Ella: ¿Qué harías si me muriese?
Él: Te guardaría luto.
¿Durante mucho tiempo?
Muchísimo tiempo!
¿Por qué?
(Serio) Porque te quiero y tu pérdida sería dolorosa para mí.
(Con una sonrisa). Qué bonito. ¿Volverías a casarte con otra?
No
(Con expresión dolida) ¿Por qué no? ¿No te gusta estar casado?
Sí que me gusta
¿Entonces sí que te volverías a casar?
(Carraspea) Creo que después de haberte guardado luto durante el tiempo suficiente y mi vida volviese a tener sentido, sí.
¿También dormirías con ella en nuestra cama?
Es de suponer, no?
¿Reemplazarías mi foto por la de ella en la mesilla de noche?
Pondría las dos fotos
¿También tendrías sexo con ella? ¿En nuestra cama?
(Bebiendo un sorbo de café) Seguramente llegaríamos a eso. Supongo…
¿Jugarías también al golf con ella?
Sí, lo haría
¿Le darías mis palos de golf?
No, es zurda.
¿¿¿Cómo???
Mierda…!!!!!
SUGERENCIA: Jamás te sometas al interrogatorio de una mujer. No tenemos resistencia, ni inteligencia para ello. ¡ NO CONVIERTAS TU VIDA EN UN INFIERNO! Te defiendes mejor CALLADO
Recibido por correo. Gracias Luis.
Desde luego es lo que tiene la mentira, que tiene las piernas muy cortas. Lo mejor es evitar tener que mentir.
Saludos.
Jajajaa…..Es así…cuando discutimos siempre tenemos la última palabra y además el interrogatorio puede llegar hasta las últimas consecuencias….besooss
«Fectiviwonder» amigo jubiloso, hasta el más tonto de los maridos (yo por ejemplo) sabemos que hay que callar
🙂 Tienen razón en decir que quien mucho habla mucho mete la pata.
A veces es mejor estar calladito… Abrazos
Siempre se ha dicho que callados somos más guapos. Saludos