El “Monumento a las Grandezas de Ávila” es un testigo mudo de las idas y venidas de los abulenses, la seña de identidad de la plaza de Santa Teresa o del Mercado Grande como también se la conoce. En Ávila, es popularmente conocido como «La Palomilla».
El monumento, está dedicado a Santa Teresa que preside la obra y que fue iniciado por la Diputación Provincial en 1882 con motivo del III Centenario de la muerte de Santa Teresa, siempre se ha encontrado en el mismo sitio excepto en el periodo 1965-1985, que fue desmontada y reubicada en el jardín del Recreo.
El prisma escultórico inferior tiene en sus cuatro caras, los nombres de muchos abulenses ilustres y en ellas se pueden observar a Santos, Escritores y Artistas, Políticos y Guerreros.
Hecha esta presentación, me hago una pregunta ¿qué pasó entre los años 1965-1985, para tener que retirar el monumento? Simplemente que hicieron unas obras para construir un aparcamiento subterráneo.
Así que aprovechando esta circunstancia, la ciudad de Ávila se plantea otorgar a Teresa de Jesús un monumento digno de su importancia y del cariño que los abulenses le tributan. Por ello surge la escultura de la Santa de la que ya hemos hablado con anterioridad, en esta entrada.
A finales de 1970, el Ayuntamiento convocó un concurso de proyectos para la creación de un monumento a Santa Teresa. El escultor gaditano Juan Luis Vassallo fue el ganador del mismo. Junto a él, colaboraron en el proyecto los arquitectos Diego Vega y José Manuel Vassallo, hijo del artista.
Sin embargo, la realización de la obra se retrasó durante varios años. En ese tiempo, hubo una serie de polémicas entre quienes defendían la ejecución de la obra premiada y quienes deseaban una escultura en el centro de la plaza.
Finalmente, se llevó a cabo el proyecto de Vassallo, y el grupo escultórico sería inaugurado oficialmente por Juan Pablo II en su visita a la ciudad de Ávila, con motivo de la clausura del IV Centenario de la muerte de Santa Teresa, el 1 de noviembre de 1982.
Fuentes consultadas : Serzi Sanz
Teresa de la rueca a la pluma
Pues sí que se tomaron con tranquilidad las obras del aparcamiento subterráneo. ¡¡¡Veinte años!!! Algunas catedrales medievales tardaron menos en construirse.
Una mirada… Como madrugué bastante, dejé el coche al lado del aparcamiento en zona libre, no fuera a ser que me lo tuvieran un par de años dentro sin poder salir.
Eso no es nada comparado con nuestro AVE, nuestro METRO, nuestro hospital, nuestras autovías….
Senior citizen Hay que tener un poco de paciencia, ya se sabe que «las cosas de palacio van despacio» y en Granada hay muchos palacios.
Muchas gracias jubi por este saber que no ocupa lugar.
trimbolera En realidad yo no se nada, excepto la manera de saber buscar información, cosa que les decía a mis alumnos y compañeros cuando daba clases. «No memoricéis nada, es una pérdida de tiempo, aprender a encontrar la información ahí donde se encuentre»
Antes se decía que cultura no es saber las cosas, sino saber donde buscarlas, pero ahora ya sabemos donde se buscan: en Google.
Senior citizen Cuando daba clases de informática les enseñaba a buscar en la propia ayuda pulsando F1, la mayoría se extrañaban de la cantidad de información que tenían en el propio programa, que en la mayoría de los casos les resolvía sus dudas.
Como muy bien dicen hoy en día Google nos dice donde buscar, pero… una cosa muy importante es saber preguntarle para que te lleve a la Wikipedia, al blog del vecino o a una información de un diario en otro idioma.
Algunas obras de las ciudades son tan eternas que se les acaban poniendo nombres como por ejemplo «El Escorialín» que hay en mi ciudad, edificio pequeñajo pero que tardó tanto en hacerse como El Escorial, de ahí el nombre.
Calandra La verdad es que es un poco pequeñajo, no me extraña el nombre.
Claro que con la escultura «La Maternidad» delante, se podría hacer una preciosa foto. ¿Me equivoco?