Cómo ganar mil dólares leyendo la letra pequeña de un contrato.
Normalmente cuando instalamos un programa de software en nuestros ordenadores o nos registramos en una página web, la mayor parte de los usuarios marcamos la casilla por la que aceptamos los términos y condiciones del servicio sin haber leído siquiera una sola línea de esos interminables contratos.
– Jubi, menudo puro, leerse eso y además no hay quien lo entienda.
Desgraciadamente sin darnos cuenta podemos aceptar y permitir, desde el seguimiento del historial de navegación por internet a la inserción de publicidad en la pantalla, pasando por algo mucho más preocupante el acceso a nombres de usuarios, contraseñas y otros datos personales.
Dicen en OMG que hace una década, medio de cachondeo medio en serio una compañía incluyó en la licencia un «premio sorpresa» de 1.000 dólares para la primera persona que lo reclamara; su intención era hacer una comprobación empírica del asunto:
¿Cómo estamos tan seguros de que nadie se lee las licencias? Para demostrarlo incluimos una cláusula en el texto la de licencia de nuestro software diciendo que el primero en enviar un correo electrónico a la dirección indicada recibiría 1.000 dólares.
Esa persona efectivamente se llevó un bonito cheque de 1.000 dólares, así que, al menos para él, leer las licencias a veces compensa.
Según explican pasaron cinco meses y tuvieron que vender 3.000 paquetes de software hasta que esa persona rara que leyó la licencia reclamó el premio. La compañía se llama PC Pitstop y se dedica al software de seguridad; en su página cuentan la historia con todo lujo de detalles.
¡Qué bueno! La verdad es que muchas veces yo marco sin leer la letra menuda…
Abrazos
Ligia Cuando trabajaba e instalaba un programa si que me la leía por encima, ya que podía instalar el software en más ordenadores de la cuenta y luego tener una auditoría. Ahora no me molesto en leerla.
Abrazos
Buenisimo, el que se ha leído el contrato se merece el reconocimiento de todos los que no lo hacemos.
Mi hija en el cole, en un examen de historia puso «Si lee esto le invito a un perrito en el puesto de Tomás» Jamas se lo reclamó, o no leyó el examen o no le gustaban los perritos del puesto del patio del cole.
Abrazos
Ester Si además de ofrecer el «perrito» hubiera dicho que si no decía nada, el profesor era de los que firmaban en barbecho, se hubiera sabido con exactitud si los leía o no.
Abrazos.
Los contratos de papel de los bancos o de empresas sí me los leo, pero los de Internet no porque pienso que es inútil, que hagas lo que hagas ellos llevan siempre las de ganar. ¿Quien se cree eso de la protección de datos? Aunque digas que no los tendrán de todas formas.
Senior citizen Haces prácticamente lo que hago yo, ya que aunque les marques la opción de no querer propaganda, posiblemente no te la manden ellos pero al cabo del tiempo lo hace otra empresa, aunque en ocasiones es efectiva la opción que casi no se lee, de darse de baja y que se encuentra al final de la propaganda o promoción.
lo usual es ni intentarlo.la verdad es que sucede así. Aunqe deberíamos cambiar y exigirnos a nosotros mismos.
jesús Empresas, usuarios y la Agencia Española de Protección de Datos (AGPD), deberíamos tomarnos más en serio, determinadas actuaciones y a todos nos iría bien.
En el instituto donde estudiaba se contaba una leyenda estudiantil sobre un catedrático de Lengua que, cada día, inistía en que «antes de hacer un examen, lean ustedes todas las preguntas bien leídas«. A final de curso, puso un examen larguíiiiiiisimo que, obligatoriamente, había de ser realizado con bolígrafo. El alumnado se puso a la faena obviando la recomendación diaria del catedrático y, conforme llegaban a la que se suponía era la última pregunta, se encontraban con un texto que decía algo así como: «Una vez leídas las preguntas, escriba en la parte superior su filiación y entregue el examen. Si ha contestado usted a las cuestiones planteadas, su puntuación es un cero por demostrar su nulidad para la comprensión oral«.
Una mirada… El profesor de física de la antigua Escuela de Peritaje, era muy serio a la hora de poner los exámenes, te daba todas las hojas en blanco que quisieras, pero con un sello personal distinto en cada examen, por supuesto si una hoja no tenía ese dibujito el examen era nulo. No te dejaba volver la/s hojas de las preguntas hasta que el y sus ayudantes lo autorizaban, si alguno lo hacía, daba a esa persona como no presentado.
Pero a la vez era un cachondo, las contestaciones eran tipo test con cuatro posibles soluciones, pero no valía decir a A, o la C… había de demostrar esa contestación, para ello te daba las hojas en blanco para que pudieras desarrollar con fórmulas matemáticas esa contestación.
Recuerdo un examen que decía algo parecido a esto: Una persona se encuentra en el centro de un estanque helado, daba el peso de la persona, decía que no existía rozamiento, entre la persona y el hielo, daba una serie de respuestas y en la última decía D: Tira los zapatos enfadado ya que no sabe que hacer.
Fuimos muy pocos los que acertamos esta contestación ya que se cumplía el principio de acción y reacción. (A toda acción corresponde una reacción de igual magnitud y dirección pero de sentido opuesto)
Deberíamos poner más atención, siempre corremos y nos fiamos, pero …
trimbolera En muchas ocasiones, empezamos a leer algo y damos por supuesto lo que nos van a decir después y evidentemente muy a menudo nos confundimos.
no sé que me ha sorprendido más, si tu post o los comentarios de ester y una mirada…
yo no suelo leer los contratos de licencia y términos legales la verdad… pero es que son tan largos que se te quitan las ganas..
y luego, una vez que te pones, entiendelos..
un abrazo!!! mañana ya curro!!!! yuhu!!!
pumukis Como verás hay que leerlos y antes de dar nuestra aceptación o plasmar la firma en el contrato de un banco hay que leer la letra pequeña y no fiarnos de nuestro amigo el director, que en ocasiones ni siquiera el sabe lo que vende.
Me alegro que trabajes, por doble motivo, porque ya estarás bien y porque tienes que seguir cotizando para los jubilados.
– Jubi, que prosaico te has vuelto.
Es que como dicen los catalanes, «la pela, es la pela»
Un abrazo
Hay veces que si se leen esas cosas pero ¿hay alguien que se las crea? eso de «reclame su premio» y luego resulta que no hay premio alguno. Y ya si de mano te dicen: «que el primero en enviar un correo electrónico a la dirección indicada recibiría 1.000 dólares» ni te molestas pues seguro que piensas que no eres el primero o que la cosa tiene truco.
Leodegundia Es cierto, no había pensado en la opción que comentas, ¿cuantas veces al navegar por internet nos ha aparecido el cartelico de «Ha ganado un `lo que sea` nada más tiene que pinchar en el enlace y…» y claro tantas veces nos han dicho que viene el lobo que ya no creemos a nadie.