Me imagino que la mayoría lo habrá leído ya que circula desde hace muchos años por la red, pero como estamos en época de emprendedores…
Un gallego llamado García abre una ferretería a solo unos metros del Vaticano, en Roma. Como publicidad, fuera de su establecimiento, el gallego cuelga un enorme crucifijo. Sobre la figura de Jesús, clavado en la cruz, el gallego pone un cartel luminoso que dice:
CLAVOS GARCÍA, 2000 AÑOS DE GARANTÍA
El escándalo fue mayúsculo. El editor del Osservatore Romano, va a conversar con el gallego. De la forma más fina posible, le explica que no se puede usar este tipo de publicidad… ¡Y mucho menos, en Roma!
El gallego, como hombre razonable que es, modifica su anuncio, reemplazando la figura del Cristo crucificado con otro. Esta vez, Jesús tiene solo una mano clavada, la otra está suelta, saludando al público. Sobre la cruz hay un nuevo cartel luminoso que dice:
ADIVINEN EN QUÉ MANO SE USÓ UN CLAVO “GARCÍA”
El escándalo ahora llega hasta Castelgandolfo. El Papa Juan Pablo, horrorizado, va en su papamóvil hasta la tienda del ferretero. El Santo Padre, con sus trémulas manos, le clama al gallego:
– “Hijo mío, no puedes usar a la figura de Nuestro Señor como efigie de tus anuncios comerciales… Por favor, inventa otra cosa”.
El siempre creativo gallego coloca una cruz vacía, fuera de su tienda, y sobre ella hay un nuevo cartel luminoso:
SI LOS CLAVOS FUERAN GARCÍA… ¡NI DIOS SE ESCAPARÍA!
Y ahora toca que vaya el papa Francisco y le pida que reparta las ganancias con los pobres, ya que en parte no son suyas.
Senior citizen El papa Francisco ya se lo ha pedido, pero el gallego le ha contestado que es imposible, ya que tiene sus beneficios, clavados en el artesonado de su salón con clavos García.
Inventiva no hay que regatearle al gallego y dotes de vendedor, tampoco. Pero enfrente se posiciona una fuerza inaudita, aquella que Cervantes expresó en el Quijote: «Sancho, con la Iglesia hemos topado».
Frajayo Efectivamente, he buscado el pasaje literario ya que me sonaba que había alguna pequeña discrepancia en el comentario.
Guió don Quijote, y habiendo andado como docientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo:
—Con la iglesia hemos dado, Sancho.
—Ya lo veo —respondió Sancho—, y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura, que no es buena señal andar por los cimenterios a tales horas…
Muy oportuno, una pista a los emprendedores. Un abrazo
Ester Hay que saber ser solidario, las buenas ideas hay que compartirlas en esta época de crisis.
Un abrazo
:))
Salud
Genín Emprendedores donde los haya 🙂
Saludos
No se si ni un gallego se atrevería a hacer algo así.
Calanda He dejado el correo tal y como lo recibí, aunque creo que con la mentalidad que tenemos en España ninguna persona de ninguna comunidad se atrevería a hacer algo así.