– Jubi, ¿que hace ese cocinero, estará tratando de cortar un trozo de hipopótamo para guisarlo?
– No es un cocinero, es un chocolatero.
Según cifras oficiales, las fábricas belgas producen más de 220.000 toneladas anuales de chocolate, o lo que es igual: genera un mercado superior a los 57 millones de euros. Sólo en consumo interno, sin contar exportaciones ni compras del circuito turístico, se calcula que cada hogar gasta unos 240 euros anuales en chocolate, una de las cifras más altas del continente europeo, sólo comparable con las de Suiza, donde este producto también tiene fama internacional.
El chocolate belga : A Jean Neuhaus le debemos el extenso uso del chocolate en Bélgica y en buena parte de Europa desde que a mediados del siglo XIX lo pusiera de moda en su chocolatería (mitad confitería, mitad farmacia) de las galerías bruselenses de St. Hubert. Sería su nieto, en el año 1912, quien en uno de aquellos experimentos nos descubriera el mundo del praliné, y fue su mujer quien poco después popularizara las cajitas adornadas en las que hoy día se sirven todos los bombones del mundo.
Bélgica lucha hoy día por tener su propia denominación de origen, la del auténtico “chocolate belga”, lejos de las imitaciones que se venden en algunos países buscando así protección para un producto del que son maestros artesanales.
Del chocolate belga no solo hay que destacar su particular creatividad de formas y sabores sino su fina textura, su alto contenido en cacao, su selección de granos de calidad pero, sobre todo, el elemento que lo diferencia de todos los chocolates del mundo: el uso del 100% de pura manteca de cacao.
Y aunque parezca extraño, no hay problemas con el sobrepeso en la sociedad belga. Por el contrario, está instalado el concepto de Consumo funcional de chocolate, directamente relacionado con la salud emocional y sexual. Hay investigaciones científicas que certifican, tanto en hombres como en mujeres, que mejoran y estimulan el goce sexual porque estimula áreas específicas del cerebro. Al mismo tiempo mejora el humor y la sociabilidad.
Más fotos aquí.
Fuentes : Sobre Bélgica, Civitatis.
No se lo que gasto anualmente en chocolate, pero me gusta mucho y en casa siempre hay varias tabletas y mas de una empezada, me gusta todo especialmente el negro, a veces echo un trocito dentro del café, tambien lo uso en la cocina. Y no engorda, o a mi no me engorda. (me he comido una oreja del hipopótamo, delicioso para mi el mejor el belga. Abrazos
-Ester- En mi casa no se suele comprar ya que desaparece misteriosamente nada más que aterriza desde la tienda y todavía no hemos sido capaces de resolver el misterio.
¿Una oreja? Yo te he visto que también te llevabas enganchado en el cuchillo algo de barro.
Abrazos
Me encantan esas tiendas llenas de chocolate… MMMmmm!! Pero pienso después en el dolor de barriga que me entraría y prefiero comer lo mínimo… Abrazos
-Ligia- Este chocolate que yo traigo al blog, te puedo asegurar que no engorda, no hace daño, puedes coger todo el que quieras sin problema…
Abrazos
A mí me traen con frecuencia bombones belgas y les encuentro demasiada manteca de cacao, que los hace pesados.
-Senior citizen- Nosotros el que comimos estaba delicioso.
Ufff! Que rico y que envidia, he comido muchoooooo chocolate de sitios diversos entre ellos el belga y no te sabría decir cual es mejor .
Por cierto en Bariloche ( Argentina) se compra un chocolate buenísimo lo levaron unos suizos que se afincaron allí nos contaron.
Ahora lo tengo prohibido por el azucar.
Feliz fin de semana.
-Chelo- Es cierto, en la actualidad en Bariloche hay unas cuantas fábricas de chocolate, Benroth, Mamuschka, Del Turista, Rapa Nui, Fenoglio, Abuela Goye…
entre otras.
Feliz fin de semana.
Hola, que envidia al ver las imágenes y no poder meter mano:), he probado el chocolate belga y la verdad que esta delicioso, bueno a mi me gusta mucho y dicen que un poquito al día es bueno para la salud, pero para no tentar no suelo comprar ya que desaparece enseguida:), yo creo que no hay nadie que no le guste el chocolate.
Besos.
-Piruja- Eso es lo malo, en los ordenadores se ve pero desgraciadamente no se toca, y seguramente tienes razón, habrá si es que las hay, muy pocas personas a las que no les guste el chocolate.
Besos
Esas fotos tan golosas encandilan la vista. Viéndolas apetece dar bocados a diestro y siniestro.
-Una mirada…- No, no des mordiscos que te quedarás sin ordenador o sin el móvil.
A mi no me engorda, porque no me dejan. Ir a una fábrica de chocolate sería un martirio.
-Jesús- Yo cuando puedo, lo como sin contemplaciones, claro que en mi casa se compra muy poco, ya que desparece misteriomente.
He salivado leyendo esta entrada. jeje.
El chocolate debería ser Patrimonio de la Humanidad.
Pocas cosas pueden sustituirlo.
Salvo el chocolate negro, me gustan todos. En especial que tengan una generosa proporción de leche, y mejor con pasas y almendras.
Voy a la despensa, ahora te sigo leyendo. :-))
Besos.
-Faerie Glen- Lo de la salivación me ocurre cuando se habla de conservas vegetales, pepinillos, cebolletas, banderillas… pero nunca hablando de chocolate.
Y me gustan todos, también el negro.
Besos
¡Qué buena pinta! He vivido en los dos países, Bélgica y Suiza y todavía no sé qué chocolate es mejor. A veces, cuando la calidad es tan alta, es complicado elegir. No soy goloso, y gracias a ello puedo decir que no soy adicto y pueden pasar semanas sin que lo pruebe, pero lo cierto es que está buenísimo.
-Tawaki- En toda Europa hay muy buenos chocolates, España, Italia, Inglaterra, por supuesto Bélgica, Suiza… aunque quizás en algunos sitios tengan más fama que en otros.