sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de San Juan!
Con un falcón en la mano
la caza iba a cazar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.
Las velas traía de seda,
la jarcia de un cendal,
marinero que la manda
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar,
los peces que andan al hondo
arriba los hace andar,
las aves que andan volando
en el mástil las hace posar.
Allí habló el conde Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
-Por Dios te ruego, marinero,
dígaisme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
-Yo no digo esta canción
sino a quien conmigo va.
El conde Arnaldos de Autor anónimo
¿Has probado a forzar a un pajarillo a que cante exactamente cuando tú quieres oirlo?, lo que hacemos es meterlos en jaulas, pero hay cantos a los que no se puede enjaular (hay que aceptar sus propias reglas); bueno, o eso, o «negar» su existencia, o asegurar que «no queremos oirlos», o…
amigoplantas Nunca he tenido un pajarillo enjaulado, me gusta oírlos por las mañanas, en Zaragoza y en el Pirineo.
Tenía olvidados estos versos, gracias Jubi por recordarlos.
Y viva el carácter independiente y aventurero!