«No soy un barremierdas«. Cientos de personas han aplaudido las palabras de este trabajador público que relata escenas humillantes.
En no pocas ocasiones hay trabajos que, como poco, están poco valorados. Eso debió pensar hace unos días Julio Cao de la Fuente, un barrendero de Gijón que harto de que no se diera la importancia que merece a su trabajo colgó un texto en Facebook que ya ha sido compartido por cientos de personas y en el que pone en valor lo que hacen tanto él como el resto de sus compañeros de la Empresa de Medio Ambiente Urbano de Gijón, los encargados de garantizar que la ciudad esté en perfectas condiciones todo el año.
Cao de la Fuente escribe en su aplaudida reflexión una carta abierta a los ciudadanos en la que lo primero que hace, como en cualquier carta, es presentarse. «Soy un barrendero, no un «barremierdas», no hace falta que me admires, sólo que me respetes y valores. Cuando pases por mi lado puedes darme los buenos días, tardes o noches (según mi turno), porque ante todo soy un ser humano y en la vida valen más la honestidad, humildad y bondad de una persona que todos sus títulos y dinero juntos«, comienza diciendo el barrendero gijonés. «Si me ves venir de noche no me insultes (…) no es la primera vez que algún niñato borracho ha estado a punto de atropellarme entre risas«, recalca.
«Cuando haya recogido la basura de tu barrio no salgas de tu casa y tires los desperdicios en la acera para después llamarme a gritos y decirme ahí tienes barrendero para que no te falte trabajo«, relata este trabajador en una carta en la que también cuenta situaciones humillantes como cuando alguien tira un papel desde una ventanilla y le pide que lo recojan porque «para eso te pagan».
«Me produce mucha tristeza haber terminado de limpiar una calle entera y volver la vista atrás para comprobar que todo está de nuevo sucio, que no has valorado mi trabajo, que has dejado un colchón en la acera, que has tirado la bolsa de basura en el interior de una papelera por no acercarte hasta el contenedor, que no has recogido las boñigas de tu perro, y has dejado sus orines por todas partes: paredes, rellanos, postes, ruedas. Un asco, vamos«, afirma.
Texto, he imagen : La opinión de Murcia
Leyendo relatos como este, parece mentira que haya tanto miserable andando por el mundo, lo malo es que son tan supinamente ignorantes que no se dan cuenta de lo mierdas que son, me da vergüenza ajena lo que dice este señor, que además es totalmente cierto, pero es que además cosas como esas y mucho peores las veo yo diariamente, yo creo que el Oscar se lo llevaría lo que piensa la gente del tema de los inmigrantes, y claro, como actúan nuestros gobernantes, pero en fin, ese es otro tema, vamos mal amigo, vamos muy mal…
Salud
-Genín- Si todos fuéramos buenos ciudadanos y no tiráramos nada fuera de contenedores y papeleras, haría falta menos personal de limpieza, pero pese a ello, nos necesarios y son tan dignos trabajadores como los demás.
Saludos
Qué inconscientes son quienes actúan así. No se vale ensuciar, ni humillar a nadie. Menos a quien barre. Pues es más digno limpiar que ensuciar… Y a proposito, es una bajeza.
Un abrazo.
-Sara O. Durán- Está claro que los más ignorantes se meten con los demás desfavorecidos.
Un abrazo
Hola, cualquier trabajo por muy humilde que sea cumplen con su misión y no por eso se debe humillar a las personas que lo realizan, ya que como en este caso gracias a estas personas tenemos las calles limpias, quitando claro a los energúmenos que van tirando todo sin cuidado ninguno y lo que es peor sin respetar a quien lo realiza, una pena la verdad y toda la razón este señor en su carta, no sabemos valorar el trabajo que realizan.
Besos.
-Piruja- Todos los trabajos tienen su importancia y todos son necesarios, por ello nunca debe de humillarse a nadie, sea el que sea el trabajo que realice.
Besos
La dignidad de la persona está por encima de todo, lo que sobran son tarados.
Todo trabajo honesto es super digno y gracias a las personas que lo realizan.
Un compañero de carrera de mi hija Eva, (periodismo), se lo encontró mi hija a los seis meses en un camión de recogida de basura, y se extrañó. El cobraba cerca de las doscientas mil pesetas, mi hija en una emisora preparando la parrilla de producción y llevando un pequeño programa, como becaria, gratis.
-Jesús- Tienes toda la razón, nunca debe de infravalorarse a nadie.
Me cuesta entender que haya personas irrespetuosas con un trabajador que, además, realiza una función beneficiosa para la ciudadanía. De quienes sí tengo contancia es del personal incívico;sólo tengo que mirar aceras y césped.
-Una mirada…- Yo al irlo leyendo la primera vez, sentí vergüenza ajena. Verdaderamente hay gente que parece que disfruta tirando cosas al suelo, siendo que en muchos casos, tienen una papelera a 10 metros.
Al parecer, el texto del señor gijonés no es un original suyo sino copia del que, días antes, publicó la escritora Cristina González Moya, Cris Moya, en la revista ha href=»http://www.aranjuezmagazine.com/el-barrendero/»>Aranjuez magazine.
-Una mirada…- Se puede ver perfectamente la dirección de la revista Aranjuez, Magazine.
El texto original, que en el anterior post no he puesto los cierres.
-Una mirada…- No conocía esta carta, evidentemente es una copia.
En mi calle, limpia una barrendera y no he visto que nadie le falte nunca el respeto.
-Senior citizen- Seguro que sois todos muy buenos ciudadanos.
Es un problema que se repite en muchos lugares. Hoy mismo escuché en la radio a una madre quejarse porque fue a la escuela de su hijo y la encontró sucia y los baños asquerosos. El locutor, calmadamente, le preguntó si entendía cual era la causa. La señora respondió que era porque no hacían el aseo que correspondía. El locutor, de nuevo con calma, trató de explicarle que la escuela está sucia porque los niños ensucian y que los baños están asquerosos porque los niños tienen un comportamiento asqueroso (en la escuela, que en la casa tal vez no arrojaban los papeles sucios al suelo). La señora siguió insistiendo en que la culpa es de los que no ponen aseadores, es decir de las autoridades… Entonces, el problema es muy pero muy complejo…
-Recaredo Castillo- En demasiados casos nos quejamos de algo en lo que estamos involucrados nosotros mismos y tenemos la solución en nuestras manos y en la mayoría de ellos es falta de civismo.
No se, amigo, qué es lo que pasa. Y no se en qué momento cambió la manera de vivir, de relacionarse con los demás. Cuando doy mi opinión, me miran como una persona retrógrada, anticuada, a veces maniática. Pero recuerdo como era antes. El barrendero era igual el barrendero, tal vez uno de los últimos en la escala social, pero la gente le daba los buenos días. Bueno, la gente daba los buenos días a todos, ahora no se les dan a nadie. Ni en la calle, ni al entrar al ascensor, ni a una sal de espera, a nadie. No recuerdo que alguien arrojara basura a la calle. Pobres éramos, pero eso no significaba que nos gustara caminar entre la basura, y al final la calle era nuestra calle y el barrio nuestro barrio. Cada vecino barría el frente de su casa, y nadie se sentía humillado por eso, todo lo contrario. Ahora la basura se arroja a la calle porque «alguien» debe mantenerla mantenerla limpia, y barrer, aunque sea el frente de la propia casa, es denigrante. ¡Qué manera de pensar! Y a eso le llaman libertades y derechos. Menos mal que ya voy de salida de este mundo, porque así como está funcionando… no me gusta…
-Recaredo Castillo- Últimamente se ha cambiado mucho en todos los aspectos, evidentemente siempre ha habido diferencias, pero lo que existe en la actualidad, es una falta total de educación a todos los niveles.
En España falta educación, y te das más cuenta de ello cuando sales del país y lo ves desde fuera. Es triste que un barrendero tenga que tirarnos de las orejas, pero lo peor es que con el despropósito en el que vivimos (vivís) el futuro no parece nada halagüeño. Ya no se respeta nada ni a nadie.
-Tawaki- Yo creo que los españoles son los que tememos poca educación en nuestro país, sin embargo cuando salimos al extranjero, creo que nos comportamos bastante mejor que personas de otros países.