Aunque la pregunta es obvia, todavía hay personas que se hacen una innegable pregunta ¿Por qué el río Ebro está marrón a su paso por Zaragoza?
Pero la verdad es que De meses de sequía «dramáticos» al «alivio» por las lluvias del final de la primavera.
Las lluvias torrenciales de las últimas semanas han supuesto un alivio en el final de una primavera que, según los expertos, prometía ser la más seca de la historia.
En Aragón, el cambio de estación ha sentado especialmente bien a los embalses de la Cuenca del Ebro cuyas reservas han empezado a remontar provocando una tendencia ascendente por primera vez en mucho tiempo. Un hecho que ha traído consigo el aumento del caudal de los ríos aragoneses y que ha convertido, de nuevo, al agua en protagonista de sus cauces.
La capital aragonesa es uno de los lugares donde se ha podido observar una evidente crecida del río Ebro, aunque no es lo único que ha llamado la atención a las personas que se han aproximado a sus márgenes. También lo ha hecho su color. Y es que, en las últimas horas, las aguas del Ebro se han teñido de marrón provocando la inquietud de muchos zaragozanos y zaragozanas que se han preguntado el porqué de esta «extraña» coloración.
El organismo encargado de gestionar, regular y mantener las aguas y riegos de la cuenca hidrográfica del Ebro asegura que lo que vemos si nos asomamos estos días a muchos ríos es, simplemente, un «aumento del caudal que va acompañado de un color más oscuro que le aportan los sedimentos que todavía arrastra de las lluvias y las crecidas de estos días», compuesto normalmente de limos y arcillas.
Según indican, el transporte de sedimentos por los ríos es un proceso continuo en la naturaleza que, en principio, no tiene ninguna repercusión en la fauna y en la flora.
Crédito : Heraldo