Que levante la mano el que no haya oído, o haya dicho en alguna ocasión ¡Naranjas de la China! o su equivalente ¡Nanay de la China!, que por cierto, equivale a una rotunda negación.
Aunque la segunda expresión es mucho menos empleada, sin embargo está recogida en el Diccionario de la RAE. Esta expresión parece proceder de la modificación de la expresión “nada de nada”, que pasaría a ser “na de na” y de ahí a la actual nanay.
¿Y la primera expresión, la de ¡Naranjas de la China!? En ese caso sí que está documentado un origen plausible de la expresión. De acuerdo al libro «Del hecho al dicho» de D. Gregorio Doval (Página 53), antiguamente la gente no creía que fuera posible traer naranjas en buen estado desde un país tan lejano como China (aunque aquella región sea, de hecho, de donde proceden originariamente las distintas especies de cítricos que cultivamos en nuestras tierras, como es el caso de nuestra querida naranja).
Por ello, cuando algún frutero afirmaba que las naranjas que vendía procedían de aquel remoto país, la gente se lo tomaba como una invención, fruto de la fantasía y del afán comercial del individuo, pero algo evidentemente imposible (para los medios de transporte de aquella época, claro).
Así que ya sabes, si te vuelven a responder a una petición o comentario con un incrédulo “¡naranjas de la china!”, puedes contestarle que gracias a las cámaras frigoríficas todo es posible, hasta traer naranjas del gigante asiático. Probablemente no cambiará de opinión, pero le surgirá la duda.
Créditos : Allianz Assistance, 20 Minutos.
No levanto ninguna la mano, he oído y he dicho la expresión varias veces, se su significado me no su origen,buen ahora si. Muy buena entrada, Abrazos
-ester- Muchas de las expresiones son lógicas aunque nosotros no conozcamos su origen, por ello me gustar compartir todos estos dichos, ya que muchos de ellos son realmente curiosos.
Abrazos
Qué chulo, Jubi!
Me encanta conocer estas cosas.
Ah! y el enlace del libro sobre dichos, que compartes, me ha gustado mucho. Ya me he guardado el enlace ¡gracias!
Abrazo
-bisílaba- Hay otro libro que creo recordar que me dijiste que lo tenías o cuando menos lo conocías es el de 20 minutos «Ya está el listo que todo lo sabe» de Alfred López.
Un abrazo
Yo el que tengo es “El porqué de los dichos”.
Ahora mismo no recuerdo de quién es y no puedo mirarlo porque lo tengo en otra casa.
Acabo de mirarlo en internet, es de José María Iribarren
-bisílaba- Exacto, es otro de los que aparecen en muchas ocasiones.
Ahora la gente es más explícita en esos casos…
-Senior citizen- ¿Explícita? Ahora la gente ve algo en el último lugar del mundo y pese a que lo tiene en la tienda de al lado, se lo encarga a Amazon o similar para que se lo triga.
Buena respuesta nos sugieres, tomo nota.
Fuerte abrazo.
-Sara O. Durán- Creo que conoces mi afición a saber de donde provienen las cosas.
Un abrazo
Y tal vez pronto, en términos amplios, frases parecidas sobre Luna o Marte perderán su significado pues la tecnología cambia las cosas.
Muy interesante, Jubi, como siempre.
-Magda- Alguno, pese quizás a no haber viajado nunca en avión, ya están en la Luna.
Por cierto «Quedarse a la luna de Valencia» ya lo conté hace tiempo.
Feliz Navidad.
Muy interesante. Un beso
-Susana- Me gusta ir publicando cosas curiosas, al menos para mi.
Un beso