iene de almorzando en la siega
Esta entrada está dedicada a mi hermana, ya que según me ha dicho no tiene ninguna foto de nuestra tía de Bailo.
l riego en La Viña(1), se hacía surco a surco, similar a como aparece en la siguiente imagen.
Cuando el agua llegaba al otro extremo del surco, había que abrir otro con la jadica(3) y cerrar el anterior. Cuando los surcos para regar no llegaban a determinadas plantas, el riego de estas se hacía como se muestra en la primera foto, de una manera totalmente artesanal, un palo atravesaba una gran lata, y con ella llena de agua se vertía en las plantas que la necesitaban.
También existía un colmenar de abejas, muy parecido al de la imagen de la derecha. Por delante entraban y salían estos insectos himenópteros y por la parte trasera existía una puerta por donde se podía entrar para hacer limpieza y extraer la miel para sustento propio.
Mi tío me lo recordaba mil veces, «Nunca te acerques al colmenar, y si lo haces, que sea solamente a primerísima hora de la mañana, cuando todavía hace frío ya que la abejas no están en plena actividad, si por casualidad te aproximas sin darte cuenta y una o varias abejas se te posan en la cara o brazos, no trates de quitártelas de encima, sin movimientos bruscos se vas alejando de las colmenas y seguramente no recibirás ningún picotazo, pero si escapas corriendo o tratas de espantarlas, toda la colmena se te echará encima»
Retrocedamos un poco en el tiempo, hace unos días explicaba como era la trilla, en cierta ocasión se presentaba un día tranquilo, tanto es así que mi tío cazador de toda la vida, dijo que se iba a cazar unos cuantos conejos, entonces los había en abundancia, dejando a mi padre y a mi encargados durante toda la mañana de la trilla. Pero la mala suerte se cebó con nosotros y al poco rato, viene el alguacil encargado de suministrar agua a los huertos, que por no recuerdo el motivo se había adelantado nuestro turno de riego, yo no me atrevía a ir a regar solo, así que mi padre con el tiempo justo tuvo que ir a La Viña a regar y mientras tanto el que suscribe, tuvo que estar toda la mañana en la era sin ayuda de ningún tipo.
Es cierto que de las eras vecinas, dos casas se ofrecieron para ayudarme, pero yo como buen maño y por supuesto cabezón, además de agradecérselo les dije que me valía yo solo para, trillar y encontornar, por lo que durante toda la mañana casi no pude ni beber un trago de agua fresca.
Con esta historieta se terminan los artículos dedicados a Las andanzas de un estudiante de vacaciones en el pueblo.
“Donde dije digo, digo Diego” en algún momento seguiré con alguna que otra historia totalmente real, así que seguiré en… peleándome con la Guardia Civil.
Si alguna persona lee este artículo y quiere ojearlos todos, puede empezar aquí.
(1) La Viña, se llamaba así a un gran espacio de terreno en el que lógicamente había unas cepas(2) que ocupaban la mayor parte del terreno, las uvas que recogíamos se empleaban para elaborar el vino propio. También había un huerto, árboles frutales y unas colmenas de abejas que producían miel para todo un año.
(2) Cepa : El término «cepa» se emplea para referirse a las variedades viníferas, aunque comúnmente se usen también los términos «vid» y «uva».
(3) Jadica : Jada o Azada pequeña.
¡Oh! Se me ha hecho corto, las andanzas de un estudiante de vacaciones ha sido un grupo de entradas muy agradables, nos has mostrado no solo como fueron para ti sino como eran las cosas de entonces. Un abrazo agradecido
Ester He recordado más cosas, pero me cuesta trabajo pasar mis recuerdos a papel para, por una parte ordenar mis recuerdos y lo que es peor clasificar las palabras para tratar de formar algo legible y que no sea excesivamente aburrido para los no iniciados en el mundo de la siega y la trilla.
Abrazos, las gracias a ti por leerme.
Bonitas andanzas las de ese estudiante que al mismo tiempo nos ha hecho recordar nuestras propias andanzas. Abrazos
Ligia Me alegro haberos hecho recordar, siempre que estos recuerdos hayan sido agradables.
Abrazos
Seguro que al terminar te ofreciste a ayudar a los vecinos. Bueno, eso lo habría hecho alguien de Bilbao más bien.
Tawaki Me temo que ellos terminaron antes que yo, como mínimo solía haber dos personas ya que también había que dejar descansar un momento a las caballerías y llevarles un cubo agua para que bebieran, por supuesto si defecaban también había que parar y tratar de recoger lo mejor que se pudiera los excrementos.
No he tenido más remedio que buscarle la nota atrasá al «encontornar» me lo he supuesto por el contexto pero la pu.. primera vez que lo leo, y no lo encuentraba.
Saludos
Anarkais Son palabras que actualmente están en desuso, incluso la RAE, en la actualidad no la contempla, pero si el diccionario Aragonés.
Significa dar la vuelta a la parva (la mies que se está trillando), para que la fragmentación de la paja y grano sea más acusada y se pueda hacer antes.
Se hacía con una horca y por surcos de unos 50 centímetros de anchura.
Saludos
dos casas se ofrecieron para ayudarme, pero yo como buen maño y por supuesto cabezón, además de agradecérselo les dije que me valía yo solo aquí te hubieran llamado «grandón» :-).
Calandra Eso de grandón, me imagino que equivale a un fanfarrón o algo similar en lenguaje castellano.
Si, fanfarrón pero a lo grande.
Calandra Algo así me imaginaba yo. Pero es que denegar la ayuda, no era por vanidad ni por fanfarrón, en todos las casas se pasaban apuros, por eso ellos tampoco insistieron en ayudarme.
¿Y que pasa con las andanzas cuando tenias tiempo libre? Venga, desembucha…jajaja 🙂
Salud
Genín No había tiempo libre, en caso de que la siega y la trilla se hubieran terminado estaba el limpiar la cuadra, la zolle y los gallineros para llevarlo todo a los campos para abonarlos.
Mientras tanto dos yeguas con sus correspondientes recrios andaban sueltas por el pinar y una vez a la semana me tocaba ir para ver donde estaban y si tenían algún problema, en ocasiones era una labor de indios (textual) buscando las últimas huellas para localizarlas, ya que al llamarlas si no me oían no podían acudir.
Si que fuiste un tanto… no cabezón, sino ingenuo, te aplicaste solo al trabajo, pudiendo aceptar la ayuda que te ofrecieron. Me gustaría que no terminarán aquí tus andanzas. Han resultado bastante interesantes.
Abrazo grande.
Sara O. Durán En época de trilla todas las casas iban con apuros e incluso algunos metían más mies para evitarse un día de trabajo, y eso se notaba en la tarea de ahí que ninguna insistiera.
Me hubiera gustado poner un par más de artículos pero me estaba resultando casi tan fatigoso como la trilla.
Un abrazo
Cuánto trabajo, amigo.
Me llevan a relatos que recuerdo escuchar de mis abuelos, en distintas faenas y diferentes escenarios pero igual de duros y trabajosos.
Mérito el tuyo.
Gracias por compartir.
Abrazo!
Faerie Glen Es que yo a mi edad podría ser abuelo de muchas personas, pero de momento no lo soy de ninguna.
Entonces se trabajaba a base de bien, ahora con las cosechadoras y tractores con aire acondicionado el trabajo es muy distinto.
Un abrazo
La tía Pabla me recuerda a muchas mujeres que conocí en la niñez, con sus atavíos oscuros, sus delantales y el pelo encanecido recogido en un moño; mujeres que bregaban en el hogar y en el campo, que se ocupaban de sushijos e hijas, del huerto y de dar de comer a los animales en una jornada laboral sin horarios y, la mayoría de las veces, sin ningún tipo de reconocimiento.
No des por concluido el tema, hombre, que puede que, de repente, recuerdes alguna anécdota o circunstancia que quieras compartir.
Una mirada… Mi tía salía pocas veces al campo pero en casa tenía trabajo en abundancia, al menos en verano, dar de comer a conejos, cerdos, hacer la comida, limpiar un poco la casa, hacer las camas, hacer pan cuando tocaba…
He modificado el final de esta saga y he dejado en el aire algo que he ido recordando, en ambos casos, anda por medio la guardia civil, entonces había cuartel en Bailo, en realidad son cuatro o cinco anécdotas, pero las voy a resumir en dos.