Imagen : Esopo según las Las Crónicas de Núremberg.
Esopo, considerado el padre de la fábula, era un esclavo frigio que vivió alrededor del siglo V antes de Cristo.
Se cuenta que uno de sus amos, Xantus, le ordenó que fuera al mercado y le trajese el mejor alimento que encontrara para agasajar a importantes invitados. Esopo compró solamente lengua y la hizo aderezar de diferentes modos. Los convidados se hartaron de comer lo que saborearon como un manjar. Cuando quedó solo, Xantus le preguntó qué era eso tan delicioso.
-Me pediste lo mejor -dijo Esopo- y traje lengua. La lengua es el fundamento de la filosofía y de las ciencias, el órgano de la verdad y la razón. Con la lengua se instruye, se construyen las ciudades y las civilizaciones, se persuade y se dialoga. Con la lengua se canta, con la lengua se reza y se declara el amor y la paz. ¿Qué otra cosa puede haber mejor que la lengua?
Pocos días después, Xantus le dijo que llegarían unos visitantes desagradables a los que debería atender por protocolo pero quería manifestarles su disgusto sirviéndoles una mala comida.
–Trae del mercado lo peor que encuentres– le recomendó.
Esopo trajo lengua y la hizo preparar con un sabor tan desagradable que repugnó a los comensales.
-¿Qué porquería es esa que serviste?- le preguntó Xantus.
-Lengua -contestó Esopo-. La lengua es la madre de todos los pleitos y discusiones, el origen de las separaciones y las guerras. Con la lengua se miente, con la lengua se calumnia, con la lengua se insulta, con la lengua se rompen las amistades. Es el órgano de la blasfemia y la impiedad. No hay nada peor que la lengua.
La lengua es un arma de doble filo. ¿Cuál prefieres?
Editor: Jorge Ignacio Covarrubias, secretario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE).
También Miguel Hernández dijo:
Tristes armas
si no son las palabras.
-Senior citizen-
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes. Tristes.
Mucho hace la lengua en un sentido o en otro. Las palabras acarician, hieren, iluminan, envenenan…
-Una mirada…- La lengua tiene un doble filo impresionante, sus palabras pueden acariciar, halagar, lisonjear, pero también tiene como contrapartida, que pueden dañar, lastimar, calumniar…
La lengua puede ser letal, hay que cuidarla. Morderla o ponernos pegamento en los labios para no herir. Más bien, aprender a manejar nuestras emociones.
Abrazo.
-Sara O. Durán- En España hay un dicho que en la actualidad tiene su máxima expresión en «Calumnia que algo queda» y es que con las redes sociales es muy fácil calumniar a alguien dando noticias falsas de su proceder y luego aunque se quiera realizar una rectificación ésta ya no llega a toda la gente a la que llegó la difamación.
Un abrazo