Historia y leyenda : Durante años, una mujer que vivía en la Costa Grande del estado de Guerrero (México) juntó sus monedas de oro para cumplir un deseo que le daba sentido a cada día: viajar al Vaticano para conocer al Papa y sentirse más cerca de Dios. Además de caro, resultaba difícil, ya que entonces no existían muchos medios de transporte desde su pueblo hasta la Santa Sede. Primero, tendría que viajar al puerto de Acapulco, y de ahí emprender una larga travesía para llegar hasta Europa.
La única forma que tenía de llegar al puerto era caminando aproximadamente día y medio guiándose por la luz de la Luna o soportando el fuerte Sol, pero eso no desanimó a la mujer que por años trabajó duró para poder cumplir su sueño. Cuando finalmente logró ahorrar lo que consideraba era suficiente para viajar a Italia, se sentía tan feliz que le contó a todo el pueblo que ya tenía el dinero para conocer al sumo pontífice.
Para evitar que las fuertes temperaturas en la zona retrasaran su viaje, decidió partir un día por la madrugada, a las 4:00 horas y así poder avanzar lo más posible antes de la salida del Sol. La ruta era caminar por la orilla de la playa guiada por la luz de la Luna, pero ese día no había Luna, y para no retrasar su viaje decidió iluminar el camino con un candil de petróleo.
Nunca pensó que en su viaje encontraría un problema que le impediría cumplir su sueño: un grupo de hombres le salió al paso, la atacó, le quitaron todo el dinero que había estado reuniendo, y la mataron. La tragedia ocurrió entre la Playa del Carrizal, considerada una de las playas más lindas del municipio de Coyuca de Benítez, y Mitla, rumbo en el que aseguran que todas las noches en las que la Luna se oculta, se ve por la orilla a una mujer que camina con un candil en la mano que simplemente aparece y desaparece, despertando la curiosidad de los visitantes y los habitantes del lugar.
Esta historia dio origen a la leyenda de «La Mujer del Candil»
Desde entonces todas las noches sin Luna, de la nada se enciende una tenue luz, que deja apreciar a una mujer cuyo vestido blanco se confunde con la espuma del mar, a cada paso que da, la luz se intensifica, nadie la ha visto de cerca y no se sabe si el dolido espíritu, ande penando aun en busca de venganza.
Fuentes: Infobae, Joya 93.7 México, El fonógrafo.
Las leyendas siempre tienen un punto de inicio, un origen, mi razón me dice que la luz es imaginaria, pero me gusta creer que se pueda ver. un abrazo
-Ester- Efectivamente, la mayoría de las leyendas tienen una base cierta, que posteriormente y como consecuencia del boca a boca, en ocasiones se va desdibujando y en otras la superstición hace el resto.
Un abrazo
Tanto preparar el viaje y no calculó cuando habría luna…
-Senior citizen- Algo le tenía que pasar para que se convirtiera en leyenda.
Me gustan las leyendas en general. Forman parte de la historia de un lugar, en mayor o menor medida.
La retenemos muy bien en la memoria, porque narra el lado más humano y personal de las cosas.
Supongo que alguien con tan noble propósito, no vague por la orilla buscando venganza. Tal vez es que no se ha rendido aún, de su propósito inicial 🙂
Gracias por compartir, Jubi.
Besos.
-Faerie Glen- A mi también me gustan mucho las leyendas, de hecho tengo bastantes publicadas, pero por supuesto me gustan mucho más, las que terminan bien.
Besos
Una leyenda con los tintes de las historias que embelesan: tragedia y reparación mediante el recuerdo. Algo habrá de verdad en ese suceso (la mujer solitaria, el robo y el asesinato) transformado en esa magia que pretende desafiar la racionalidad con apariciones fantasmales que dan ese toque sobrenatural que toda buena leyenda ha de poseer.
-Una mirada…- Una historia, posiblemente agrandada por el boca a boca y la distancia en el tiempo.
Espero que esta leyenda nunca haya sido ni sea verdad 🙂
Salud
-Genín- Cierta o no, en algo, aunque sea insignificante, se habrán basado para crear la leyenda.
Saludos
Una de tantas leyendas. Son bonitas.
-Jesus- En España tenemos muchas leyendas, pero México no le va a la zaga. Y por supuesto las hay de todo tipo, algunas bonitas y otras no tanto.
Las leyendas son una forma interesante de contar historias que, de ser reales, nos horrorizarían.
-Tawaki- Tienes razón, aunque el boca a boca las haya ido desvirtuando un tanto, claro que hoy en día con internet y las redes sociales, al día siguiente de ocurrir algo anormal, ya existirían un montón de versiones distintas y «perfectamente» documentadas, todas ellas más falsas que una moneda de 7 euros con la cara del Cesar de Roma.