La bella y la bestia

Una hermosa joven llamada Bella, acepta alojarse en un castillo con una bestia a cambio de la libertad de su padre. El animal es en realidad un príncipe encantado que, para romper el hechizo, tendrá que ganarse el amor de una dama.
Este es el resumen de la historia contada por Disney en su película, pero la realidad es otra.

La bella y la bestia

Lámina de «Animalia Rationalia et Insecta (IGNIS), por Joris Hoefnagel, 1575-1580

Puede ser una de las historias más bonitas, pero ‘La Bella y la Bestia’ tiene una realidad detrás que dista mucho de lo que nos contó Disney. Cuando la novelista francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve finalmente publicó la primera versión de la historia en 1740, esta se basó en un cuento tristemente real y oscuro.

La verdadera «Bestia» de este cuento fue un hombre con una condición muy rara. Se llamaba Petrus Gonsalvus y nació en 1537 en las Islas Canarias.

Petrus Gonsalvus y su esposa Catalina aparecen representados en una lámina del artista flamenco del siglo XVI Joris Hoefnagel. Con el cuerpo inusualmente cubierto de pelo, este tinerfeño fue acogido en la corte francesa, donde recibió la educación de un aristócrata y más tarde formó una familia. Algunos de sus hijos heredaron la semblanza de su progenitor.

Su hija Madeleine

La hipertricosis lanuginosa congénita es una enfermedad congénita de la piel poco frecuente que se caracteriza por la presencia de pelo tipo lanugo de 3 a 5 cm. de largo en todo el cuerpo, excepto en las palmas, las plantas y las membranas mucosas.

Pedro González nació en la isla de Tenerife a mediados del siglo XVI, una época en la que aún imperaban muchas supersticiones del Medievo y las posibilidades de ser aceptado, e incluso de sobrevivir, para alguien con semejante apariencia de hombre lobo, eran escasas.

Sus primeros años están envueltos en un halo de misterio, pero se cree que sus padres fueron jefes guanches, los antiguos habitantes de la isla, y que lo abandonaron al nacer debido a su aspecto físico. Unos monjes lo acogieron en su monasterio, donde pasó la infancia bajo su tutela. Sin embargo, a los diez años su destino cambió de nuevo cuando al parecer unos corsarios lo llevaron como presente al recién coronado rey de Francia.

Su hija AntoniettaEn aquel período de grandes descubrimientos, cualquier cosa con tintes exóticos era un regalo apreciado por parte de la realeza europea, que, con sed de coleccionismo y opulencia, se jactaba de acoger en sus cortes séquitos de enanos, aborígenes, locos, deformes y otros individuos considerados aberraciones de la naturaleza para que les sirvieran, entretuvieran o simplemente les hicieran compañía; eran criados y bufones, pero a veces también consejeros e incluso amigos personales.

La infancia de Pedro González. Desde el primer momento Enrique II se encaprichó de aquel niño velludo, una rareza entre rarezas, que se correspondía con el mito del hombre salvaje por provenir de unas islas remotas y, sobre todo, por tener la cara y el cuerpo «cubiertos por una fina capa de pelo, de unos cinco dedos de longitud y de color rubio oscuro», tal como lo describió un diplomático tras su llegada a París.

Su hija MadeleineEl rey no quiso mostrarlo ante la nobleza como una mera curiosidad y lo convirtió en uno de los suyos, liberándolo de su lado «salvaje». Primero le cambió el nombre en castellano por su versión latinizada, Petrus Gonsalvus, más acorde con su nuevo estatus. Y a continuación fue educado en latín, la lengua reservada a la aristocracia, e instruido en las artes liberales, que abarcaban desde gramática, retórica y dialéctica hasta geometría, aritmética, música y astronomía.

Su destacada inteligencia le permitió superar con creces las expectativas del monarca, quien le encomendó el puesto de sommelier de panneterie bouche, «algo así como ayudante del panadero real: básicamente se encargaba de poner la mesa, un trabajo que ejercía solo durante tres meses y le valía un sueldo suficiente para todo un año».

En 1573 se celebraron las nupcias entre Catalina y Petrus, un matrimonio acordado del que nacieron siete hijos, de los cuales al menos cinco heredaron la semblanza del padre. Años más tarde los Gonsalvus iniciaron un periplo por Europa, despertando asombro allí por donde pasaban. Hacia 1580 viajaron a Munich, donde fueron acogidos por el duque Alberto V de Baviera, quien encargó varios retratos de la familia que luego fueron entregados como un obsequio para la colección del gabinete de curiosidades que su tío el archiduque Fernando II de Austria tenía en el castillo de Ambras.

El que desee saber más, puede visitar Wikipedia y National Ggeographic

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10 respuestas a La bella y la bestia

  1. Susana dijo:

    Me alegro de que la historia tuvieran tan buen final.

  2. Mucha suerte tuve el niño Petrus en salir bien librado en la época en la que se desenvolvió. Quizás, el hecho de caer en la Corte le salvó de un destino poco venturoso.
    Ignoraba que el cuento tuviera origen en un hecho cierto.

    • unjubilado dijo:

      -Una mirada…- Gracias a que a Enrique II, le cayó bien y lo utilizó como un capricho, en caso contrario terminar como un bufón es lo menos malo que le hubiera ocurrido.

  3. ester dijo:

    Todos los cuentos infantiles famosos se escribieron para adultos pero con el tiempo se dulcificaron y se los contaron a los niños, aunque siguieron siendo bastante crueles, no conocía lo que cuentas. Ahora cuando vea la película la veré de otra manera. Un abrazo

    • unjubilado dijo:

      -ester- Antes los cuentos se dulcificaban para deleite de los más pequeños, ya que la mayoría de las historias eran sobrecogedoras, incluso en algún caso aterradoras.
      Un abrazo

  4. Magda dijo:

    Muy interesante esta historia, no la conocía.

    De todas maneras la película animada de Disney me gusta mucho, aparte de los números musicales corales que encuentro magníficos en versión original está el mensaje que las apariencias engañan, que el aspecto de bestia puede cubrir a alguien de gran sensibilidad y el guapo del pueblo ser cruel y egoista.

    Y la que me sigue fascinando la de 1946 en blanco y negro de Jean Cocteau con todas las escenas del castillo encantado.

    Feliz jueves.

    • unjubilado dijo:

      -Magda- Creo que no era conocida por ninguno de nosotros, tampoco yo la conocía pero leí un pequeño detalle y fui tirando del hilo.
      Me ha picado la curiosidad y quizás vea «La Bella E La Bestia (Jean Cocteau 1946)»
      https://www.dailymotion.com/video/x2la548 y de paso aprendo algo de italiano.
      Saludos

      • Magda dijo:

        Espero que te guste, para mi sigue siendo preciosa esta película con el tiempo lento, sin sobresaltos y esos efectos especiales tan especiales. En Youtube está la versión original en francés.

        Por cierto, el cuento tradicional «Piel de asno» tiene algo de esta historia.

        Feliz viernes.

        • unjubilado dijo:

          -Magda- Hoy no he tenido tiempo y estoy algo cansado, así que procuraré ver la película este fin de semana, prefiero el italiano, ya que del francés no tengo ni idea.
          Feliz fin de semana, saludos.

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