Dicen que ocurrió en Santo Domingo de la Calzada. Es en la única catedral que en su interior existe un gallo y una gallina vivas.
Cuenta la tradición que, entre los muchos peregrinos compostelanos que hacen alto en esta ciudad para venerar las reliquias de Santo Domingo de la Calzada, llegó aquí un matrimonio alemán con su hijo de 18 años, llamado Hugonell.
La chica del mesón donde se hospedaron se enamoró de Hugonell pero, ante la indiferencia del muchacho, decidió vengarse. Metió una copa de plata en el equipaje del joven y cuando los peregrinos siguieron su camino, ella denunció el robo al alcalde.
Las leyes de entonces castigaron el delito de hurto con pena de muerte y una vez prendido y juzgado, el inocente peregrino fue ahorcado. Al salir sus padres camino de Santiago de Compostela fueron a ver a su hijo ahorcado y, cuando llegaron al lugar donde se encontraba, escucharon la voz de Hugonell que les anunciaba que Santo Domingo de la Calzada le había conservado la vida.
Fueron inmediatamente a casa del alcalde de la cuidad y le contaron el prodigio. Incrédulo, él les contestó que «su hijo estaba tan vivo como el gallo y la gallina asados que él se disponía a comer». En ese preciso instante el gallo y la gallina saltando del plato se pusieron a cantar. Y desde entonces se dicen los famosos versos: Santo Domingo de la Calzada, que cantó la gallina después de asada.
En recuerdo de este suceso se mantienen en la Catedral un gallo y una gallina vivos y siempre de color blanco durante todo el año. Proceden de donaciones y se realiza el cambio de las parejas cada mes. Frente a esta hornacina, que se construyó alrededor de 1445, y debajo de la ventana, se conserva un trozo de madera de la horca del peregrino.
No tenía ni idea y debería ser algo famoso porque tener gallo y gallina en la catedral no es cualquier cosa. Y de fondo mal de amores que no siempre terminan bien. Un abrazo
-ester- En este caso, tampoco yo tenía ni idea de esta leyenda y menos que hubiera un gallo y una gallina vivos en una catedral, pero bastó una imagen para seguir la pista de esta historia.
Un abrazo
Gracias por contarnos la historia. Un beso
-Susana- Gracias a ti por leerla.
Un beso
Yo sí conocía esto de haberlo leído o visto en televisión y la verdad es que es curioso.
-Senior citizen- Existe una leyenda muy similar en Portugal, es la única que yo conocía.
Esta leyenda la conocía; la escuché in situ y vi las aves en un viaje pedagógico cuando estudiaba en el instituto poroque visitamos algunas localizaciones riojanas en una ruta para conocer el monasterio de San Millán de la Cogolla, donde se descubrieron los primeros textos en navarroaragonés y castellano.
-Una mirada…- Yo no la conocía, leí algo en un pie de foto y empecé a tirar del hilo, al principio pensé en la leyenda del gallo de Barcelos (Portugal) y aunque son similares vi que era otra, por ello la traje al blog.