Especialmente dedicado a los amigos de los animales y a sus mascotas.
Serafín era un viejo mendigo que deambulaba por las calles de la ciudad. A su lado, su fiel escudero, un perro callejero que entendía por el nombre de Moteado.
Serafín no pedía dinero. Aceptaba siempre un pan, un banana, un pedazo de torta o un almuerzo hecho con las sobras de comida de los mas ricos. Cuando su ropa ya no daba mas, siempre era socorrido por algún alma caritativa. Cambiaba su apariencia y era el blanco de las bromas. Serafín era conocido como un hombre bueno, que había perdido la razón, la familia, los amigos e incluso la identidad.
No bebía bebida alcohólica, estaba siempre tranquilo, incluso cuando no había recibido ni un poco de comida. Decía siempre que Dios le daría un poco en la hora precisa, y siempre en la hora que Dios determinaba, alguien le regalaba una porción de alimentos. Serafín agradecía con reverencia y oraba a Dios por la persona que lo ayudaba.
De todo lo que le daban o encontraba, le daba primero a Moteado que paciente, comía y se quedaba esperando por un poquito mas. No tenían donde dormir; en donde anocheciera, ahí dormían. Cuando llovía, buscaban abrigo debajo del puente, y ahí el mendigo quedaba meditando con la mirada perdida en el horizonte.
Aquella figura me dejaba siempre pensativo, pues yo no entendía aquella vida vegetativa, sin progreso, sin esperanza y sin un futuro prometedor. Cierto día, con la disculpa de ofrecerle unas bananas, fui a conversar un poco con el viejo Serafín. Inicie la conversación hablando de Moteado, le pregunté que edad tenia el perro, cosa que Serafín no sabia. Decía no tener idea, pues se encontraron un día cuando ambos andaban por las calles y me dijo : Nuestra amistad comenzó con un pedazo de pan. El parecía estar hambriento, yo le ofrecí un poco de mi almuerzo y el lo agradeció moviendo el rabo. Desde entonces no me ha abandonado. El me ayuda mucho y yo le retribuyo esa ayuda siempre que puedo.
Curioso pregunté : – Como se ayudan ustedes? – El me vigila cuando estoy durmiendo; nadie puede acercarse, porque el ladra y ataca. También cuando el duerme, yo quedo vigilando para que otro perro no lo incomode.
Continuando la conversación, pregunté : Serafín, usted tiene algún deseo en la vida? Si, respondió el, – tengo deseos de comer un perrito caliente, de aquellos que Teresa vende allí en la esquina. -Sólo eso? – le dije. Si, en este momento es solo eso lo que deseo. -Pues bien, voy a satisfacer ahora ese grande deseo.
Salí y compré un perrito caliente para ese mendigo. Regresé y se lo entregué. El abrió sus ojos, me regaló una sonrisa, agradeció el regalo y enseguida saco la salchicha, se la dio a Moteado y el se comió el pan con el aderezo.
No entendí aquel gesto del mendigo, pues imaginaba que la salchicha era el mejor pedazo. No me contuve y le pregunte intrigado : Por que usted le dio a Moteado la salchicha?
El con la boca llena respondió: Para el mejor amigo, el mejor pedazo! Y continuó comiendo, alegre y satisfecho…
Me despedí de Serafín, pase la mano por la cabeza de Moteado y salí pensando… Aprendí que es bueno tener amigos. Personas en quien podamos confiar. Por otro lado, es bueno ser amigo de alguien y tener la satisfacción de ser reconocido como tal.
Jamás olvidaré la sabiduría de aquel ermitaño :
«PARA EL MEJOR AMIGO, EL MEJOR PEDAZO“!
Autoria: Innocêncio de Jesus Viégas Formatação – machadofilho@globo.com Traducción: Neny Garcia
Siempre aprendemos algo de quien menos esperas. Un amigo es un tesoro.
Jesús En verdad son sentencias que te obligan a pensar.
No le des ideas a cierta amiga de los animales o la veremos adelgazar…..
Senior citizen Posiblemente nos lo agradecería, aunque como no la conozco personalmente, ni en fotos es muy difícil de imaginar si necesita unos kilos o le sobran unos kilitos.
Ay, me ha puesto los pelos de punta pero lo entiendo y lo comparto.
trimbolera Esto me ha recordado unas navidades de guardia en la estación de radio de Zaragoza, era la época del atentado de Carrero Blanco, todas las estaciones de radio estaban en alerta, yo tenía orden de que nadie se acercara al cerramiento de la estación, pero un vagabundo con un perro pequeñito, quiso pasar la coche entre un pino y la valla, le dice que si necesitaba algo, me dijo que solo quería dormir, le insinué que allí no podía estar ya que podía llegar el ejército o la policía, me contestó que no hacía daño a nadie.
Llamé a la policía nacional ya que me podía haber visto en un aprieto si venían a alguien durmiendo allí.
La P.N. lo único que consiguió fue llevárselo a un sitio más resguardo y fuera de la estación de Radio.
Luego volvieron y me comentaron que la documentación la tenía en regla y que no quería ir a un albergue por lo que ellos no podían hacer nada, lo dejaron en el monumento a la legión que hay enfrente del parque de atracciones, por la mañana cuando terminé mi jornada nocturna aún estaba durmiendo allí.
Bonita historia, es bueno dar, te quedas sin especies pero te llenas de satisfacción. Eso se le da muy bien a quien no tienen nada y todo lo reparte, quien tienen mucho acapara mas. Un abrazo
Ester Ese es el problema, que los que tienen poco lo dan todo, pero los que nadan en la abundancia no reparten nada no vaya a ser que sus «flotadores» se pinchen y en lugar de nadar se vayan al fondo; a la cárcel, como ya está empezando a ocurrir con determinadas personas y eso que entre ellos se dejan «salvavidas» para evitar que les arrastre a la trena. Te podría dejar muchos ejemplos, pero en este momento no me acuerdo de ninguno… la memoria me sigue fallando.
Abrazos
Comprendo el comportamiento del mendigo pues los animales suelen ser muy buenos y fieles amigos por eso yo les doy de comer siempre que me topo con alguno hambriento.
Calandra Sabía que me ibas a contestar algo parecido, y realmente es muy loable por tu parte.
“PARA EL MEJOR AMIGO, EL MEJOR PEDAZO“!
Ahora mismo se lo voy a decir a mis amigos para que tomen buena nota para cuando me inviten… 🙂
Salud
Genín ¡Ojo! Con lo que pides y como lo haces que te pueden dar la salchicha y ellos quedarse con la parrillada de carne. 🙂
Saludos
Por cierto, se que trena es cárcel, pero…
¿Sabes de donde viene la palabra?
Yo ni idea.
Salud
Genín Me has puesto en un aprieto, ya que llevo media hora larga buscando y no termino de aclararme.
Entre las muchas acepciones de la palabra trena están cárcel, prisión, presidio, encierro…
Pero también hay una palabra usada por los presos, criminales y similares, que es la palabra germanía.
Si nos vamos al diccionario de la Real Academia Española en una de sus acepciones dice que :
germanía
(Del lat. germānus, hermano). Jerga o manera de hablar de ladrones y rufianes, usada por ellos solos y compuesta de voces del idioma español con significación distinta de la verdadera, y de otros muchos vocablos de orígenes muy diversos.
Y si buscamos germanía en wikipedia en uno de sus apartados nos expresa lo siguiente : Cristóbal de Chaves, procurador sevillano, publica su Relación de lo que pasa en la cárcel de Sevilla, donde ya aparece la denominación de trena para ‘cárcel’, que pervive hasta nuestros días en la jerga delincuente. Pero es, sobre todo, en la Literatura española del Siglo de Oro, donde encontramos abundantes términos de germanía; Cervantes, Mateo Alemán o Quevedo son una buena razón para que estos vocablos aparezcan en el Diccionario de la RAE.
Pero ten en cuenta que por denominación, germanía significa; que es una manera de hablar que nada tiene que ver con la realidad.
Lo siento no he sabido encontrar nada para contestarte de manera sencilla a tu pregunta.
Saludos
Dos seres así, con esa filosofía, necesitaban encontrarse para no separarse nunca. Esos dos sí que encontraron el mejor tesoro.
Una mirada… En ocasiones es mayor la amistad o el cariño que se tiene hacia una mascota que hacia personas incluso de la misma familia.