Tengo, tengo, tengo
Tú no tienes nada
Tengo un botijo
con mucho pichorrico,
Uno, no me da nada
el otro tampoco
así que ¿hago yo
con tanto agujerico?
Lo llené de sangría e invité a cinco comensales, pero nadie se atrevía a beber del botijo.
Así que por donde había echado la sangría la volví a sacar para rellenar los cazillos que véis en la imagen, todos ellos son de Segovia, «robados» de los bares o restaurantes con autorización del dueño, para que les hiciera propaganda.
El del cazo grande se puso las botas y cuando íbamos por la tercera ronda nos decía «yo omo os emás, lleno a tope»
Mientras tanto surgió una pregunta ¿de qué rellenaríamos el botijo para que pesara menos?
El que no se moje no probará la sangría.
Me encanta beber en botijo y en porrón, pero hace mucho que no lo hago. Acepto tu reto de la sangría, así que para que pesara menos, yo llenaría el botijo de sueños (que no pesan). Un saludo Sofi
(gracias por las visitas que me has envíado)
sofía A mí me encanta beber en botijo, porrón y bota. Los sueños no pesan, aunque en ocasiones cuando nos despertamos pesan más de la cuenta.
No, no es esa la respuesta, aunque me ha dado que pensar. No obstante quedas invitada a una copa de sangría.
En cuanto a las visitas, hubiera querido que fueran muchas más ya que te lo mereces, pero yo no las he enviado, ellas solas han encontrado el camino.
Un abrazo
No se si el botijo es el recipiente más apropiado para tomar sangría y estoy con los contertulios de la historia en optar por escanciar el dulce y a la vez traicionero brebaje que, por otra parte, no se olvide, produce adición; en vasija más adecuada, como la que ilustra la escena.
El botijo, búcaro o cualesquiera que sean las múltiples formas con que se le conoce, pieno que está concebido y diseñado para contener agua y ocupar sitio preferente (y a la sombra) en lugares íntimos de la casa; y su uso, cuando el entorno familiar desconecta sus problemas y se adecúa a la emotividad del reposo diario.
No obstante, y depende de la calaña del dueño, admite que se sustituya el líquido vital por otros de distinta raiz, aguardiente, coñac, ron…
Emilio, a mí el botijo me recuerda a mi infancia en el campo. Cuando hacía la caló bebiamos de un botijo, uno que traía el burrito cargado de agua del pozo. ¡Qué tiempos! y bien fresca que estaba.
Abrazos servetianos y estelares
Aunque no soy amante de la sangría… yo soy más de vino… Pero esta claro, llena el botijo de agujeros… 😉 Un saludo.
Frajayo Lo llené de agua y lo saqué a la fresca (7º bajo cero), luego me las ví y me las deseé para descongelar el hielo que debe de ser una variedad de agua apelotonada y cristalizada muy propia de este tiempo.
Y como dicen que el alcohol se congela a -18 grados, de ahí el cambio, claro que ya no lo saqué fuera, por si acaso.
Saludos
Diego de Rivas Con la caló que hacía segando, encontornando o engavillando, cualquier líquido era bien recibido, hasta procurabas que te cayera por la pechera para refrescarte un poco. Coooo. que la siega y la trilla la he vivido en carne propia.
Saludos
Ume Premio para la señorita, lleno de agujeros es como menos pesa . Un vinito del Somontano, unas lonchas de jamón de Teruel y un queso artesano del Pirineo es lo que te has ganado.
Un saludo
Yo lo sabia muy parecido .Lo llenaría de aire con agujeroa ¿vale? y ya no escribbo más hasta el mes que viene. Anonima
A mí me gusta beber a morro.
De la bota, del botijo, del porrón. Y mojarme.
¿Serán metáforas de la vida misma?
Y me gustan llenos (el porrón, el botijo, la bota).
¡¡Que pesen, que ya podremos!!
Pero puesta a aligerarlos… ¿pesará menos el agua de pozo o el de manantial? ¡Qué tontería!
Por cierto, y en la sangría… ¿qué fue de los tropezones de fruta?, ¿eh? ¡Con lo riquísimos que están, así, bien maceraditos! jeje
see u 😉
Anónimo Eso estábamos diciendo, que relleno de agujeros pesaría menos.
ispilatze A mí también me gusta beber a morro, pero de crio me dijeron que delante de otras personas era una falta de educación, así que me acostumbraron a beber a gargalé como decíamos por aquí (hace mucho que no oido esta expresión).
La fruta se me olvidó, pero el platillo de la imagen tiene madroños recién cogidos del árbol, dicen que contienen una proporción de alcohol. Son comestibles y se utilizan para preparar aguardientes y jaleas.
Un abrazo
Vaya… ya sabía yo que tenía que pasar por aqui… pa cuando ese manjar?
Ume Se terminó, pero preparo otro y nos lo tomamos a medias.
hola:
me a gustado su idea del botijo
le importaria que la incluyera en la página web del botijo????
y alos que quieran colaborar o hecharme una mano, os animo
mi mail es : av.le@hotmail.com
ivan No me importa en absoluto, pero si copias la imagen súbela a tu hosting, el texto también lo puedes copiar y te agradecería que dieras la referencia de este blog.