Antes eran discretos azulejos en las esquinas de las fachadas los que recordaban el nombre de las calles y las plazas. Ahora parece haberse puesto de moda en Zaragoza la instalación de pórticos y estructuras con grandes letras de acero corten que tratan de poner al ciudadano en contexto. ¿Es una tendencia del nuevo urbanismo? ¿Es una obviedad y una horterada? ¿En cuántos nuevos proyectos de reforma vamos a toparnos con estos letreros?
«Si una ciudad tiene la suficiente personalidad, no necesita un rincón con su nombre. Para hacerte una foto que identifique Zaragoza, basta con irse al puente de Piedra y sacar el Pilar de fondo. El resto de inventos y la proliferación de letreros se hacen para atender a los turistas y las redes sociales, pero se están convirtiendo en auténtica plaga», opina el arquitecto Alberto Sánchez.
En la capital aragonesa el de «Zaragoza» se puede ver en una suerte de porches de la remozada plaza de Salamero, pero en los últimos tiempos se han extendido este tipo de rótulos, la mayoría a la intemperie y en materiales perdurables, en otros puntos de la ciudad como las entradas a la calle Delicias o el parque de Pignatelli. ¿Acaso vamos tan mal de retención de memoria como para no saber dónde estamos?
Los expertos en márquetin reconocen que este tipo de carteles son «más propios de las marcas comerciales» y, de hecho, muchos de estos letreros se facturan en las mismas fábricas que los neones y las letras de PVC, madera o metacrilato. «A veces da la sensación de que estás en una ciudad-maqueta, como lo que se presenta en un proyecto de arquitectura con los arbolitos y personas en miniatura. Cuando paseo por Zaragoza me parece todo de adorno y falso, sin mucha utilidad», afirma María Serrano, experta en redes y creadora junto a un grupo de amigos de la cuenta ‘Ir de propio’.
– Jubi, si no recordamos la ciudad en la que estamos, mejor nos lo anotamos en un papelito y lo miramos de vez en cuando.
Comprendo que si vamos al Reino Unido a la ciudad de Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch, que es el topónimo más largo del Reino Unido y el tercero más largo del mundo. no lo recordemos, aunque abreviando se la suele llamar Llanfair PG o Llanfairpwll. ¡¡Pero Zaragoza…!!
Crédito : Heraldo, El Periódico de Aragón.
Pues es verdad que se han puesto muy de moda esas enormes letras de metal o lo que sea con el nombre, las he visto en ciudades y también en pueblos pequeños, los de la costa catalana están todos así, normalmente en las rotondas, no están mal pero son tan iguales, como clonados, que quitan la personalidad de cada localidad.
Un beso enorme.
-Montse- Se podían gastar el dinero en otras cosas más prácticas, pero la verdad es que en todas las ciudades visitadas últimamente hay un enorme cartel con el nombre de la ciudad. Algún día se terminará la moda de hacerlo y harán otra cosa peor.
Besos
Muy mal. Echan a perder la fisionomía de las ciudades.
Abrazos.
-Sara O. Durán- Los humanos somos seres impredecibles y se nos pueden ocurrir cualquier cosa rara.
Abrazos
Vaya tontería se les ha ocurrido. Un beso
-Susana- Tontería que cuesta un dineral, a pagarlo entre todos.
Un beso
He visto esas aparatosas estructuras anunciando la ciudad en la que te encuentras, como si no lo supiera ya el visitante y se lo tuvieran que recordar, por suerte en mi ciudad aún no se les ha ocurrido esa solemne tontería.
Saludos
-emilio- Pues que dure, que tener que subir al Sacromonte o a la Alhambra a ver una horterada de estas, sería un delito. Por cierto no se si te he dicho que he visitado ambas maravillas.
Saludos
Me alegro que así sea, por suerte mi ciudad tiene aparte de esas muchas maravillas más cosas que ver, a esas otras te tienen que llevar los autóctonos, a ellas no van los guias turísticos.
Saludos
-emilio- Ya me imagino que nos quedamos sin ver muchas cosas. A la Alhambra fuimos con guía, pero al Sacromonte subimos solos y como era normal terminamos en una de las muchas Cuevas existentes en la zona.
Saludos
Y copiándose unas poblaciones a otras, pues es rara ya la ciudad que no ha entrado en esta costumbre.
El nombre de esa población del Reino Unido sí que habría que verla en esas letras gigantes :-))
Un abrazo!
-bisílaba- Esa población se saldría de la isla si pusieran el nombre tal cual, llegaría a Europa y se terminaría el Brexit.
Un abrazo
Buenos días, ese dinero, (que no será poco), se pudo emplear en algo necesario y útil para la ciudadanía, digo yo.
¡Anda que…!
Ya sabes que tengo dificultades con Bloguer, (lo he dicho bastante), esta es la tercera vez que intento entrar en tu blog, no es que esté «enfadá» contigo, jejejejeje. Buena semana y mes.
Abrazo.
-Mari Carmen Franconetti- Si es una pena, mal empleado dinero, pero los que tienen la sartén por el mango son los que guisan todas las cosas de las comunidades.
Te puedo asegurar que no he puesto ninguna inhibición a nadie, ni siquiera a todos los que especialmente en inglés y ruso me mandan spam a espuertas.
Feliz semana.
Un abrazo
Yo creo que no hay ciudad española que no tenga características que las diferencien sobradamente conocidas, si uno ve la plaza del Pilar, o el puente de Triana o la puerta de Alcalá, etc… no tiene duda de donde está. Tal vez a los ayuntamientos les sobre dinero para esas (en mi opinión) chorradas. Como curiosidad te diré que hace unos años, estuve en ese impronunciable pueblo gales de Llanfairpwl….etc….etc Un abrazo.
-Sabius- La mayoría de ciudades españolas tiene algo muy conocido y es fotografiado por todos los que pasamos por allí por lo que es una estupidez, así que poner carteles que valen un montón de dinero (iba decir un h… y la yema del otro, pero estamos en horario infantil), para saber en que ciudad estoy es un gasto no asumible para la sociedad.
Oye y ¿llegaste a pronunciar bien eso de Llanfairpwl….etc….etc?
Abrazo