¿Qué harías si te encontrases una niña de 6 años sola en la calle?
Lo más probable es que le preguntases si está perdida o no encuentra a sus padres. Pero… ¿y si esa niña tuviese el aspecto de una persona sin hogar?
En UNICEF hemos querido hacer la prueba con Anano, una pequeña actriz a la que hemos caracterizado para ver cómo reaccionaba la gente de su alrededor. Los resultados no han sido muy esperanzadores.
Muchas personas se acercaban a Anano cuando iba vestida de niña con aparentes recursos económicos. Pero cuando su apariencia era mucho más vulnerable, Anano parecía casi invisible a los ojos de los que pasaban cerca de ella. O lo que es peor, algunos pensaban que la niña les iba a robar…
Esta injusta situación de rechazo es la que viven millones de niños en el mundo. Algo que se podría evitar con la voluntad de personas, gobiernos, donantes, empresas y organizaciones internacionales.
Mientras lees esto, las vidas de millones de niños y niñas están en peligro solo por haber nacido en un país y no en otro, en una comunidad y no en otra, con un sexo y no con otro. La desigualdad amenaza el presente de estos niños y el futuro del mundo.
A menos que hagamos algo para detener las tendencias actuales, las consecuencias dentro de unos años serán devastadoras. Si seguimos como hasta ahora, 69 millones de niños morirán por causas evitables hasta el año 2030.
En España, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social de los niños en 2015 fue del 34,4%. Además, el riesgo de pobreza económica de los niños nacidos en familias de padres migrantes alcanza el 60,3%.
Los niños se encuentran entre los colectivos más vulnerables de nuestro país. Por ello, desde UNICEF Comité Español insistimos en alcanzar un gran Pacto de Estado por la Infancia en el que se proteja sus derechos por encima de todo.
Además, pedimos al Gobierno que se forme tras las recientes elecciones que concrete un plan para reducir la desigualdad infantil y que se centre en los niños más vulnerables de nuestro país. Porque acabar con esta lacra es posible con el esfuerzo de todos.
Fuente : Unicef
Triste… 🙁
Salud
genín Si es triste.
Saludos
La raíz del problema hay que buscarla en las mafias que trafican con personas para su propio interés, los que están detrás de esos pobres que nos piden dinero por las calles. Es curioso, pero en la Suiza donde vivo no los hay. Sí hay pobres, que son atendidos en centros especializados, donde corresponde, pero en cambio impiden la trata y el uso de personas. Aquí no hacen falta vídeos como este, la gente sabe dónde está el problema y, dejando la demagogia que tanto gusta en otros sitios a un lado, ataja el problema.
Tawaki Ese puede ser uno de los mayores problemas, la permisividad de las autoridades en que mendigos se dediquen a pedir por las calles. Si comprobaran si esa niña, o persona adulta realmente necesita una ayuda, no deberían de dejarla pedir por las calles tendrían que atenderla en un centro de acogida con lo que la suspicacia que la mayoría tenemos desaparecería.
Da verguenza ajena nuestras reacciones, y eso con seis años, si fuera con catorce llamabamos a la polícia pàra que no molestase. Nuestro egoismo no tiene medida.
Jesus Al menos en España estamos hartos de ver a personas que piden en la entrada de la iglesias, y en muchos casos son mafias que están obligando a esa persona, mayor o menor de edad a que mendigue, con lo que ya nos nos fiamos de nadie.
En vano. Quiero decir que en vano se muestra la realidad tan a las claras y en vano se pide a las instituciones que actúen, cuando somos nosotros mismos quienes protagonizamos la parte oscura de esta tragedia: son las personas normales, respetables, vecinos, amigos, nosotros mismos, las que miran con desconfianza a la niña desamparada, las que tememos que nos robe, etc… No nos confundamos ni hagamos pose: somos nosotros. El problema está en lo de siempre: en la barrera que hemos instalado entre lo que consideramos «lo nuestro» y lo que consideramos que es «ajeno»…
Lo único que no es vana es la denuncia y las ganas de seguir luchando por lo que se considerada justo, aunque sea en vano.
Charles de Batz Todos tenemos culpa, pero desgraciadamente la permisividad de las autoridades ha hecho que no nos fiemos de nadie ya que en ocasiones aparece una noticia de que un organización criminal manda a mendigar a niños y personas mayores por toda la ciudad, con el agravante de amenazas si no vuelven con una cantidad de dinero prefijada. Si eso no estuviera permitido, y fuera perseguido, tendríamos más confianza en que una niña mal vestida no fuera uno más de esa banda.
Sería una cuestión muy larga a debatir incluso de palabra, cosa que en un blog es muy difícil llegar a una conclusión.
Saludos
Es terrible el caso de niños abandonados o de probreza extrema. No es fácil dar soluciones a priori a esta extensa plaga de infortunios. Las casas de acogida hacen un meritorio papel, pero no llegan a cubrir tanta necesidad poblacional. Vendría muy bien una red de colaboradores que propiciaran ingresos para mantenimiento de las mismas, porque esperar que los políticos dejen de mirarse el ombligo y aporten soluciones…
Frajayo La mendicidad en los niños es muy triste, pero si las autoridades pusieran el remedio, no seríamos tan quisquillosos en interpretar que una niña mal vestida nos puede llegar a robar.
Es terrible, no conocía esas cifras, son brutales. Qué mundo más injusto. Y luego los de arriba robando a diestro y siniestro, da rabia.
Besos
Crónicas de una Española en Viena Los de arriba prometen el oro y el moro antes de las elecciones, pero a la postre, se acomodan en sus asientos y de lo dicho no hacen ni el 80%-
Besos
¡Qué malos son los prejuicios!
¡Y qué malos si se unen con la insolidaridad y el egoísmo!
Claro que esto va más allá, es una triste realidad que se debería combatir cuanto antes, sobre todo cuando hablamos de niños. No se puede permitir, hay mil soluciones pero falta que la pongan en práctica «quienes» tienen el poder, el deber y los medios para erradicar esta pobreza y todo lo que hay detrás de ella.
Un beso.
Nélida Dices bien los que deberían evitar que estos prejuicios nos invadieran no hacen nada por evitarlo.
Un beso
En realidad los que tenemos que evitar nuestros prejuicios somos nosotros mismos, no podemos echarle la culpa a nadie por tenerlos.
Calandra De vez en cuando leemos que han detenido a una banda dedicada a la mendicidad que empleaba a niños para sacar más dinero. Así que ya no nos fiamos de nadie, si lograran erradicar esas bandas, seguro que no pensaríamos tan mal como ahora.