Todos o cuando menos la mayoría, conocemos el famoso himno de la legión «El novio de la muerte«.
«El novio de la muerte», es un himno de la Legión española, pero creo que pocos conocemos que nació en un cabaret.
«Nadie en el Tercio sabía, quién era aquel Legionario, tan audaz y temerario…». Estos son los primeros versos del «Novio de la muerte», una popular sintonía que, durante décadas, ha representado a uno de los cuerpos de élite del ejército español : la Legión.
Sin embargo, lo que ha pasado desapercibido a lo largo de la Historia es que esta música, cantada por los legionarios españoles desde hace casi 100 años en todo tipo de sangrientas contiendas, era originariamente un tema que nació para interpretarse en cafés cantantes y cabarets y que, posteriormente, fue adaptada al ámbito castrense.
La legión : Corría por entonces el año 1920, una época dura para España, pues la Guerra del Rif se llevaba consigo a una gran cantidad de soldados bisoños (novatos, por así decirlo) enviados desde la Península. Tal era la sangría de tropas que el rey, basándose en la idea de un militar llamado José Millán-Astray, se vio obligado a crear el denominado «Tercio de extranjeros», una unidad cuyo campo de batalla sería exclusivamente el norte de Marruecos y que recibiría un entrenamiento específico para adaptarse a las duras condiciones del territorio.
Los objetivos de esta unidad, hoy casi centenaria, estaban claros: darse de fusilazos contra los marroquíes en el norte de África con valentía y arrojo y, a su vez, convertirse en una fuerza de choque que combatiera siempre en primera línea -el lugar de mayor riesgo en cualquier batalla-. Sin embargo, lo que no se sabía por entonces es que, con la creación de este grupo operativo, se acababa de poner el germen de lo que, en un futuro no muy lejano, sería la Legión española.
Una canción de cabaret : Una vez establecida la Legión (allá por 1920 aproximadamente) se eligió como su comandante a José Millán-Astray, quien intentó darle un barniz especial a la unidad. Concretamente, el oficial español pretendía convertir a los legionarios en unos aguerridos soldados que carecieran de miedo a la muerte. Quería, por lo tanto, crear un combatiente al que fallecer por España le causara regocijo y honor. En esas andaba la nueva cabeza pensante de la Legión cuando, sin querer, tropezó un día con una emotiva canción en un café cantante cuya letra le cautivó. Era «El novio de la muerte», una música que ensalzaba y restaba importancia al hecho mismo de dejar este mundo.
«El “Novio de la Muerte” era un charlestone (un baile de moda de los años 20) que solía ser cantado por Lola Montes. Pero resulta que esta artista, que interpretaba esta canción en los cafés y cabarets de Madrid y África, fue escuchada un día por Millán Astray en Melilla. Al líder de la Legión le pareció una canción preciosa con una letra maravillosa. Se quedó tan impresionado que pidió que le hicieran una transcripción para cambiarle el ritmo y adaptar la música al ámbito militar y, finalmente, la utilizó para la Legión»
La letra, como bien señala Mena, fue perfecta para Millán-Astray, pues resumía la filosofía que él trataba de trasmitir a sus legionarios: «Cada uno de los himnos de la legión representa una cosa distinta. Este se refiere al hecho trascendente de la muerte. Hace referencia a que el legionario debe ensalzar la muerte, no tenerle miedo. Transmite, en definitiva, que fallecer no es más que un acto de servicio.
Destaca que lo sucedido con «El novio de la muerte» no es algo extraño, sino que es un habitual a lo largo de la Historia de la música militar española e internacional: «Gran parte de las obras militares más representativas y más emblemáticas de la música militar española no son militares en su origen, sino que provienen de zarzuelas, revistas, canciones populares o del mundo del espectáculo. Un ejemplo es “Los voluntarios”, que proviene de una zarzuela. En el resto del mundo también ha sucedido con canciones como el “Gaudeamus Igitur” -que era una canción de taberna cantado por los universitarios- o la «Marsellesa», que en su origen era el canto de guerra del Ejército del Rin, que terminó convirtiéndose en un himno revolucionario.
«El novio de la muerte» ha ido metamorfoseándose. Primero nació como una canción ligera que se interpretaba en los cafés cantantes, lugares en los que había pequeñas orquestas para escuchar música mientras tomabas un trago. Después se convirtió en una marcha militar de ritmo legionario -160 pasos por minuto-. Luego dio el salto y se convirtió en una marcha procesional lenta para el Cristo de Mena. Finalmente, llegó a ser el himno de los caídos de la Legión.
Fuente : ABC
Seguro que el Millán estaba rezando en la capilla donde escuchó el «novio» 🙂
Salud
Genín Adivina donde estaría cuando lo escuchó la primera vez.
Saludos.
Conocía este himno pero no tenía ni idea de donde había salido.
Calandra Yo tampoco, por eso lo publiqué. Si quieres leer más información detallada, ya que me he dejado mucha en el tintero, puedes ir a este enlace.
Muy curioso lo que nos cuentas, no tenía ni idea. La legión es un cuerpo muy especial, pero que creo nos cae muy bien a la mayoría, hasta la cabra.
Jesús La llamamos cabra, pero en realidad es un macho cabrío. Mira el garbeo que se dio en Zaragoza.
http://www.youtube.com/watch?v=kGwd4OsskY8
La cabra, perdon, el macho cabrío siempre tira al monte. ja, ja.
Jesús Menuda golosina tenía, en el jardincillo de la Puerta del Carmen, flores que las tienen siempre impecables.
Ya lo tengo cantando en mi interior, pero mira, no sabía todas esas curiosidades. Gracias.
trimbolera Es una melodía muy conocida, por ello aflora a nuestros labios, aunque no conozcamos totalmente la letra.
Se ve que a este hombre le iban cantidad las varietés, las vedettes y ese mundillo que tantas migrañas producía en las gentes de bien de la época…
Una mirada… Se acercaría a ver si conseguía atraer más gente a la legión. Anda que cuando quieren no son pesados ni nada, en mi caso hubo un capitán legionario que haciendo la mili en Sidi Ifni, estaba empeñadísimo en que me pasara a la legión, ya que allí con mis conocimientos (operador de radioenlaces) viviría mucho mejor, tenían uno de cuatro canales que no lo sabían hacer funcionar, los que yo manejaba entonces en telefónica eran de 600 y 960 canales.
Siempre me ha encantado cuando la he oido , pero no sabía de donde había salido. Es preciosa.
Gracias juvi por la información.
Un beso.
Laura Me gusta poner cosas curiosas en el blog, así aprendo yo y aprendemos la mayoría, por ello en ocasiones busco cosas curiosas que se me ocurren.
Un beso
Siempre he sentido admiración por la legión, he leído sobre su espíritu con interés, y como cualquier cuerpo, o gremio tendrá sus cosas pero siempre a nivel individual. Me ha gustado escuchar la canción.
Ester Yo estuve conviviendo un tiempo con la legión, de hecho ellos me llevaban al puerto con otros soldaditos e incluso algún legionario, yo coordinaba la línea telefónica de unión puerto-isleta. lo puedes ver en este enlace.
http://www.unjubilado.info/2005/11/17/evacuacion-de-sidi-ifni-1969/
Abrazos
Que dispares opiniones, lo que había oido es que el compositor que compuso el Novio de la Muerte, fué también el creador del Himno de Falange. Siempre me ha atraido la Legión. Cuando era soldado y me veía tan desaliñado con aquel uniforme, polainas (¿o poleinas?) de tela, cuyos botones sujetábamos con clips y a nuestro lado pasaba un legionario en perfecto estado de revvista, paso marcial y apostura castrense, nos daba hasta envidia. Luego recordábamos sus lances guerreros… Los mirábamos casi como a heroes legendarios.
Frajayo A Calandra le he dejado un enlace donde amplío esta información. En cuanto a vestir bien, yo estuve conviviendo un tiempo con los legionarios, pero en mi caso siempre vestía muy bien, ver este enlace.
http://www.unjubilado.info/2006/01/08/dia-de-reyes-en-sidi-ifni-1968/
Pues si tú eres el de la foto, que serás, no te vestía precisamente Christian Dior. Y luego, la mala uva de los sargentos, vaya «pelao»… es que hasta patinan las moscas.
Frajayo Si soy si, aprovechando ese pelao, y como ya me empezaba a faltar el pelo, pedí al teniente de la enfermería que me diera autorización para afeitarme la cabeza. Tenía siempre que llevar una autorización escrita, ya que si salía a pasear un rato, por supuesto vestido de soldadito, siempre había alguien que me pedía la autorización. Así que durante dos o tres meses me afeitaron la cabeza los compañeros con cuchilla, algún moro con navaja, yo con maquinilla eléctrica, hasta que me cansé y me lo empecé a dejar crecer ya que me mandaban a Las Palmas de Gran Canarias, destinado con una emisora militar.
Si te gustan las historias militares te dejo con esta y con la continuación:
http://www.unjubilado.info/2006/01/19/emisora-militar/
¡Eso es mili! Me refiero a la que cumpliste en Canarias. Tener tu propio aposento lejos de la promiscuidad de las compañías, baterías…, no se paga con nada, y encima vestías de paisano y, hasta comerías bien, buen rancho me refiero.
Ahora que como en casa…
Frajayo Para que te hagas una idea, mis padres sin avisarme, vinieron una semana a Gran Canaria y se acercaron al cuartel a preguntar por mi, esperando que les acompañara algún soldado de los que vigilaban en la puerta. Al decirles mi padre que estaba en la Representación de Ifni, le dijeron que subiera a la segunda planta, que allí me encontrarían, extrañado preguntó ¿Y no me acompaña nadie? Le contestaron que no se perdería que subiera y preguntara. No me llegaron a ver vestido de militar ya que tenía que limpiar las botas y todos los correajes y planchar un poco el traje de paseo, todos los días que estuvieron comía con ellos en su hotel, que quedaba muy cerca del cuartel.
Un honor formar parte de este foro. Mi nombre es Fernando Pozueta y tengo el honor de ser nieto de Lola Montes. estaré encantado de compartir con vosotros anécdotas y material de mi abuela.
Estimado Don Fernando soy miembro del Centro Unesco de Melilla y estaba retomando datos de la vida de Lola Montes , por lo que sería todo un honor contactar con Vd.