Ester No, efectivamente no es suficiente, pero en cierta ocasión yo tendría unos 18 años y en aquella ocasión no di un paso, di unos cuantos más, en concreto de un lado al otro de un paseo casi solitario, era la época de la represión sexual… pero mejor empiezo desde el principio.
Paseaba yo por uno de los principales paseos de Zaragoza a primera hora de la mañana casi sin gente, y observo a una mujer joven leyendo un libro sentada en uno de los bancos y enfrente al otro lado del paseo a un hombre bastante mayor también sentado justo enfrente sin perderla de vista, me acerqué hasta donde estaba el hombre y adiviné que estaba mirando por debajo de su falda. Sin decir nada, me acerqué a la mujer y sin mediar palabra le dije, «No me importaría ser ese hombre que está enfrente y no pierde detalle de sus movimientos y no precisamente por mirarle a la cara», ella con una cara de asombro se miró de arriba abajo y se levantó del asiento que ocupaba. Yo ya había salido andando.
Al volver una vez la cabeza, creo que la mujer con un gesto de asentimiento me estaba dando las gracias.
Abrazos.
¿No nos estaremos pasando? Está bien que respetemos sin fisuras y con educación a todas las señoras de la misma forma que quisieramos ese mismo respeto para nuestras mujeres, hijas, nietas… pero una, llamémosla, intensa mirada como a esa joven del reportaje, sin ningun aparente signo de acercamiento por parte del muchacho barbudo que no muestra, por otra parte, esbozos de deseos machistas encubiertos que puedan ofender, que solo mira, ¿es también faltar a una mujer?
Frajayo Es posible que tengas razón y sin embargo a mi me parece que al hombre, solamente le falta que se le caiga la baba. Observa el gesto de fastidio al ponerse en joven delante.
Calandra En ocasiones el que evita la ocasión, evita el peligro, aunque sea una persona ajena que, como el que no quiere la cosa, impide que esas ideas se puedan materializar en algo más peligroso.
Ese ha sido un gran paso por el momento, pero no es suficiente. Un vídeo muy bueno. Abrazos
Ester No, efectivamente no es suficiente, pero en cierta ocasión yo tendría unos 18 años y en aquella ocasión no di un paso, di unos cuantos más, en concreto de un lado al otro de un paseo casi solitario, era la época de la represión sexual… pero mejor empiezo desde el principio.
Paseaba yo por uno de los principales paseos de Zaragoza a primera hora de la mañana casi sin gente, y observo a una mujer joven leyendo un libro sentada en uno de los bancos y enfrente al otro lado del paseo a un hombre bastante mayor también sentado justo enfrente sin perderla de vista, me acerqué hasta donde estaba el hombre y adiviné que estaba mirando por debajo de su falda. Sin decir nada, me acerqué a la mujer y sin mediar palabra le dije, «No me importaría ser ese hombre que está enfrente y no pierde detalle de sus movimientos y no precisamente por mirarle a la cara», ella con una cara de asombro se miró de arriba abajo y se levantó del asiento que ocupaba. Yo ya había salido andando.
Al volver una vez la cabeza, creo que la mujer con un gesto de asentimiento me estaba dando las gracias.
Abrazos.
Un caballero.
Ester Simplemente salió así la cosa, no se me ocurrió actuar de otra manera.
Un abrazo.
¿No nos estaremos pasando? Está bien que respetemos sin fisuras y con educación a todas las señoras de la misma forma que quisieramos ese mismo respeto para nuestras mujeres, hijas, nietas… pero una, llamémosla, intensa mirada como a esa joven del reportaje, sin ningun aparente signo de acercamiento por parte del muchacho barbudo que no muestra, por otra parte, esbozos de deseos machistas encubiertos que puedan ofender, que solo mira, ¿es también faltar a una mujer?
Frajayo Es posible que tengas razón y sin embargo a mi me parece que al hombre, solamente le falta que se le caiga la baba. Observa el gesto de fastidio al ponerse en joven delante.
Es que hay mucho baboso suelto.
Calandra En ocasiones el que evita la ocasión, evita el peligro, aunque sea una persona ajena que, como el que no quiere la cosa, impide que esas ideas se puedan materializar en algo más peligroso.