Todos asociamos el fin de año o nochevieja con algarabía, tumulto, charangas, diversión, cotillón, bailes, etc…
Y sin embargo el origen de esta festividad fue algo realmente sangriento.
Corría de forma casi idílica el año 154 antes de Cristo, cuando celtíberos y romanos convivían en Hispania de forma relativamente amigable, o cuando menos tolerante.
La festiva noche del 31 de diciembre, ese tránsito celebrado entre un año que acaba y otro que empieza, tiene su origen en un hecho nada amistoso sino sangriento, la guerra, la que declaró la expansiva Roma contra los Belos (Bellos, Belii o Belaiscos), que era un pueblo celtíbero afincado en la Hispania Citerior. Son citados en textos asociados con el rey de Iliria, así que se pensaba que eran de origen ilirio.
La etnia celtíbera que dominaba una amplia extensión geográfica del nordeste peninsular y que tenía un poderoso centro social y administrativo en Segeda (Sekaisa), que era un oppidum prerromano de la tribu de los belos. Estaba situado en la Comarca de Calatayud (Zaragoza), concretamente en la zona correspondiente a la actual Mara.
Años de convivencia pacífica acabaron en guerra. Roma decidió poner fin a la autonomía de los belos. Consideró que habían roto los pactos y usó como argumento el hecho de que Segeda hubiera procedido a ampliar las murallas de la ciudad, lo que atentaba al pacto de paz que habían firmado en el año 179 antes de Cristo.
Así que, 25 años después de aquel tratado, la paz desapareció. Fue en el año 154 antes de Cristo. Hasta entonces —y ahí está la razón de que la Nochevieja caiga el 31 de diciembre— el año administrativo en los dominios de Roma acababa el 14 de marzo; y lo que hoy es el día de Año nuevo tocaba el 15 de marzo, jornada en la que arrancaba el calendario y en la que se elegían a los cónsules.
El calendario romano tenía un fundamento lunar. En la antigua Roma, varios siglos antes de nuestra era, el año era una sucesión de diez meses: Martius (dedicado a Marte), Aprilis (del latín aperire, abrir, por los brotes vegetales), Maius (por la diosa Maia), Junius (por Juno), Quintilis (el mes quinto), Sextilis (sexto), September (séptimo), October (octavo), November (noveno), y December (décimo).
El año comenzaba el primer día (calendas) de Marzo, bajo los auspicios del dios guerrero, pues esta era la fecha que marcaba el inicio de las campañas militares con la designación de los cónsules. Los meses comenzaban con la luna nueva, algo que era difícil de determinar observacionalmente (precisamente porque en esa fase la luna no es visible).
La operación bélica de Roma contra Segeda fue de una gran dimensión. Y para dirigirla hacía falta un cónsul —en vez de un pretor, de rango inferior—. Roma decidió actuar con rapidez, no esperar a la fecha del 15 de marzo para cumplimentar el proceso de elección de cónsules. Así que, para ganar tiempo, tomó la rotunda decisión de cambiar el calendario político-administrativo que había regido hasta entonces, de forma que el primer día del año pasó a ser el 1 de enero.
En 153 a.C. El Senado decide enviar al cónsul Nobilior a Hispania alegando como causa el conflicto de Segeda. Hasta entonces el año comenzaba con la toma de posesión de los nuevos cónsules en los idus de marzo (15 de marzo). Debido a la lejanía de tierras como Hispania, esto significaba que las tropas no estarían listas para la guerra hasta septiembre u octubre con lo que se desaprovecharía la época estival. Por dicho motivo, se adelantó la fecha de elección consular al 1 de enero. Hasta entonces enero y febrero eran los dos últimos meses del calendario. Sept-iembre, Oct-ubre, Nov-iembre y Dic-iembre siguieron conservando los prefijos de séptimo, octavo, noveno y décimo mes respectivamente, a pesar de que pasaran ahora a la posición 9º-12º.
Aquello quedó para la posteridad. Fue el origen del calendario occidental que ha llegado a nuestros días y, por tanto, el origen de que la Nochevieja tenga lugar el 31 de diciembre.
El Senado romano movilizó un ejército de 30.000 hombres para atacar a Segeda, el doble de lo que hasta entonces era habitual en los contingentes que llegaban a la Península.
Segeda fue solo el principio, la punta de lanza de una campaña bélica que sembró de sangre las tierras de Hispania. Tras arrasar esta ciudad celtíbera, los romanos fueron a por Numancia.
Jopeta¡¡ que lección aprendí hoy, nunca se me ocurrió buscar el origen y desde luego me deja pasmada con la alegría que paso de año a año y el abrazo familiar…
Sabes que?, me quedo con lo aprendido porque además de ser muy interesante, me encanta saber, pero esta noche a las 12 me pienso olvidar por completo y vivirlo como siempre lo he hecho, con emoción pues mi imaginación se dispara y es un momento de mucha plenitud, así sin más.
Una de las uvas este año irá llena de mis mejores deseos para todos los amigos blogueros, es más decirte que aunque hace poco que llegue a tu página, desde que comencé con Ester siempre he leído tus comentarios , me haces reir mucho ni te imaginas…
Besos muy muy grandes
tRamos
Teresa Ramos En mi caso todos los días aprendo algo, hay ocasiones que como esta lo comparto en el blog, en otras es tan difícil de explicar lo que he aprendido que desisto, no obstante haces muy bien en olvidarte esta noche del sangriento origen de la nochevieja, al fin y al cabo hace muchos años que pasó y según dice un refrán «Agua pasada no mueve molino».
Lo de la risa me agrada, pero ya sabes que a veces se trata de demostrar lo que uno no tiene.
Gracias por tus buenos deseos, yo también me acordaré y brindaré por todos vosotros.
Un abrazo
¡Feliz salida y entrada de año!
Que vivan los celtíberos, abajo los invasores romanos…jajajaja 🙂
Salud y abrazo navideño 🙂
Genín Estoy de acuerdo contigo, pero a las romanas déjamelas en paz, que no tienen culpa de nada.
Un abrazo, estoy esperando a mis hijos y sus parejas.
Diosmio, Toda una vida para no saber nada de nada. Tampoco la historia ha sido mi asignatura preferida, pero es interesantisimo todo lo que ha pasado en nuestro territorio. Me ha encantado tu explicación. Anda que el cónsul Nobilior tendría a la tropa contenta, manándoles a Zaragoza con las piernas al aire el 31 de diciembre. Je, je, pero nos hicieron las carreteras y puentes y luego los tiramos.
Jesus La tradición dice que en 1909, agricultores levantinos de Almería, Murcia y Alicante, encontrándose en ese año con excedente de uva y con objeto de sacar al mercado la producción, lograron popularizar la costumbre y darle el impulso definitivo que, desde entonces, acabaría por convertirla en consolidada tradición. Pero eso son adornos para que nos parezca bonita.
Yo había oído al cónsul Nobilior, ya que por aquel entonces yo era ayudante de cámara del representante romano en Hispania, decir algo de los celtas, y no se refería al tabaco, recordando el frío pasado para llegar a mi tierra, donde definitivamente me asenté.
Recuerdo que me quedé sin batería en la cámara, pese a viajar con el y dormir calentico en todas las posadas que encontrábamos por el camino pero no tenían un enchufe apropiado para recargar las pilas, por ello no puedo demostrar con imágenes de aquella época.
– Jubi, ¡qué imaginación tienes!
Feliz Año 2015.
Carita de sorpresa con tu interesantísima entrada: 80
Espero para ti, un 2015 lleno de satisfacciones y que redunden todas las cosas buenas que recibas y que te generes… en Felicidad. Sé que la tienes, consérvala, por favor.
Un placer el haberte conocido en 2014…. algo que debo agadecerle al año que termina.
Hasta siempre. ¡Fuerte abrazo!
Sara O. Durán De vez en cuando me gustar buscar información de algo leo o que se me ocurre.
El placer ha sido mio, espero poder seguir en contacto.
Un cariñoso abrazo.
Este antecedente nocheviejuno lo desconocía. Me quedé en Jano (enero) el dios romano de dos caras (joven/vieja) que miraban el tiempo transcurrido y el venidero y a quien los romanos festejaban ofeciendo comida y bebida a sus amistades para que el futuro fuera benévolo y placentero.
Una mirada… De Janus espero una cara triste mirando al pasado y otra sonriente, viendo lo que se nos avecina.
Y como Janus nos simboliza el cambio, y representa la progresión de una situación a otra, completamente nueva y dichosa.
Desconocía esa parte de la historia,
al enemigo igual da romano que zuevo
escapan de mi capacidad de memoria,
pero para vosotros ¡Feliz Año Nuevo!
Frajayo Al enemigo ni agua, así que en la actualidad a determinados mandatarios, que se vayan a beber agua del Ebro que estará bastante fresquita y con buena dosis de alimento.
¡Feliz Año Nuevo!
Estupendo, no hay nada como una buena guerra para convertirla después en celebración, la pena es que las guerras siempre vuelven a aparecer.
Estupenda tu entrada de hoy, te curraste el tema.
¡Feliz Año Nuevo!
Calandra Ya sabes que en ocasiones me gustar tirar del hilo de algo que me resulta curioso, pero me empiezo a liar y tratar de buscar más información y al final me pasa lo que se dice de las cerezas «A por una voy, dos vengáis, y si venís tres no os caigáis»
¡Feliz Año Nuevo!
Si ya decía yo que en la Nochevieja es mejor estar en casa y calentita… (No sea que vengan los romanos y la líen)
Senior citizen Yo esperaba a las romanas, pero no han venido.
Sabía o creía saber que todo empezó en el Imperio Romano, había hasta un dios con dos caras, pero no que empezara con una pelea y además en España. Me ha resultado muy sorprendente. Gracias maestro.
Ester Con la búsqueda de sucesos o situaciones curiosas aprendemos todos un poco. Y si tenemos imaginación y nos preguntamos cosas que siempre las hemos dado por buenas, seguro que ampliábamos nuestros conocimientos.
Por favor, eso de maestro mejor lo borramos.
Un abrazo.
Cada día se aprende algo nuevo.
Un beso.
Laura. M «A la cama no te irás sin aprender una cosa más»
Un beso.