Hace unos días me llevé el portátil y la cámara de fotos a Broto para en primer lugar, organizar todo lo que en este cacharrejo hay distribuido sin orden ni concierto, me llevé la cámara para hacer unas fotos y guardarlas en el mencionado portátil, no tengo conexión a internet, por lo que ya sabía mis limitaciones, sin embargo la idea, era hacer unas fotos y guardarlas en el ordenador.
No se me olvidó el cargador de batería de la cámara, con lo que puede hacer muchas y variadas, pero… a la hora de pasarlas al ordenador, me había dejado en casa el cablecillo que une la cámara fotográfica con el mencionado cacharrejo.
En la funda del portátil tenía un cable, pero no se adaptaba a la cámara.
Comentándolo con un vecino, me mostró unos cuantos que tenía en casa, ninguno entraba en el agujerillo de la cámara, pero me dijo que un amigo suyo (Manolo), que hace muchas fotos les iba a hacer una visita y posiblemente llevara alguno.
Cuando nos vimos, me comenta que no hacen falta cables, que la tarjeta de memoria de la cámara tiene toda la información y se puede meter en el ordenador. La mini-tarjeta tiene el tamaño de la uña del dedo índice y el agujero del ordenador es bastante mas grande, así que me comenta, “con la cámara, te habrán dado un adaptador”.
Es esa cosita que aparece encima del portátil y que no había tirado de milagro, con ella y la mini introducida en el huequecito apropiado, pude ver y copiar todas las fotos que había ido tomando.
– Jubi, y eso tu no lo sabías?
Los mayores -y no lo digo por tamaño- las nuevas tecnologías nos empiezan a venir grandes, pero ese día recordé eso de “no te acostarás sin saber una cosa más”
Gracias Manolo.
🙂 Con estas moderneces siempre hay que estar reciclándose, pero mira, preguntando, preguntando se llega a Roma y tu lograste guardar las fotografías.
Un abrazo
No te preocupes…. a mi me pasan esas cosas muy a menudo.
A ver chaval, ya casi-casi te lo he pillao. Primero necesito un portátil (el mío se escacharró hace mucho), luego una cámara digi-no-se-qué que debe ser algo la mar de tecnológico, y luego un cablecico especial para establecer «relaciones» entre ellos de forma que cada cosa entre por donde debe entrar y ni falte ni sobre. y si eso falla hay un atarjetica que, regulando la cuestión de los tamaños, también entra justo en donde debía entrar. ¿A que sí que es así?
Jubi, esto de los recuerdos nos vendrá muy bien dentro de unos años. Ahora lo que nos da es dolor de cabeza a los «ceporros» como yo…
Abedugu Antes en el trabajo, compartía mucha información con los compañeros, ellos me enseñaban y yo les enseñaba a ellos en los cursos que impartía.
Ahora me siento casi solo, busco en internet, pero no siempre encuentro las respuestas apropiadas.
Un abrazo
Lamia Tienes razón, pero como he comentado a Abedugu, ahora me encuentro muy solo y en ocasiones trato de utilizar los métodos antiguos, ahora desfasados.
Saludos
celebrador Lo has pillado todo y con muchas menos palabras has dicho lo que yo quería decir.
Un saludo
Carlos Ceporro podría ser yo, pero tu no eres «persona torpe e ignorante». En cuanto a la memoria, a mí ya me empieza a fallar y no me acuerdo si hoy es la festividad de San Atilano en la que en Tarazona se celebra el Cipotegato o fue el mes pasado.
Nada que ver con la tomatina de Buñuel.
Saludos
Eso digo yo. Que las compañias dejen de ganar un poco de dinero y que un cable sirva para todo.
Simpleza y orden, por Dios.