Pequeño, de apariencia frágil y de un llamativo naranja. Es Kai, un pececillo de colores que se las tiene que arreglar para sobrevivir hasta el próximo 10 de junio en una pecera llena de basura.
Aunque él no lo sepa,
forma parte de una campaña de Cohn & Wolfe para el Proyecto Kaisei, iniciativa de limpieza oceánica puesta en marcha por la ONG Ocean Voyages Institute, que pretende encontrar soluciones para acabar con la inmensa mancha de basura, principalmente plástico, que flota en medio del Pacífico, entre Hawai y la costa de Estados Unidos. Conocida como el vórtice o sopa de plástico, su tamaño es similar al de España, Portugal y Francia juntos, y sigue creciendo.
Los organizadores de la campaña recuerdan que la pecera reproduce la situación a la que se enfrentan a diario millones de animales debido a la contaminación por plásticos, que, además, mata.
En algunas zonas han encontrado concentraciones de plástico siete veces superiores a las del zooplancton, que es la principal fuente de comida para mucha de la fauna de la región.
Información extractada de El País
Una miajeta borricos sí que somos
Pues que quieres que te diga, a mí me parece mal que para hacer esa campaña sometan al pobre pez a esa tortura. Podrían haber inventado cualquier otra cosa.
¿Y no podrían explicarlo sin tener que maltratar a un pobre pez? creo que el género humano es bruto hasta cuando quiere defender algo.