El saludo más habitual es una vía de contagio de enfermedades. Algunos hospitales americanos establecen ya zonas libres del apretón de manos. «Lavárselas es la forma más barata y eficaz de prevenir infecciones», recuerdan los expertos.
¿Pero sabemos la historia o el origen de estos saludos?
En Oriente : Resulta interesante saber que el apretón de manos no es producto de la sociedad moderna, ni tampoco exclusivo del mundo Occidental. Su origen se remonta a más de 5 mil años en el pasado, atestiguado por jeroglíficos Egipcios que representan pactos y arreglos entre hombres y deidades que, solemnemente, aprietan sus manos en señal de acuerdo. Sin embargo, uno de los antecedentes históricos más importantes proviene de Babilonia hace casi unos 4 mil años, más exactamente en el 1800 AC.
Durante la festividad de Año Nuevo el monarca babilonio debía realizar un cortés acto de sumisión ante el Marduk -máximo Dios Babilónico-. Este acto consistía en dirigirse hacia la estatua de dicha deidad y, en señal de respeto, estrechar su mano. Este acto, que originalmente significaba el traspaso o conferencia de poder se vio modificado tras una gran guerra.
En Occidente : En Grecia y Roma se estilaba saludar estrechándose las manos pero de manera diferente de como lo hacemos hoy en día. Allí se estrechaba agarrando la muñeca de la otra persona y apretando fuerte. Esto, si bien tanto en la Grecia post-homérica como en Roma se convirtió en una costumbre, viene de un ritual muy antiguo.
Cuando en las primeras etapas de Grecia, marcada por varios dialectos y subculturas, se encontraban dos aldeanos de pueblos diferentes en el medio del campo, o viajeros en los caminos desolados, lo primero que hacían era retirar sus dagas y ver como reaccionaba la contraparte.
Si ésta mostraba signos de no querer pelear se procedía a guardar la daga y agarrar fuertemente la muñeca derecha del contrincante -en señal de que uno no retiraría su daga y lo apuñalaría a traición-, entonces ahí, podrían dialogar tranquilamente y saber si la otra persona tenía algo para intercambiar o comprar.
Visto en Anfrix y Diario Sur.
Qué interesante. Gracias por la información. Un beso
-Susana- A mi también me resultó interesante ya que no lo sabía.
Un beso
Y es increíble que haya tenido que venir el covid-19 a recordarnos que las manos son el felpudo de bacterias, microbios… Lo han sido siempre, y no es cuestión de renunciar al histórico apretónn de manos que tan bien recoges, sino a mantener escrupulosamente su higiene. A ver si ahora, con tanta prevención, vamos a empezar eludiendo el contacto de la piel y acabamos dejando exclusivamente en la fecundación in vitro el futuro del planeta.
-Una mirada…- En condiciones normales no suele haber problema pero con este bicho que aprovecha cualquier resquicio para infectarnos hay que tener mucho cuidado.
Interesante, Jubi. Si nos toca sobrevivir, no sé si lleguemos a volver a acercarnos como veníamos haciendo. Tal vez no.
Abrazo imaginado.
-Sara O. Durán- Esperemos que dentro de dos o tres años podamos contarlo con las tranquilidad de que se he erradicado por completo.
Un abrazo
Si empiezan ahora a tener zonas libres de apretones de manos es que van con muchísimo retraso. Muy interesante lo que nos cuentas. En la actualidad, según las culturas, ese apretón era también diferente.
-Tawaki- Hay otras maneras de saludar, pero la nuestra es esta, y al menos antes se decía que un apretón de manos obligaba a ambas personas a cumplir el trato que hubieran hecho sin necesidad de firmar nada. En la actualidad, incluso en ocasiones ni firmando ante notario se cumple lo pactado.
No creo que dejemos de darnos la mano, pero tanta efusividad mediterránea, tan buena para el alma, se ha convertido en un problema con un virus 🙂
Un abrazo y feliz día
-Albada- Es cierto, nos relajaremos y nos olvidaremos. Y es que, un beso, un abrazo, un apretón de manos es muy cálido.
Un abrazo, lo mismo te deseo.
En realidad, ya no nos damos tanto la mano, pues las mujeres por lo general nos abrazamos, más o menos cariñosamente, y abrazamos también a los hombres. Unos días antes de que empezara la alarma, me presentaron a un señor y ocurrió eso tan violento de que yo le alargué la mano, él hizo intención de abrazarme, yo entonces lo abracé… dejando su mano extendida. Un jaleo…
-Senior citizen- Las normas protocolarias cuando pase la pandemia, de momento cambiarán un poco, pero luego seguro que nos relajamos y ya veremos que pasa.