– Jubi, no te trae recuerdos este espacio y esta puerta?
Ya lo creo, muchos años llegando a este recinto a trabajar, de día, de noche, a horas intempestivas… para subir a estaciones de radio de Telefónica que tenían alguna avería o simplemente a efectuar labores de conservación ya que había que hacerlas de noche, unas veces con nieve, con hielo, con controles de la G.C. de noche en carretera, en caminos vecinales…
¡Si pudiéramos entrar!
Existe un tarjetero para leer las tarjetas de los empleados, pero después de 25 años, ya no existo en las bases de datos.
Desplazándome un poco por la parte exterior del recinto podemos ver las antenas de distinta manera.
Seguro que alguien me pregunta si he subido alguna vez a estas antenas, la contestación es tajante. NO.
La antena más elevada es la única que existía cuando yo trabajaba, y solamente en una ocasión me atreví a subir hasta la primera plataforma, ya que existía un problema con una de las antenas parabólicas, no fui capaz de llegar hasta ella, el vértigo y el pánico me invadieron y tuve que bajar de inmediato.
Acercándome con el zoom, vemos un par de antenas de unos 3 a 5 metros de diámetro, en ocasiones mayores, una de ellas de frente con una tela o plástico delante de ella, es un radomo, llamado también radome, (en ingeniería de telecomunicación, el recubrimiento de una antena, utilizado con el fin de protegerla, sin que ello afecte a sus propiedades electromagnéticas, siendo transparente a las ondas de radio. Por ejemplo, en radares montados al exterior, en aviones, como en equipos estáticos, mejora y protege la instalación electromecánica y reduce el efecto del viento, lluvia, granizo, nieve, es decir, de los efectos medio ambientales)
Antenas y linea de media tensión para alimentación eléctrica de la estación base de radio de Telefónica de Zaragoza. En tiempos por aquí pasaban todas las comunicaciones de Zaragoza-Madrid, Zaragoza-Barcelona, Valencia, Teruel, Bilbao, Pamplona, Huesca, Soria, Calatayud, Ejea de los Caballeros, Alcañiz… seguro que se me está olvidando alguna.
Detalle de la parte superior de una de las antenas. Son antenas especiales que sirven para la transmisión de voz y datos para los actuales móviles.
No me quiero despedir sin contar un par de las muchas anécdotas o incidencias que me ocurrieron.
Una mañana estando de responsable de turno, era encargado de equipo, de buenas a primeras oímos una avioneta zumbando en las proximidades de la estación, salgo a ver que pasa y veo que un pequeño avión está fumigando los pinares existentes en los alrededores, había mucha procesionaria del pino, pero para ello tomaba como referencia la torre y a unos escasos 50 metros hacía un brusco quiebro y volvía a repetir la acción.
Al tercer o cuarto intento llamo al control del aeropuerto de Zaragoza, dando la matrícula del avión y no pasaron ni 15 segundos cuando ya no volvió a acercarse a nuestras instalaciones. Imaginar lo que hubiera pasado si llega a golpear la torre de antenas.
En otra ocasión, vi a través de uno de los ventanales un rayo que bajó por la toma de tierra del pararrayos, a mis dos compañeros y a mi nos tocó trabajar toda la tarde cambiando fuentes de alimentación, arreglando averías, comprobando los dos grupos electrógenos, ya que nos organizó un desastre en toda regla.
Antes la autovía que se puede ver a la derecha no existía, había casas que en la actualidad han desaparecido.
¡¡Que viejo me vuelvo y que cantidad de recuerdos afloran a mi mente!!
Para el que tenga curiosidad por ver el interior del recinto, lo podemos hacer con una imagen tomada por satélite con google map. allí se encuentra un pequeño garaje para dos vehículos, los sevicios sanitarios para hombres y mujeres, dos grupos electrógenos, baterías de 12 y 24 voltios, los equipos multicanales, los de radio, equipos de informática… y por supuesto una pequeña sala de descanso.
Parece un trabajo interesante. Un beso
-Susana- Era un trabajo muy interesante y muy particular, cuando los miércoles los antiguos compañeros de radio nos reunimos a almorzar, queramos o no alguno siempre saca a colación algunas de nuestras «aventuras»
Un beso
Cuantos recuerdos penden de esas antenas, dices que 25 años han pasado pero lo recuerdas muy bien y es interesante lo que nos cuentas de primera mano. Gracias y un abrazo
-ester- Recuerdo muchas cosas, pero nunca he recordado fechas, para eso siempre he sido una nulidad, nunca he sido capaz de memorizar nada, tanto es así que cuando daba clases de informática siempre les decía a los que venían a mis cursos que no se aprendieran nada de memoria, que para eso tenían los manuales, que era mucho mejor aprender donde se encontraba la información y saber buscarla que aprender de memoria algo.
Otra cosa que no he contado es que cuando cayó el rayo, estaban unos pintores pintando la torre de antenas y yo veía que desde Soria venia un tormenta impresionante, lo notaba ya que el radio enlace se iba cortando a intervalos según se desplazaba la tormenta hacia Zaragoza, les dije un par de veces que se bajaran y no me hacían caso, en el último momento les amenacé si no bajaban inmediatamente y desde la altura de la torre debieron ver el nubarrón que se aproximaba y se bajaron, antes de cinco minutos cayó el rayo que recorrió toda la torre, luego me pedían perdón por no haberme hecho caso antes, menos mal que no les pasó nada a ellos.
Un abrazo
Ahora resulta que hemos sido compañeros, empecé en Barcelona en la Central de Roma, más tarde pasé por la de Cataluña y terminé, tras la muerte del dictador y tras formr parte de aquellas huelgas, me aprobaron como administrativo y me mandaron a Malaga con otros castigados, de ahí pase a Granada, mi casa, y tras dedicarme al sindicalismo me prejubilaron con 55 años, yo sí que he podido entrar en las casetas de radio, no subí a ninguna antena, me producían respeto.
-emilio- Yo también empecé en Barcelona, creo recordar que en la central de Layetana y estábamos en la residencia Guinardó, nos pagaban como alumnos 60 pesetas al día. Antes de terminar el mes nos subieron la pensión a 90 pesetas, ya se habían enterado antes que nosotros de que nos iban a pagar más.
De ahí, puesto que escogí transmisión me trasladaron a Madrid, aprobé el curso de mecánico y escogí Salinas de Medinaceli, existía un repetidor de cable coaxial, a los seis meses, me presenté para operador, que también aprobé con buena nota, fui destinado a Ocaña (Toledo), conseguí la Plaza de Radio de Zaragoza y a los tres años aprobé el curso de Encargado de Equipo.
A mi me prejubilaron con 53 años, así que ahora tengo… ya se me ha olvidado, bueno, más de un cuarto de siglo que ya empieza a ser mucho.
Mi mejor época fue cuando estuve en la radio, otra cosa que me encantaba era dar clases, todos decían que se me daba muy bien, empecé dando clases de fuerza, grupos electrógenos y baterías, seguí con seminarios de informática, y de buenas a primeras me dicen que me tengo que jubilar, ya que si no lo hago, me mandan a Barcelona, Bilbao, o Sevilla y me quitan las gratificaciones, así que llevo un montón de tiempo sin trabajar.
Saludos
¿Al hacer esas fotos no habrás salido en el vídeo de alguna cámara de vigilancia? Seguramente, esas instalaciones de comunicación estarán bien vigiladas.
-Senior citizen- No, no hay cámaras, aunque es igual las fotos las hice desde fuera, por lo que nadie me podría decir absolutamente nada.
Qué de recuerdos de la vida laboral, Jubi. El recuerdo nos permite disfrutar doblemente de lo ya vivido y, con memoria selectiva, dejar a un lado las vivencias menos gratas que todos alguna vez hemos tenido.
Gracias por todo lo que nos compartes!
Un abrazo!
-bisílaba- Así es quiera o no, es algo donde he pasado mucho tiempo y en todo tipo de condiciones que un recuerdo te trae la imagen de otro, incluso de cosas ajenas al trabajo, ahora mismo estaba recordando las averías de los vehículos e incluso algún accidente que tuvimos y a todos me tocaba ir a mi a recoger a los compañeros accidentados, incluso en caso de nieve, hielo o barro si íbamos dos, me dejaban el vehículo para que lo condujera yo.
Un abrazo
Claro que en sus reuniones de compañeros, han de recordar muchísimas anécdotas y luego cada uno da su versión de los hechos, que no coincide del todo con la versión de los demás, porque cada uno recuerda de diferente manera.
Me imagino.
Un abrazo.
-Sara O. Durán- En la mayoría de las incidencias ocurridas las recordamos de manera muy similar, en alguna se difiere ligeramente dependiendo del que la cuente si estaba en la estación base o en una de ellas en lo alto del monte.
Un abrazo
Una «simple» plantación de antenas ¡y vaya la historia que tienen! Cuando he leído que trabajabas en ellas me acordaba de tu vértigo, aunque ya he visto que dices después que no tuviste que ascender a la parte superior. Y buen peligro esa avioneta fumigadora volando por semejante zona. Anda, que llegáis a estar al raso y os sulfata hasta el oído interno.
-Una mirada…- En su tiempo las comunicaciones de media España al menos las del Norte pasaban por Zaragoza, en concreto por esta estación de Radio, estábamos como mínimo un encargado de equipo y un operador de noche, en ocasiones éramos tres personas, por la tarde solíamos somo mínimo tres y en el turno de mañana el resto del personal que a veces nos reuníamos 6 o incluso más.
Estoy recordando una anécdota del turno de noche. Éramos dos personas un compañero y yo, viene la G.C. sobre las 10 de la noche a hacernos compañía un rato y me preguntan que si ya no quedaba nadie más en la estación, yo sin pensar mucho contesto, aquí estamos todos. Uno de los Civiles se da una vuelta por el recinto y me veo a un compañero de Standard, con las manos en alto y apuntándolo con un arma el G.C. que había recorrido el recinto.
Era un joven muy deportista que se quedaba a hacer gimnasia en el recinto y que se me había olvidado totalmente que aún estaba allí.
Un interesante trabajo que ahora recuerdas con anécdotas de todo tipo, que cuentas en el texto, pero también en tus comentarios. Están muy bien las reuniones con ex compañeros. El tiempo pasa pero los recuerdos perduran gratamente. Enhorabuena. Un abrazo.
-Sabius- Si, el tiempo pasa lento al principio, en la juventud queríamos que cada día fuera una semana, y en la senectud, que cada semana fuera un día, el caso es no estar nunca conformes con lo que tenemos.
Gracias por tu comentario.
Abrazo