El hombre que se lanzó al mar para salvar a un niño en Ribeira: «Tenía la seguridad de que si no entraba nadie ese chico no saldría vivo de ahí»
El pasado sábado (8-abril- 2023) la tensión reinó en aguas de Ribeira. Lo que empezó como una plácida tarde de Semana Santa en la playa de O Vilar se acabó convirtiendo en una pesadilla por la presencia de un niño en apuros al que el oleaje se estaba llevando mar adentro.
Si esta es una historia con final feliz es en gran parte gracias a Marcos Losada, un profesor de educación física vigués que se encontraba pasando el día en Ribeira. El hombre, alertado por la multitud, se percató de la presencia del menor y no dudó en lanzarse al mar para servirle de apoyo. «Me acerqué a los chavales con los que estaba y me dijeron que su amigo no nadaba bien. Yo a este chico no le conocía de nada, pero en mi conciencia habría quedado el hecho de no haberme metido. Entré porque consideraba que podría ser útil. Tenía la seguridad de que si no entraba nadie ese chico no saldría vivo de ahí», comenta.
Con la decisión tomada en cuestión de segundos, Marcos Losada comenzó a nadar en dirección al niño, al que, una vez a su lado, trató de calmar explicándole la situación: «Le expliqué que no venía a sacarlo porque yo solo no iba a poder. Él estaba nervioso, pero reaccionó muy bien, tuvo un comportamiento muy bueno dentro del agua. Apoyaba su cabeza en mi hombro para estar tranquilo y estuvimos hablando de todo un poco para que no se preocupase».
Cerca de una hora después del inicio de la emergencia, una figura emergió para dar una valiosa cobertura en el rescate. Ignacio Peña, surfista cántabro que se encontraba en la zona, se zambulló portando una tabla y un flotador para ayudar a Losada a dar flotabilidad al niño en apuros. «Pensé que formaba parte del equipo de rescate. Nos preguntó qué tal estábamos. Le dije que el niño tenía algo de hipotermia y que yo había sufrido un par de calambres, pero que podía colaborar. Se lo agradezco mucho», asegura.
Con la seguridad del niño garantizada gracias a la tabla de surf, los dos hombres comenzaron a remolcarlo contra las olas, acercándose poco a poco a la orilla. Entonces, durante ese proceso, el helicóptero Pesca 1 llegó al lugar, sacando al menor y a Losada del agua tras cerca de sesenta minutos combatiendo el fuerte oleaje imperante durante la tarde del sábado.
«Estuvimos una hora en el agua sin que viniese nadie a por nosotros, el 90 % habría muerto. Si no hubiese entrado cuando lo hice, lo que iban a recoger era un cadáver. Mi percepción fue que existió falta de organización. Medios de rescate hubo, pero no en el momento que tenía que haberlos. Desde tierra nadie hizo nada por nosotros, solo el surfista», denuncia el vigués.
En este sentido, desde los servicios de emergencia que participaron en el operativo desplegado en O Vilar aseguran que el tiempo de respuesta estuvo «adecuado a las circunstancias», poniendo el foco en la importancia de alertar de estas situaciones con la mayor rapidez posible: «En este tipo de sucesos el tiempo parece que pasa muy lento hasta que los medios llegan. El helicóptero salió desde Vigo. Hay que celebrar que tanto el niño como el hombre que lo asistió están vivos, además de agradecerle al surfista y a él su labor desinteresada».
Asimismo, Marcos Losada explica que este susto debe de significar un antes y un después, destacando las labores de prevención y el uso de los medios que se disponen para hacer frente a las emergencias ocasionadas por bañistas en apuros: «Esto tiene que servir de aprendizaje. La película podría haber sido el primer muerto de la temporada. No había socorristas ni bandera que advirtiesen de nada. Fue un accidente, pero estamos hablando se salvar vidas humanas, se pueden optimizar los recursos que tenemos».
Por fortuna, todos los protagonistas de esta historia se encuentran sanos y salvos pese a haberse rozado la tragedia. La playa de O Vilar fue, una vez más, testigo de un drama en sus aguas, aunque esta vez vaya a quedar en el recuerdo como una tarde de Semana Santa en la que el mar no pudo con la determinación y la buena fe.
Crédito : La Voz de Galicia.
Tuvo mucha suerte ese niño. Y regreso a mi reclamo frecuente: ¿Y los padres, dónde carambas estaban? Está bien, reforzar los medios de prevención institucionales para las playas, pero, la responsabilidad es total de los padres.
Abrazos.
-Sara O. Durán- Con respecto a sus padres, es muy normal que tres o cuatro niños vayan juntos a la playa, a la montaña o a algún río para disfrutar un rato solos.
De hecho en mi juventud y eso que tenía pagado el acceso a una piscina pública, me reuní con varios amigos y nos fuimos a bañar al rio Huerva, que pasa por Zaragoza, con tan mala suerte que yo pisé una botella de cristal rota y me tuvieron que llevar a urgencias, allí me tuvieron que cortar un pedazo de un centímetro de carne de mi pie derecho y cojeando me llevaron a casa.
Mis padres se enteraron cuando llegué a casa.
Un abrazo.
Suerte que alguien le ayudó. Un beso
-Susana- La verdad es que tuvo mucha suerte.
Un beso
Imagino que al referirse a niño seria un chaval, si hubiera sido pequeño lo podría haber sacado el sólo, he visto salvamentos más o menos parecidos, quien se da cuenta es el primero en acudir, pero lo que cuesta creer es que el rescate tardara tanto, imagino que aún no habría socorristas, y que nadie llamo por teléfono para pedir ayuda. Un abrazo
-Ester- El problema por lo visto era la resaca existente, que para una persona normal era imposible ir contra ella. ¿Los medios? No era temporada de socorristas, por lo que nadie los había contratado, ocurre como con los incendios si están fuera de las fechas previstas, pocos se pueden dedicar a apagar el fuego.
Este verano anticipado tiene estos problemas: ni hay aun bomberos para los incendios forestales ni socorristas en las playas.
-Senior citizen- Efectivamente, y pronto, ni cisternas para llevar agua a los pueblos donde ya no tienen agua potable, como ya está pasando con la sequía.
Parece que en la segunda noticia, el profesor que, en primera instancia, se lanzó al rescate de la criatura no pasa de ser uno de los «bañistas en apuros», reconociéndose solo al surfista como rescatador. Quedándonos en lo importante, el chaval ha podido contarlo gracias a la iniciativa personal de dos hombres que no se lo pensaron dos veces y acudieron en su ayuda. Que el operativo tardara una hora en ponerse a la tarea es tremendo porque en ese momento ya había, con ese oleaje, tres vidas en juego.
Ojalá de esa situación todo el personal saque su moraleja y los bañistas sean precavidos a la hora de meterse en el agua pero, también, los equipos de rescate sean suficientes para tener cubiertas todas las playas reduciendo una demora que puede tener fatales consecuencias.
-Una mirada…- El problema es el de siempre, temeridad de alguno para ponerse a nadar sin ningún tipo de supervisión y lógicamente en una playa no puede existir una persona avisando del peligro constantemente.
Accidente con final feliz que pone de manifiesto la importancia de no ponerse en peligro y también lo bueno que es que haya gente capaz de ayudar sin pensárselo dos veces como hizo ese profesor.
Muchos besos.
-Montse- Por lo menos en este caso el pequeño tuvo mucha suerte de que dos personas se lanzaron a salvarlo.
Besos