Todos conocemos la desgraciada historia del Titanic, pero posiblemente pocos conocerán el menú de la última cena.
De sobra sabemos lo que sucedió, al chocar contra un iceberg el 14 de abril de 1912 se hundió en el Océano Atlántico Norte, y de las 2240 personas a bordo, aproximadamente 1500 murieron, el barco tenía una capacidad para 64 botes salvavidas con una capacidad para 65 personas cada uno, pero tan sólo llevaba 20, de los que solo 16 lograron salvar a pasajeros.
Pero si hay algo que hasta hace poco no sabíamos era el menú (de primera clase, por supuesto). Hace unos años, la carta con la fastuosa última cena que tuvieron el gusto de disfrutar aquella noche, se pujó y vendió a un coleccionista privado.
Había sido salvada por el pasajero Abraham Lincoln Salomon, (enlace traducido por Wikipedia) que pudo escapar en el llamado ‘barco del dinero’ o bote salvavidas primero. El menú en concreto había sido diseñado por el cocinero más famoso de la época: Auguste Escoffier.El Titanic tenía tres cocinas y una increíble despensa. El chef (Pierre Rousseau (traducido por Wikipedia), que no sobrevivió al naufragio con 49 años) contaba con la ayuda de varios y cocineros para poder servir las comidas y otros caprichos a los pasajeros.
Los pasajeros de primera habían pagado cerca de ¡10.000! euros por el viaje, así que disfrutaron el menú, que quizá para nosotros puede parecer un poco… excesivo.
Primer plato : Entremeses: canapés variados, incluidos canapés almirante (con mantequilla y langostinos)
Ostras gratinadas al champán
Segundo plato : Consomé Olga (con oporto y vieiras)
Crema de cebada
Tercer plato : Salmón hervido en caldo corto con salsa muselina y pepinos
Cuarto plato : Solomillos Lili (sobre rodajas de patatas hervidas, con foie de oca, alcachofas y trufa)
Pollo salteado a la lionesa (con tomate y setas)
Calabacines rellenos
Quinto plato : Pierna de cordero en salsa de menta
Patito asado con salsa de manzana
Lomo de buey asado con patatas chateau (torneadas y doradas en mantequilla)
Guisantes, zanahorias con crema, arroz hervido, patatas nuevas hervidas, patatas parmentier (salteadas en mantequilla con perejil fresco)
Sexto plato : Ponche romaine (sorbete con naranja, limón, ron y merengue).
Séptimo plato : Pichón asado con berros
Octavo plato : Espárragos fríos con vinagreta
Noveno plato : Paté de foie-gras
Apio
Décimo plato : Tarta Waldorf (bizcocho glaseado de chocolate con avellanas)
Melocotones en gelatina de Chartreuse
Eclairs (relámpagos) de chocolate y vainilla
Helado francés
Crédito : El confidencial.
No sé cómo no se murieron, pero de empacho. Un beso
-Susana- En la actualidad con un plato ya me conforme y eso que cuando trabajaba, mis compañeros decían que preferían comprarme un traje que invitarme a comer.
Un beso
«Échense algo» jajaja, así decimos coloquialmente cuando alguien come algo muy abundante y rico. Jajaja. Como dijo Susana. De empacho…
Un abrazo.
-Sara O. Durán- Por el precio, el cocinero y el cheff seguro que era muy rico.
Un abrazo
Parece que no pasaban hambre en primera clase!!
Abrazo!
-bisílaba- Aparentemente no pasaban hambre, pero desgraciadamente a la mayoría, de poco les sirvió.
Abrazos
Todo era excesivo en el Titanic, como lo era en los salones de lujo, es cierto que antes se comia mas que ahora y que los platos eran a elegir y con raciones más pequeñas. Ahora se le llama degustación. Una pena el trágico final, y parece que la historia se repite, en tamaño mini, un submarino ha descendido para fotografiar los restos del Titanic y parece que se ha perdido. Abrazos
-Ester- Era un barco nuevo, la primera travesía, «imposibilidad total de que se hundiera» pero… la naturaleza hace lo que ella quiere, no lo que los hombres queremos.
Con respecto al submarino, hay muy pocas esperanzas de reflotarlo, además de que les quedan pocas horas de oxígeno.
Abrazos
Por muy rico que seas no eres inmortal, creo que eso hay quien lo olvida.
Saludos
-emilio- Desafortunadamente, por muy rico que seas, a la hora de dejar este «tren de la vida», quizás lo hagas en mejores condiciones que una persona pobre, pero al final terminarás como el.
Saludos
Pantagruélico menú, en el que la alternancia de platos llama poderosamente la atención, pero si algo me ha extrañado es que entre las suculencias de la carta que, más o menos, intuíamos, figure el sorbete de limón, que yo lo relacionaba con su consumo a partir de los años sesenta del pasado siglo.
-Frajayo- Aunque sean pequeñas raciones o quizás menús de degustación, ¡se pasaros tres pueblos por lo menos! con un par de huevos fritos y unas lonchas de jamón ya hubieran tenido suficiente.
Se sabe que los sorbetes fueron los primeros postres helados, no hicieron su aparición hasta el siglo XVII después de que se fuera transmitiendo la receta tradicional desde China hasta Italia a través de la Ruta de la Seda. Los sorbetes en su origen estaban compuestos de hielo raspado, miel y zumos de frutas heladas.
Al menos, se fueron al otro mundo con el estómago lleno, que hay quien se lo lleva vacío.
-Senior citizen- Ya lo dice el refrán «De grandes cenas están las sepulturas llenas».
Entre la arrogancia del capitán, el iceberg y el sobrepeso estomacal de quienes se pusieron como el Quico en la cena… Madre mía, si ya da hasta patatús leer tal cantidad de platos.
-Una mirada…- Con tanto peso no me extraña que terminaran hundiéndose.