Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…
Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín…
Fragmentos de «Canción de otoño en primavera» de Rubén Dario.
Internet nos está cambiado la vida a muchos.
– Jubi, ¡¡tenemos que salir a pasear un poquito!!…
Si, claro y como vamos a hacer las compras…?
– Cogemos el carrito y nos vamos andando hasta el mercado más próximo.
Todavía funciona eso?
Abrir bien los ojos (pantalla completa), comprobar la calidad de los alimentos, y si os piden el correo, no fiaros, que seguro que os inundan con Spam y no se os ocurra dar el número de teléfono que seguro que no tenéis tiempo para atender todas las llamadas en las que os quieren vender algo.
Esto son consejos de la (DGCU) Dirección General de Comunicaciones de Unjubilado.
…En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!…
Si alguien os ha apagado el PC la dirección es esta.
Juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver…!
Muchos tendríamos que meternos en el mismo saco que los jóvenes.
Esta vida tan moderna en la que prácticamente se vive en Internet no me gusta nada.