Acabo de encontrar el cortacésped.
– Jubi no te pases, acabas de llegar del pirineo y me parece mal que hayas tenido que dar un par de pasadas a la hierba que crecía en la parcela, pero el «bicho» lo tenías bien visible.
– Claro pero no quería verlo, he tenido que cortar la hierba que en algún caso superaba el metro, podar las enredaderas que se estaban metiendo en el tejado y cuando llegué, tuve que sacar una lagartija del lavadero que tengo en el garaje, la pobre debía de haberse refugiado de la lluvia y fue a parar al sitio menos indicado, ya que de allí no podía salir.
Con cuidado la saqué y la solté en medio del césped, imagino que encontraría alimento para poder subsistir.
Con tanta lluvia en cuanto sale un ratito el sol la hierba hala, ¡a crecer!. Un poco más de tiempo y tienes que llamar a los Rangers para orientarte en la espesura.
🙂 Un aplauso para Jubi por el buen trato dado a la lagartija.
Seguro que el jardín te quedó precioso.
Un saludo
Si me la encuentro yo, te aseguro que salgo corriendo… Un abrazo
Saludos Jubi, la vida ante todo. Cualquiera le hubiera pegado un escobazo. Mi mujer sin ir mas lejos….
Y pensar que mi abuelo me decía… «Paco, tu no sabes lo dura que es la vida del campo».
Me apuntan…que el campo es el campo…y el jardín es el jardín.
Entiendo, vamos, que no es lo mismo joder que estar jodido.
Un saludo
Se de alguien que si se encuentra una lagartija dentro de casa le da un yuyu.
jajaja.
Cuidar el jardín es muy reconfortante aunque a veces se convierte en un coñazo.
Pobre lagartijilla… yo he visto este fin de semana muchos tritones y sapos, en el Forau de Aiguayux (creo que se escribe así). ¡Qué sitio más maravilloso! ¡Y qué paliza de andar nos hemos dado!