El ‘cura verdugo’ del penal de Ocaña

Grupo de presos dentro de la carcel de Ocaña

Versos anónimos escritos por presos
republicanos de la cárcel de Ocaña
en 1941 bajo la supervisión
de Miguel Hernández

Poema íntegro.

Muy de mañana, aún de noche,
antes de tocar diana,
como presagio funesto
cruzó el patio la sotana.
¡Más negro, más, que la noche
menos negro que su alma
el cura verdugo de Ocaña!

Llegó al pabellón de celdas
allí oímos sus pisadas
y los cerrojos lanzaron
agudos gritos de alarma.
“¡Valor, hijos míos,
que así Dios lo manda!”
Cobarde y cínico al tiempo
tras los civiles se guarda,
¡Más negro, más, que la noche
menos negro que su alma
el cura verdugo de Ocaña!

Los civiles temblorosos
les ataron por la espalda
para no ver aquellos ojos
que mordían, que abrasaban.
Camino de Yepes van,
gigantes de un pueblo heroico,
camino de Yepes van.
Su vida ofrendan a España,
una canción en los labios
con la que besan la Patria.
El cura marcha detrás,
ensuciando la mañana.
¡Más negro, más, que la noche
menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!

Diecisiete disparos
taladraron la mañana
y fueron en nuestros pechos
otras tantas puñaladas.
Los pájaros lugareños
que sus plumas alisaban,
se escondieron en los nidos
suspendiendo su alborada.
La Luna lo veía y se tapaba
por no fijar su mirada
en el libro, en la cruz
y en la “star” ya descargada.
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!

Este es el único documento escrito que da fe de los crímenes cometidos por “el cura verdugo de Ocaña”, tal y como los reos le bautizaron.

Se trataba del capellán del penal de esta localidad toledana, también conocido entre los familiares de los reclusos como el “cura asesino”. Un religioso entre cuyas funciones se encontraba dar el tiro de gracia a los republicanos condenados a muerte.

“Todos sabíamos que era el cura. Participaba en las palizas y después gustaba de coger su pistola y dar el último disparo. Pero poco sabíamos de él. No se dejaba ver por el pueblo y un buen día desapareció de la prisión. Ni siquiera recuerdo su nombre”, cuenta a Público Teófilo Fernández, de 75 años. Su abuelo, de quien heredó el nombre, fue fusilado el 8 de julio de 1939 por “el gran delito de pertenecer a Juventudes Comunistas”.

En la memoria de este hombre, sin embargo, sí ha quedado marcada una imagen: la de decenas de presos caminando desde el penal hasta el cementerio en mitad de la noche. En una larga y profusa fila. Presos cabizbajos seguidos de una camioneta militar. Los registros dan fe de que una noche llegaron a ser 57 los fusilados. “A veces, cuando eran pocos, iban todos en la camioneta”, recuerda. Después llegaba el silencio más absoluto y, por último, el ruido de una ametralladora que los verdugos apoyaban sobre un montón de piedras.

También recuerda Teófilo las mañanas en las que acompañaba a su madre al cementerio para poner flores a la fosa común donde descansan los restos de su padre. Las tres fosas del pequeño cementerio permanecieron abiertas hasta 1945 y él, siendo un niño de 5 años, podía ver los cuerpos de los fusilados comidos por la cal. Entre ellos, el de su progenitor

Otros días, llegar hasta la fosa se hacía imposible. “Muchas veces tuvimos que salir corriendo y escondernos en cualquier lugar cuando íbamos al cementerio. Las familias de derechas nos señalaban, nos insultaban y temíamos que nos mataran”, señala este hombre. El miedo no es de extrañar. Además de su abuelo, murieron otros tres familiares fusilados en el penal.

1.300 fusilados. Sólo en Ocaña, un pueblo de apenas 11.000 habitantes de la provincia de Toledo, se registraron entre 1939 y 1959, fecha del último fusilamiento, 1.300 víctimas de la represión franquista.

Nota de unjubilado : La de veces que habré pasado yo por delante de este cementerio cuando acompañado por un colaborador hacía turno en la Estación de Radio de Ocaña. Nunca nos acercamos a las rejas que estaban cerradas, no conocíamos esta historia.

Esta entrada ha sido publicada en Anotaciones y etiquetada como , , , . Guarda el enlace permanente.

24 respuestas a El ‘cura verdugo’ del penal de Ocaña

  1. Ligia dijo:

    Una historia dura y unos recuerdos muy tristes para muchas personas que la vivieron. Abrazos

  2. trimbolera dijo:

    Horribles historias, tantas como hombres y mujeres, tantas como días, horas, minutos o segundos.

  3. Jesús dijo:

    Una guerra civil entre hermanos de la misma patria ha de ser terrible, los desmanes de una y otra parte no tienen ninguna justificación. Mi madre trabajaba en una pastelería y el camión de la CNT con una calavera en el motor, paraba diariamente a comprar pasteles para celebrar los que llevaban a la playa para matarlos.

    • unjubilado dijo:

      Jesús A mi padre en su pueblo, el alcalde le dijo que se marchara que iban a por él. Así que sin pensárselo dos veces abandonó el pueblo y anduvo un tiempo por los pueblos de alrededor.

  4. Como ha dicho Jesús, en una guerra civil se cometen crímenes en los dos bandos y no se sabe quienes fueron más crueles. La única diferencia es que uno de los bandos los siguió cometiendo terminada la guerra.

    • unjubilado dijo:

      Senior citizen Una guerra civil, es los más injusto que puede existir, personas de la misma familia que por unas ideas distintas se encontraban en distinto bando y peleaban unos contra otros, amigos y conocidos que por cualquier circunstancia se caían mal y aprovechaban para perderlos de vista para siempre.

  5. Leodegundia dijo:

    Que triste que se puede llegar a situaciones como esta. Esperemos que nunca más se repitan.

    • unjubilado dijo:

      Leodegundia Esperemos que nunca más vuelvan a darse estas circunstancias ya que es realmente sobrecogedor los desmanes que uno y otro bando pueden llegar a provocar.

  6. Olegario dijo:

    LA GUERRA INCIVIL

    Y se fueron a la guerra,
    por muy distintos caminos
    y lucharon, entre sí,
    amigos y convecinos.
    Que para amar a la patria,
    hay senderos muy distintos,
    para encontrar la alegría,
    en el espacio infinito.
    Cuánto espanto hay en la guerra,
    cuánto dolor reprimido,
    cuántas ansias por vencer,
    cuántos hermanos caídos.
    Que nunca vuelva a pasar,
    Dios no lo quiera, mi amigo,
    que se quede así la historia,
    no queremos repetirlo.

    O.Z.M.

    Felicidades y un fuerte abrazo.

  7. Jesús dijo:

    Insisto en un matiz que todavía hace mas horrible la guerra civil. Mi padre se despertó un día y era rojo por estar en Valencia, y su hermano era nacional por vivir en Burgos, y en el frente de Teruel luchaban sin saber si el hermano estaba en la trinchera de enfrente. No solo era cuestión de ideales.

    • unjubilado dijo:

      Jesús Tienes mucha razón, es una faceta que había obviado. Eran nacionales o rojos dependiendo de donde les hubiera tocado vivir en aquel momento.

  8. Genín dijo:

    Estas cosas me producen enorme tristeza…
    Salud

  9. Vuelvo a darle la razón a Jesús, pues en mi familia ocurrió igual. No era solo cuestión de ideales, sino de la zona en donde les cogió el 18 de julio y cuanta gente murió tratando de ir a la zona en la que estaba su familia.

  10. Ester dijo:

    En todas las familias hay historias de los dos bandos. Una tragedia que no debe enfrentarnos.
    Un abrazo

    • unjubilado dijo:

      Ester Pero como el ser humano, es el unico animal que tropieza dos veces con la misma piedra, volvería a pasar lo mismo si se desencadenara otro conflicto interno, mejor ni lo pensemos.
      Abrazos

  11. El 28 de marzo se cumplirán setenta y un años de la muerte del poeta oriolano…

    ¿Que las dos partes enfrentadas en una guerra cometen atrocidades…? Efectivamente. Pero no olvidemos qué facción la urdió y la extendió.
    No olvidemos que las atrocidades que pudieron cometer quienes se mantuvieron al lado de la República las pagaron con creces cuando los sublevados nacional-católicos conquistaron pueblos y ciudades.
    No olvidemos que hubo una Causa General donde miles de personas fueron torturadas, encarceladas, fusiladas o maltratadas hasta la muerte o muertas por desnutrición y falta de asistencia, hubieron cometido o no aberraciones. Y la represión se extendió a sus familiares con una crueldad difícil de describir.
    No olvidemos que las víctimas masacradas por los sublevados quedaron durante decenios en el olvido; que sus familias lloraron en silencio, sufrieron en silencio.
    No olvidemos que, con la llegada de la democracia, lo primero que se pactó fue un repugnante borrón y cuenta nueva. Borrón y cuenta nueva para los verdugos convertidos en prohombres, naturalmente. Aquí paz y después gloria. Qué asco.

    • unjubilado dijo:

      Una mirada… Nunca he entendido de guerras, ni políticos, en mi casa estaban vetados, lo único que recuerdo es a mi padre al principio, escuchando «La Pirenáica» con una radio galena y posteriormente la anterior y la BBC con una radio a válvulas poniéndola bajísimo para que no se pudiera escuchar desde la calle.

  12. María sena dijo:

    Me gusta tu blog y me apasiona lo que escribes y como lo haces ¡Felicidades!
    No he encontrado donde poder seguirte ¡soy muy torpona!
    También pertenezco a l querido ‘Blogueros Mayores’ y he visto aquí muchos
    compañeros ¿eres de allí? yo soy nueva y no estoy muy al día.
    Iba detrás de un vídeo, el me trajo hasta ti.
    ¡Ha sido un placer ‘descubrirte’ !
    Un abrazo

    • unjubilado dijo:

      María sena Gracias, con un poco más de tiempo trataré de decirte como me puedes seguir y seguir algún otro blog, aunque de momento lo más fácil es añadirme en tu barra lateral.
      Un abrazo

Los comentarios están cerrados.