En la Edad Media, durante la ceremonia de adopción del supuesto hijo adoptivo, el padre debía introducir al futuro hijo adoptado por una manga de una camisa (una camisa de once varas, claro), sacándolo por el cuello para posteriormente darle un fuerte beso en la frente como prueba de la aceptación de la paternidad.
Pero bastantes veces ocurría que estas adopciones no eran de agrado del hijo adoptivo y entonces se le recomendaba a éste que no se metiera en camisas de once varas (que no se dejase adoptar). El número once era un número indefinido cuyo significado era “muchas”, y por esto se entendía que era una camisa bastante larga.
La vara (835,9 mm) era una barra de madera o metal con el objeto de medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar el tamaño de la camisa que en realidad no podía medir 11 varas (más de 9 metros).
En algunas regiones de Europa la ceremonia continúa vigente pero con la madre, con objeto de simular el parto.
El dicho además refleja una exageración en las dimensiones de la camisa, la cual no podía medir once varas, ya que una vara son 84 centímetros. Así, la camisa mediría 9,24 metros.
Fuente : Wikipedia
Que curioso… 🙂
Salud
-Genín- Pa´asfixiar al crio, oiga.
Saludos
Cuando titulé con la expresión una reciente entrada, me pareció muy chistoso esa práctica. Pobrecillos adoptados, una tortura.
Un abrazo.
-Sara O. Durán- Sabía que había leído esta expresión en algún sitio pero no recordaba donde era, no me extraña que la buscara.
Un abrazo
Decir once varas para expresar algo grande es como cuando decimos que llueve a cántaros.
-Senior citizen- Algo así, como cuando enterraron a Zafra, o como cuando se les hundieron las cuevas del Sacromonte.
Estas expresiones antiguas son el pan y la sal del habla; sin ellas, el lenguaje perdería ese toque exagerado que tanto lo enriquecen.
-Una mirada…- Hay refranes y expresiones para todo y eso que muchas se van perdiendo en la actualidad, alguna por cambio de costumbres especialmente en el campo.