El río Nervión viaja 23 kilómetros desde la capital de Bizkaia hasta el mar Cantábrico, recorriendo todo el patrimonio industrial. Las aguas del Nervión han sido testigos del desarrollo de Bizkaia. En su recorrido desde Bilbao hasta la desembocadura se han desarrollado actividades como la construcción naval o la minería.
Con el paso del tiempo la Ría ha sido un factor determinante en la transformación de la ciudad y sus puentes, facilitadores del cambio. En su camino hacia el mar, el Nervión pasa por el muelle de Uribitarte, por los antiguos astilleros (en los espacios del Guggenheim y del Palacio Euskalduna), por los talleres de Olabeaga, por el edificio de los Molinos Vascos y por los Altos Hornos de Vizcaya.
Antiguamente el Arenal era el corazón de la capital. En sus jardines se cargaban y descargaban los navíos. Los muelles servían para guardar las mercancías de los barcos. El tráfico de navegación llegaba al Arenal por el río y sus puentes eran móviles, para no obstaculizar el tráfico y también para poder cruzar de un lado al otro.
El Museo Guggenheim Bilbao y el Palacio Euskalduna se construyeron en el mismo lugar donde estaban ubicados los antiguos astilleros. Se trata de un claro homenaje ofrecido a la tradición industrial. La grúa La Carola, con su fuerte color rojo, también es testigo del pasado, cerca del puente Euskalduna. Todos los puentes originales de la ciudad eran móviles para no obstaculizar el tráfico de las aguas. En el caso del desaparecido el Puente del Perrochico, en el Ayuntamiento, se tenía que pagar una “perra chica”, antigua moneda de 5 céntimos de peseta para cruzarlo.
En el Paseo de Uribitarte se pueden ver los antiguos almacenes del puerto cerca del edificio de la aduana. Ahí mismo, se cobraban los aranceles de las mercancías llegadas desde el mar. El barrio de Olabeaga estaba lleno de talleres navales llenos de trabajadores. Además de esto, se arreglaban redes y se quedaba el pescado fresco procedente de los barcos. En 1969 se inauguró el Canal de Deusto lo que aligeró el tráfico de los amarraderos de Bilbao. En Zorroza se pueden ver los restos de la antigua fábrica de harina Grandes Molinos Vascos, uno de los edificios más significativos del patrimonio industrial de Bizkaia.
Bilbao es una ciudad que quiere crecer de cara a su Ría. Para vivirla en todo su esplendor podemos coger un barco en el mismo paseo de Abandoibarra y surcar sus aguas mientras contemplamos auténticas obras de arte de la arquitectura como las Torres Isozaki o el Museo Guggenheim Bilbao; y navegar bajo los numerosos puentes que la atraviesan: el Zubi Zuri, el de la Salve, la pasarela Pedro Arrupe, el puente Euskalduna…, llegando casi hasta su desembocadura.
La historia de la ahora capital vizcaína y la ría se encuentran fuertemente ligadas: Bilbao nació donde la ría comenzaba a ser navegable y existía un puente que la cruzaba. Los primeros indicios de población se registraron en el año 1075, con un grupo de pescadores que se reunían en torno a la pequeña iglesia en el territorio de Santurce. Desde ese momento, comenzó un desarrollo vertiginoso de actividades comerciales marítimas a lo largo de la Edad Media, incluida la fundación de la villa de Bilbao en el 1300 y la de Portugalete en 1322.
Hasta mediados del siglo XX, los desechos, tanto industriales como urbanos, eran arrojados indiscriminadamente a las aguas contaminándolas. Desde los años 80 se vienen implementando proyectos de renovación y saneamiento que, además de purificar las aguas, embellecen sus márgenes. El plan de saneamiento ha conseguido que la tasa de oxigenación se sitúe hoy en torno al 60%.
La ría se ha convertido en el eje del desarrollo urbanístico y turístico de la ciudad. La reordenación de las zonas abandonadas tras la reconversión industrial, la construcción en sus orillas de buena parte de los nuevos edificios emblemáticos de la villa y la urbanización y creación de paseos en sus márgenes así lo atestiguan.
En junio de 2006 se declaró oficialmente que el 22 de junio sea conmemorado, con carácter local y anual, como el «Itsadarra Eguna, Día de la Ría».
La situación de la villa de Bilbao en un meandro del río encajado entre montañas la convirtió en vulnerable a las numerosas crecidas que ha tenido en su historia, sufriendo varias inundaciones.
La última de gravedad ocurrió en agosto de 1983: el Nervión, al igual que otros ríos de la cornisa Cantábrica, sufrió graves crecidas después de fuertes tormentas, con precipitaciones de más de 500 mm en buena parte de la cuenca. El 26 de agosto la ría se desbordó en plena Semana Grande de Bilbao. El agua alcanzó los tres metros en algunos puntos de Basauri y hasta cinco en Bilbao. Más de un centenar de municipios se declararon zona catastrófica en el País Vasco, La situación de la villa de Bilbao en un meandro del río encajado entre montañas la convirtió en vulnerable a las numerosas crecidas que ha tenido en su historia, sufriendo varias inundaciones.
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Fuentes consultadas : Visitbiscay, Guggenheim-bilbao, Wikipedia.
Bonito paseo y con un día espléndido. Ahora es un gusto visitarlo . Menudo cambio dió Bilbao desde que cerraron los altos hornos. Vivimos allí 2 años del 78 al 80 y no se podía repirar.
Un abrazo.
-Laura.M- Yo no había estado nunca y tenía miedo a la contaminación, aunque ya me habían advertido que había cambiado mucho.
El otro día en un periódico decían que las capitales más limpias en la actualidad, eran Oviedo la primera y Bilbao la segunda y realmente es algo que nos llamó la atención, la limpieza que había en todos los sitios.
Un abrazo
Como dice Laura, no se podía respirar pero antes de la fecha que ella dice aún era peor, todo negro y el hollín dueño de los edificios y pegado a la piel. Bilbao siempre fue la tercera de las tres y sin mucho para presumir, Neguri y poco más, ahora es una ciudad importante en España. Un dia soleado para un paseo en barco que suerte. Abrazos
-Ester- Pues ahora como le comentaba a Laura, todos los parques públicos , plazas, paseos, avenidas… estaban realmente limpísimas.
El paseo en barco realmente fue espectacular.
Abrazos
Hace miles de años que no voy por Bilbao…
Creo que ha cambiado mucho, yo lo recuerdo con mucha polución…
Salud
-Genín- En mi caso, como no había estado nunca, me llevé una agradable sorpresa.
Saludos
Me parece una forma excelente de ver la ciudad desde otro punto de vista. Y muy cómoda, ya que son los edificios quienes vienen a vernos.
-Tawaki- Así es, solamente hay que ponerle una pega, que como se te escape el edificio o el objeto a fotografiar no puedes repetir.
El Agua, fuente de vida a la que se abrazan ciudades y pueblos.
En mi próxima visita al bocho me hago un viajecito por el Nervión.
-Una mirada…- Hay dos excursiones por la ría, la primera de una hora que es la que yo he querido plasmar, otra de dos horas que te lleva hasta el mar, pero en nuestro caso no nos daba tiempo, así que tuvimos que conformarnos con la cortita.
Ese barco irá despacio para que no se os escapen las cosas a fotografiar. ¿No? Y para luego saber en que orden las has visto, es muy útil mirarle la hora en los EXIF de la foto.
-Senior citizen- No se la velocidad a la que va el barco, pero pese a que no corre mucho, como te despistes no sacas la foto que te interesa, hay que estar muy al tanto.
Lo del orden, aquí no hay problema, ya que como no te paras a dar vueltas salen las fotos exactamente en el orden que las has visto y fotografiado.