El artículo es de Martín Cid.
Me preguntaréis quien es Martin Cid?
Su escueto currículum ya nos da una pequeña idea.
Martín Cid es autor de las novelas “Ariza” (ed. Alcalá, 2008), “Un Siglo de Cenizas” (ed. Akrón, 2009), y “los Siete Pecados de Eminescu” (donada a la humanidad), además del ensayo “Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción”.
Escribe en diversos periódicos y revistas y dirige la revista cultural bilingüe (inglés-español) Yareah magazine, desde donde promueve autores y artistas de más de 50 países del mundo.
Ha prolongado el reciente ensayo “Las Chicas del Óleo, pintoras y escultoras anteriores a 1789” (ed. Akron), de Isabel del Río, dentro de la colección ¿Quiere Saber Más?
Actualmente reside en Madrid.
Claro que tenemos mas información en su página web : Martín Cid nació en Oviedo el 26 de junio de 1976
– Jubi, y con respecto a la ley seca, tabaco y limpieza de las casas…
Eres un desastre, lees rápido, te inventas cosas y luego yo tengo que aclararlas, limpieza moral, no de las casas.
Ley seca, tabaco y limpieza moral
por Martín Cid
La más famosa de las leyes secas se produjo en los Estados Unidos de América entre 1920 y 1933 (casualmente, año en el que Hitler llegó al poder). Pero hubo otras, no tan famosas:
1908-1945: en la Isla del Príncipe Eduardo, y por cortos periodos de tiempo en otras localidades de Canadá
1915-1922: en Islandia (sin embargo la cerveza siguió prohibida hasta 1989)
1916-1927: en Noruega (el vino fortificado y la cerveza fueron incluidos entre 1917 y 1923)
1919-1928: en Rusia
1919-1932: en Finlandia (llamada «kieltolaki»)
1950-2000: en algunos estados de la India, incluidos Andhra Pradesh, Haryana y Guyarat.
Después de semejante ejemplo del dominio del cortar-pegar (http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_seca ) se habrán dado cuenta que el auge del puritanismo no es patente exclusiva de los americanos. Últimamente, y a raíz del proceso de documentación para mi último libro, he obtenido algunos datos interesantes sobre leyes interesantes y no poco surrealistas. Algunos ejemplos.
Fue el mismísimo Stalin (que no ha pasado a la historia precisamente como uno de los santos de la Iglesia Católica) quien abolió la ley seca en un alarde de populachería para los campesinos (a los que más tarde asesinaría impunemente).
Otro intento de limpieza moral (entre otros muchos como la esterilización de los alemanes no-aptos para la reproducción): a Hitler se le ocurrió la brillante idea de prohibir el tabaco. Hitler (que para eso era el Führer) estuvo brillante (bien secundado por el no tan bueno de Goebbels) y propuso poner una calavera en las cajetillas de tabaco. Por desgracia para los fumadores, no ganó la guerra y su proyecto de protección y sanidad quedó en nada.
Uno de los motivos que argüía ese señor con bigote era que el gasto público era excesivo. ¿Les suena? Sin embargo, y como mi libro trata de la propaganda y mi anterior libro (Un Siglo de Cenizas) sobre el tabaco, y me he permitido el lujo de pensar largo y tendido en ambos temas, he llegado a algunas conclusiones y reflexiones que me permito el lujo de sacar a la luz.
¿Se trata de un tema de higiene moral-económica? Creo que fue la propia Catalina la Grande (zarina de Rusia) la que prohibió el tabaco aduciendo motivos morales. Algún listillo advenedizo le dijo que podía cobrar impuestos y… se pueden imaginar que el abundante campesinado no tardó demasiado en llevarse un cigarrillo a la boca.
En este sentido, y en datos públicos (que no pasan de ser datos, pero que al ser públicos alcanzan cierto sesgo de irónica “credibilidad”), en el 2008 el Estado Español (Dios lo tenga en su gloria) recaudó 9.266 millones de euros de los impuestos derivados del tabaco.
No está nada mal.
Otro dato público: dicen que el tabaco le cuesta a la sanidad (dícese, al Estado-siempre en mayúsculas-) unos 5.000 millones de euros.
Volviendo a mis tiempos de colegial haré una suma: 9.266 – 5.0000 = 4.266. Y para los que no sepan matemáticas lo aclararé aún más: el Estado tiene un superávit con el tabaco de 4.266 millones, por no hablar de los impuestos indirectos que el sector del tabaco genera: los estancos pagan impuestos y los bares de noche también (que tendrán indudablemente que ver reducida su clientela). Dícese, a estos públicamente reales 4.266 millones tendríamos que añadir los de los otros impuestos.
Pero como en mis días como literato me he permitido algunos asuntos más que leer fríos datos sobre millones, en mis manos calló un librillo sobre el brillante estratega de Hitler: Joseph Goebbels. Para quien no lo sepa (y cuando estudié la carrera de Periodismo nunca le oí ser citado) fue el Ministro de Propaganda del Régimen Nazi y una de las figuras sobresalientes en lo que concierne al tratamiento de la información y manipulación mediática.
Reflexionemos un instante: dos sistemas (que si bien son diferentes coinciden en una medida) tienen un objetivo y se valen de unos medios para conseguirlo. En la Alemania de 1933 -1945: convencer al ciudadano que el Régimen cuida de ellos estadística y moralmente. En la España actual: convencer al ciudadano que el Estado cuida de ellos estadística y moralmente. Vemos irónicamente claras diferencias entre los intereses propagandísticos de uno y de otro.
Y mientras, y a modo de conclusión, les daré mi vulgar opinión: la clave no está en reducir la venta, sino que el año que viene hay elecciones y hay que intentar plantear unas cifras públicas más o menos decentes. Que suba o baje el número de fumadores no importa, lo que sucede es que un incremento del 50% en el precio del tabaco supondrá en el 2010 un aumento en esos casi 10.000 millones de euros que van a parar al Estado y así, y de paso, podrán electoralmente proclamar la propagandista y mefistofélica idea que subyace bajo todas estas mareantes cifras: el Estado cuida de todos nosotros. Sólo tiene un pequeño pero: vaciando los bolsillos al ciudadano.Para terminar, y para que no nos quedemos en el frío dato y pueda el lector esgrimir una leve pero cariñosa sonrisa, les daré otro dato más: el lema el año 2010 del Día Mundial sin Tabaco fue “Mujer sin Tabaco” (dícese feminismo + limpieza moral = ciudadanos felices).
Y esto dijo Goebbels, es Propaganda.
Si se quieren reír aún más, podemos ver a un presentador de televisión (Fernando Sánchez Dragó), a un antiguo concursante del siempre intelectual Gran Hermano (conocido como Carlos “el Yoyas”) y a otro presentador de televisión (que se hace llamar “El Follonero”) opinando sobre el asunto:
http://www.tvzapping.org/tag/fernando-sanchez-drago/Les dejo, amigos míos, que tengo unos excelentes Montecristos que merecen mi atención.
¡¡Martín no te quedará un Montecristo para este pobre jubilado al que le van a congelar la pensión!!
Por fin alguien saca a relucir el tema escondido del tabaco, siempre dije que no entendía como el gobierno quería prohibir fumar y sin embargo no cerraba las tabacaleras ya que son tan malas para la salud, 🙂 claro, lo serán para la salud pero no para los impuestos.
¡Este mundo …!
Mea culpa. No conocía a D. Martín!!! En cuanto a las leyes prohibidoras de un consumo que evitará que se llenen las arcas…No sé yo…
Pasa lo mismo con el alcohol.
Hace muchos años que ya no fumo. Me considero totalmente rehabilitado del uso del tabaco; pero me parece una auténtica persecución de los ciudadanos que aún arrastran su vergüenza por incurrir en el nefasto vicio del tabaco. Parecen leprosos bíblicos a las puertas de sus centros de trabajo y a la vista de todos; acatando rigurosamente y con la mayor disciplina las normas legales impuestas.
Que conste que me parece plausible la actitud de las autoridades sanitarias para liberar a los fumadores pasivos de los nocivos efectos del tabaco, en centros cerrados de cualquier índole.
Querido Jubi:
Despues de leer a Martín Cid llego a las siguientes conclusiones.
Que dada la crísis económica, nuestras pensiones solo se van a descongelar llenando el ambiente de humo de tabaco. Ejem! Ejem!…¡A toser toca!
Todo se traduce a números, a dinero y a especulación.
Buenos días.
Se gasta mas en resolver y tratar los problemas causados por el tabaquismo, que lo que se recauda por impuestos. La verdadera razón por la cual los gobiernos no hacen nada por erradicar este flagelo es que en promedio los fumadores entre activos y pasivos, en promedio viven 10 años menos que los no fumadores, y como no podrian hacer frente a jubilaciones de toda esa poblacion por sus 10 años mas de vida si erradicaran el tabaquismo, dicen «que sigan muriendo» eso nos conviene!!! Los que manejan los números de los gobiernos lo saben y no van a cuidar la longevidad de la población, pues eso no les conviene, tendrian mucho menos dinero para gastar a discresión!!