal y apisonar bien el serrín, luego en el horizontal se meten unos papeles y se les prende fuego…
Saludos
Que gran iniciativa y que buena la reacción de los niños, porque los cantantes, cantan y actúan a la vez, especialmente el primero, ganándose a los niños. Y lo del policía cuando entra es un puntazo. Me he permitido contestar a los dos comentarios anteriores. Un abrazo.
-Sabius- Me han sorprendido las caras de los jovencitos cuando los tenores se ponen a cantar, pero especialmente me han gustado las expresiones de «¿Que va a pasar ahora que viene la policía» y la relajación y risas al darse cuenta que también es uno de los suyos.
Abrazo
Una comida con buenas notas; seguramente han podido más las voces que el apetito porque una cosa es escuchar música y otra tener a los intérpretes ahí mismo. Cómo no mirarlos a ellos y no al plato…
-Una mirada…- Seguro que les daría tiempo para las dos cosas, incluso me atrevería a decir que alguno siguió comiendo sin mirar a los tenores, para evitar aquello que dicen «Oveja que bala, bocado que pierde»
Por ello se ocupaba de lo «importante» y no atendía a lo «inutil».