Una joven de Muros se encuentra una valiosa perla en un plato de almejas
Natalia Freire se topó con el valioso hallazgo al acudir a cenar al restaurante en el que trabaja.
Rara vez un hallazgo inesperado y no comestible en un plato servido en un restaurante depara una lucrativa sorpresa. La insólita experiencia la vivió Natalia Freire, una vecina de Muros (A Coruña) que pidió almejas a la marinera en Casa Sampedro y se encontró con que uno de los bivalvos contenía un cuerpo duro y extraño, que resultó ser una perla de color morado.
La propia afortunada, que además trabaja en ese restaurante al que decidió ir a cenar en su día libre, relató el descubrimiento en declaraciones a la TVG. «Non sabía moi ben de que se trataba. Notei unha dor no dente, porque mordín bastante forte. Saqueina da boca e unha area xa se vía que non era, porque era ben dura», cuenta la joven, que hasta entonces pensaba que las perlas solo crecían en las ostras. Sin embargo, pueden darse en cualquier molusco, aunque pueden tardar una década en formarse, por lo que la probabilidad de que esto ocurra es bajísima.
Natalia trabaja de camarera en la barra del restaurante Casa Sampedro, en Muros, y el pasado martes, cuando acabó su turno de mañana, decidió comer allí mismo unas almejas a la marinera después de que le entrase un “antojo tremendo”, explicó al diario La Voz de Galicia.
En cuánto llegó su plato rebosante y se dispuso a comer la primera almeja, notó una bolita dura que apartó a un lado de la mesa. Ese objeto pequeño, duro y lila resultó ser un tesoro que haría a la joven unos miles de euros más rica.
En el momento en el que terminó su plato, decidió buscar en internet para descubrir qué clase de objeto acababa de encontrar. Fue entonces cuando descubrió que tenía ante ella una perla de gran valor económico.
La joven, ya conocida en su pueblo como “la chica de la perla”, dice tener guardado su tesoro en un cofre porque quiere tomar una decisión “con calma”. Por el momento, la joven no ha tomado una decisión definitiva, aunque decisión de vender la perla podría regalarle hasta 4.000 euros.
Créditos : El progreso, La Vanguardia, Marca.
Había leído esto en el periódico, pero la foto de la perla se ve aquí mejor.
-Senior citizen- Puse la imagen que mejor se veía de los diarios consultados.
Es una historia muy bonita. Imagino la sorpresa para la chica.
Te deseo muy buena semana. Mi hija se divirtió mucho con el vídeo de los antidisturbios. Se lo mostré y me dijo que le habías hecho el día 😊
Dos abrazos.
-Sara O. Durán- 4000 euros, es bastante dinero y el asombro sería mayúsculo.
Me alegra que le gustara a tu hija.
Feliz semana, un abrazo.
Vaya suertuda. Un beso
-Susana- Ya lo creo que 665.544 pesetas, es mucho dinero.
Un beso
Si yo tuviese esa suerte la pondría de adorno en un anillo.
F Tu la pondrías de adorno, en mi caso por estar jubilado y con una pensión ínfima, la trataría de vender al mejor postor.
Son dos puntos de vista distintos, pero cada uno es muy digno de que pudiera hacerse realidad.
Creo ver que vienes desde el otro lado del charco, ¿quizás desde Miami?
Te agradezco la visita y el comentario.
Saludos
No te lo vas a creer, Jubi, pero nunca he encontrado una sola perla en ningún plato de almejas en toda mi vida 🙂
Esto podía ser como la Lotería Nacional y, si no una perla como esa, al menos que de vez en cuando saliera alguna «perlita»
Abrazo!
-bisílaba- Me lo creo, en mi vida solamente he comido en una ocasión una ostra, pero no fue de mi agrado. Almejas he comido muchas y nunca he encontrado una perla en ellas, en ocasiones me he tropezado con tierra, arena, que al masticar terminaba por desechar la almeja, e incluso al plato de ellas.
Abrazos.
Hola, vi la noticia en tv, menuda sorpresa se llevo la chavala que al principio creyó que era una piedra y resulto ser la perla, la suerte también que no se rompió ningún diente o muela al masticar, por lo que dijo piensa en venderla, ojala se la paguen bien y no la engañen.
Besos.
-Piruja- Es que si se le rompe un diente, el dinero de la perla lo tiene que utilizar en arreglarse la boca.
Besos
Enhorabuena a la afortunada, vaya sorpresón. Suerte que la vio y no se la tragó. Las almejas me encantan, especialmente a la marinera y también acompañando a un pescado, pero curiosamente las ostras me caen siempre mal, por eso no las considero y de paso me ahorro unos buenos euros, al precio que tienen. Un abrazo.
-Sabius- Me ocurre lo mismo, las ostras para los cómic, al menos en mi época eran muy conocidos.
Abrazo
Me ha recordado una aventura de Johnny Hazard, las publicaba Buru Lan. En una de las historias Johnny pide ostras en un restaurante portuario y resulta que en la cocina se ha colado una caja en la que en cada ostra se esconde una perla, son perlas robadas con agujero y todo, y aquí empieza una nueva aventura para el protagonista.
Feliz martes, parece que la ola de frío ya nos abandona.
-Magda- Y en esas perlas ¿venía la etiqueta con el precio?
El frio nos abandona, pero según dicen vuelve el 5 de febrero cuando los combustibles suban como un cohete, nos vamos a quedar fríos.
Saludos
O sea, que habrá que revolver bien en cada almeja no sea que nos traguemos cuatro mil euros sin enterarnos.
-Una mirada…- No soy tan optimista, simplemente para evitar tragarme la arena que llevan algunas, antes de guisarlas, les echaría una cucharada de sal al agua y esperaría un poco, con ello la almeja se va librando de las perlas… digo de la arena.