La captura de caracoles terrestres en el medio natural para su aprovechamiento culinario era una práctica tradicional que todavía pervivía en nuestros pueblos, a pesar de las nuevas normativas legales que regulan esta actividad. En el año 2006 en el pueblo zaragozano de Letux pudimos conocer cómo era la captura y su cría, reproducción y engorde en granjas.
Un poquito largo, 15 minutos, pero creo que merece la pena verlo en su totalidad y más a los que nos encantan los caracoles.
Solo recuerdo cuando los recogíamos nosotros y los lavados que les daba mi abuela, los caracolillos también y en alguna ocasión los he comido en el restaurante en una zona donde son famosos. Un abrazo
-Ester- Los he recogido en abundancia en Broto, pero ahora ya no queda prácticamente ninguno al menos en las parcelas, se comían las plantas así que les íbamos echando «caracolicidas», o anti caracoles y casi los hemos erradicado, por supuesto quedan aún en las proximidades.
Mi madre me los hacía muy a menudo.
Abrazos
Antaño, en cuanto escampaba, se iba a coger caracoles, pero ahora, con tanto fertilizante como se ha echado en el suelo, o se va lejos, en zona de monte donde no hay cultivos, o se compran en el criadero. Cerca de mi pueblo hay un par de criaderos que surten a muchos establecimientos y particulares; allí los compramos, porque me encantan los caracoles simplemente cocidos y luego acompañados de ajaceite.
-Una mirada…- Mi padre los cogía al igual que se ve en el vídeo, y me enseñó a mi a buscar los sitios donde se escondían en tiempo seco, estaban mucho más limpios que cuando llovía, ya que en este último caso empezaban a comer de todo tipo de hierbas y costaba mucho más limpiarlos, en casa tenían mis padres una cesta caracolera, muy similar a esta donde ellos solos después de un mes o más se limpiaban solos. En Zaragoza de vez en cuando se acercaba a las huertas de alrededor cuando no llovía y traía una gran bolsa que iban a la caracolera y de cuando en cuando sacaba unos cuantos mi madre y los comíamos con ajolio, además decía, esto se come de la siguiente manera «caracol y trago» bebíamos en porrón normalmente vino con gaseosa.
De niña los recogíamos en las cercas de una finca que había frente a nuestras casas y luego mi madre nos los cocinaba. A mí me gustaban, pero solo los pequeños blancos, pues esos grandes me dan un poco de repelús. En los bares no me gusta tomarlos, pues se la cantidad de lavados que hay que darles y temo que no se los den.
-Senior citizen- Los he ido comiendo hasta que vivió mi madre, mi mujer los ha hecho en alguna ocasión, hace muy poco en la comida de primavera que hicimos los jubilados me comí un enorme plato de segundo, junto con otro compañero que al pedir yo caracoles, también cambió su pedido y comimos un plato a la plancha cada uno de nosotros.
Hola, he visto algun reportaje en tv y es curioso, tengo una hermana que le gustan mucho, yo paso:), teniamos una casita y cuando llovia salian a cogerlos para luego cocinarlos o echarlos en la paella, aunque yo como te digo los cuernecillos lejos:)
Besos.
-Piruja- Te voy a contar una anécdota totalmente cierta de hace muuuuchos años. Yo todavía no había ido a la mili, ni trabajaba, así que imagina. Mi madre había preparado una caracolada enorme para comer, no recuerdo como los había preparado, pero vino de visita una persona joven del pueblo de mi padre y le puso lo que a los demás un primer plato y caracoles de segundo.
Cuando terminamos la comida el muchacho se sinceró y nos dijo que nunca los había comido ni lo pensaba hacer, pero no se atrevió a decir que no comía caracoles y sin embargo cambió de opinión, le encantaron.
Besos
Ya, yo los he probado hace muchos años en Madrid, en un sitio que tenia fama de los caracoles, pero que quieres que te diga, que no es lo mio, mi hermana tambien los hace muy buenos, pero no me convencen, para los demas:)
Besos.
-Piruja- Cada uno es muy dueño de comer lo que le apetezca, hace muchos años comí una ostra en un mercado de pescados, me dijeron que eran recién cogidas, muy ricas y buenas, la probé y sinceramente no las he vuelto a comer nunca más.
Besos
Yo soy muy caracolero gracias a mi abuela materna, que los preparaba durante días con tesón y paciencia, con un resultado sabrosísimo gracias a una salsa que preparaba. Sin embargo ahora los tomo en contados restaurantes, porque no me fio del todo de como los preparan. Hace apenas tres semanas, estuve en Barcelona y fui con mis primos a un sitio especializado en cargols a la llauna. Estaban literalmente de chuparse los dedos. Un abrazo.
-Sabius- A mi también me gustan mucho, incluso antes los salía yo a coger al campo y mi madre los hacía exquisitos, ahora no me fio mucho, aunque ya no se ven los vendedores callejeros que había antes.
Abrazo