Nos encontramos en el interior de una Iglesia.
Un pobre hombre está en los bancos de la primera fila rezando con gran devoción.
En susurros se le oye decir : -Señor haz que me paguen pronto los 50 Euros que me deben para poder alimentar a mi familia.
Un banco mas atrás un hombre bien vestido, hablando en voz baja : -Señor haz que sea aprobada la concesión de la urbanización de lujo a la que he licitado, con ello ganaría 50 millones de euros y podría conseguir mas adjudicaciones.
A todo esto el hombrecito que estaba en primera fila seguía implorando por lo que le debían.
El magnate árabe… perdón el hombre rico, en un momento determinado lo oye y muy enfadado le dice al otro : -Anda toma 50 euros, deja al Señor en paz y no me lo distraigas.
Si mucho tienes, mucho mas quieres, pero cuidado la avaricia rompe el saco.
Un tío que reza por 50 millones, no le suelta a un pobre 50€ ni de coña… 🙂
Salud
-Genín- ¿Tan roñosos son los ricos?
Saludos
Yo creo que sí son roñosos. Tal vez uno normal (no rico) podría ser generoso.
Un abrazo.
-Sara O. Durán- Ahora que yo quería hacerme rico, ya me habéis desanimado, me vais a llamar roñoso.
Un abrazo.
Uno pide por necesidad, para que su familia pueda comer ese día. El otro por ser todavía más rico y en ese camino no duda en soslayar a la ‘competencia’ facilitándole algunas monedas. Forma clásica de los potentados para que nadie se inmiscuya en su camino.
-Frajayo- Así es, es la mejor manera que tienen para callar la boca a los más necesitados.
No imagino a un millonario pidiendo, suelen tomar lo que quieren pero la historia acaba bien para el que necesita los 50 euros. Abrazos
-ester- Exacto, nos suelen pedir ayuda al menos en las iglesias, pero esto no es la vida real.
Abrazos
…Menos en las iglesias, sobre todo si son árabes… El cura tendría que haber sacado «el cepillo» y ayudar al pobre hombre… Abrazos
Estoy segura de que Dios se da media vuelta cuando recibe oraciones de potentados, porque sabe que ellos se las arreglan muy bien solos.
No se que tan conveniente sea meterse en consideraciones religiosas, pero la vida me ha enseñado que es más posible que al rico le adjudiquen la concesión que al pobre le paguen lo que le deben…
«—Sí, dice el aviador; — pero no hay sino un Dios. No es la partida de las oraciones lo que yo no comprendo; es su llegada.»
(Henri Barbusse, El fuego)
¿Todavía quedan iglesias?
Saludos,
J.
Al final, el pobre consiguió el dinero. Se ve que Dios intercedió por él enviándole a un potentado.
Conozco gente con mucho dinero y algunos son tacaños y otros generosos. Y conozco gente pobre, unos son tacaños y otros generosos…
En España somo expertos en repartir el dinero, pero el de los demás.