Torla es una localidad y municipio español en el Sobrarbe, provincia de Huesca, Aragón. Se sitúa al norte de su provincia y al noroeste de su comarca, fronterizo con Francia, aunque sin conexión por carretera con ella.
El núcleo urbano de Torla tiene su origen en la zona rocosa donde se asienta la iglesia. En torno a ella se empezaron a levantar viviendas, que fueron configurando un barrio que, poco a poco se extendió en dos direcciones, por un lado hacia el oeste, formando la plaza del pueblo, y por otro lado en dirección norte-sur, en torno a la calle Mayor. Con el tiempo se fueron ocupando colinas próximas y creándose otros barrios, hasta formar un compacto núcleo que en si mismo formaba una especie de muralla, utilizada como defensa contra las continuas rencillas con los vecinos franceses del valle de Barèges.
Los siglos XVI y XVIII fueron un periodo de auge en la vida ganadera y comercial.
Quienes construían estas casas? La relativa concordia que se vivía en ciertas épocas con el valle de Barèges concedió a las gentes de la zona un mayor contacto con las cuadrillas de piedra piqueros franceses, ello permitió la entrada de nuevas influencias arquitectónicas provenientes del resto de Europa, se abandonó la austeridad imperante, para dar cabida a elementos de mayor delicadeza, tales como arcos apuntados, o grandes portalones, que hasta la fecha tan sólo se habían visto en las construcciones religiosas.
– Jubi, no les vas a hablar del contrabando?
Por supuesto, la dureza del medio pirenaico, la dificultad y alto coste que suponía el traslado a las tierras bajas de la ganadería y la escasa explotación agrícola, hicieron que franceses y españoles tendieran fuera de la ley fuertes lazos de conveniencia para intercambio de productos esenciales para la vida. Este contrabando de mercancías se mantuvo estable hasta la guerra civil, momento tras el cual se endurecieron los controles.
Para llevar a cabo esta actividad, las gentes de la zona, sabias conocedoras del terreno, trazaron nuevos accesos a Francia alejados del control aduanero, para que los llamados «paqueteros» hicieran llegar la mercancía.
Ya en el siglo XX, tras la guerra civil, Torla se transforma en el portal del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, siendo uno de los reclamos turísticos más sobresalientes de la comarca del Sobarbe, con un amplio y atractivo abanico de posibilidades para el ocio, el deporte y el medio ambiente.
Hechas estas pequeñas observaciones, me atrevo a enseñaros unas fotos que en un día excesivamente gris pude hacer paseando por el pueblo. Avance y retroceso manual, a pantalla completa se podrá ver y leer mejor.
La verdad es que l pizza le da cierto contrapunto a ese paisaje y a ese paseo por el pueblo. Esperaba un buen cordero más bien, o algún tipo de guiso, ya que el día estaba más para algo «caliente». Es una zona a la que me gustaría ir alguna vez.
Tawaki El problema fue que no encontrábamos un sitio para 10 personas y esto o marcharnos a la cama casi sin cenar ya que las viandas se nos habían acabado en casa.
Bonitas fotos a pesar de que el día tenía poca luz. En toda la frontera ha habido estraperlo hasta hace muy poco, y aun queda. Se pueden, se han escrito libros sobre todas las vías y personajes del contrabando. Un abrazo
Ester Aún quedan personas mayores dispuestas a contar sus andanzas o las de sus padres por los caminos del contrabando.
Abrazos.
Un sitio precioso, pero la verdad, ese lugar se merece algo mejor que las pizzas para comer, seguro que tienen manjares mas exquisitos.
Calandra Tienes razón, pero es que habíamos comido mucho y tarde, una barbacoa, que no pudimos hacer en el jardín ya que estaba lloviznando, la idea era picotear en algún bar de Torla, pero para diez personas no había sitio, así que dentro de lo que cabe aún tuvimos suerte de poder recuperarnos un poco en Broto, por cierto, estando dentro de la pizzería cayó un buen chaparrón y nada más llegar a casa abrieron las compuertas de las nubes.
A su iglesia habían llevado una campana de Lanuza, con permiso del Obispado muy acertadamente porque ya nos habíamos tenido que marchar. Cuando rehabilitamos la iglesia, Marcos inició la recuperación de las campanas, costó muchísimo pero consiguió que volvieran las tres. A Torla llevamos otra a cambio y hubo muy buen entendimiento, cosa que no ocurrió con el párroco de Undués, pues hizo lo imposible para no devolverla, a pesar de llevarles otra nueva. De Torla tengo muy buenos recuerdos en todos los sentidos, en todos. Gracias por tu reportaje.
trimbolera Recordaba algo sobre las campanas de Lanuza, pero no recordaba los pueblos, uno de ellos amable y el otro intransigente.
Querría acercarme a Jaca para recordar mis visitas de trabajo, por bares y calles, espero que algún día pueda hacerlo. Cuando la famosa y desgraciada riada que asoló el camping Las Nieves en Biescas estábamos mi mujer y yo esperando visitar la Ciudadela, pero la tarde tan rara, hizo que obligara a mi mujer a salir de allí disparados, eso que aún no empezaba a llover. Cuando pasaba por delante del camping diluviaba incluso con granizo.
…y el Ayuntamiento, en agradecimiento a la promoción, debería invitarte a comer unas chiretas 😀 😀
Hasta don Lucien Briet habría quedao encantado con tus fotos.
Una mirada… Con lo que yo disfruto haciendo las fotos y buscando luego información sobre ellas, me siento mas que correspondido.
Es un pueblo muy pintoresco, pero lo que no entiendo es que, siendo tan turístico, no haya un restaurante como para diez personas.
Senior citizen Si que hay restaurantes para diez personas y más, pero nosotros no queríamos una cena formal, nos contentábamos con unos picoteos, además en estos sitios el día que sale malo, están ocupados desde la tarde a la noche y es muy difícil sentarse en una mesa. Es por ello que no conseguimos una mesa para diez personas.
Me gustan esas puertas viejas… Las ppizas no !!
Un beso.
Laura. M Imagina lo que me gustan a mi las pizzas, estuvimos 6 días en Roma y en todos los días comí menos de un cuarto de pizza.
Un beso
Preciosos paisajes, lo extraño es que no tengan una carretera que los comunique con Francia…
Salud y abrazo
Genín En realidad haría falta un enorme túnel para pasar a Francia. Torla se encuentra aproximadamente a 2.000 metros de la frontera francesa.
Saludos