En Broto y en lo alto de un monte, a una hora y media andando desde el pueblo, se encuentra la ermita de la Virgen del Morillo en muy buen estado de conservación.
Desde ella se puede disfrutar de una magnifica vista de la entrada al Valle de Ordesa y del Valle del rio Ara.
Construida durante los siglos XVII al XVIII, la festividad de la Virgen del Morillo es el día 1 de Mayo y todos los vecinos acuden a escuchar la Misa en semejante lugar, tienen que subir andando, ya que no hay pista adecuada ni siquiera para los todoterrenos, los menos suben a lomos de una caballería, pero la mayoría va a pie.
Desde la ermita hay dos senderos, que ya nadie cuida, uno va al camino de la fuente de La Caña y el otro al de la Sierra de las Cutas en Ordesa.
En la imagen final aparecen Broto, Fragen, Oto, el rio Ara y la urbanización de Nuevo Broto.
Imágenes cedidas por José Juan Pérez.
Que lugar tan hermoso. La primera imagen me encantó.
El valle se ve estupendo.
Jodo, qué chula, ya se ve que disfrutas
Dan ganas de perderse por allí un fin de semana. Se debe respirar tranquilidad y aire puro. Lo mejor para descansar de la ciudad…
Estoy preparando mis maletas….está decidido…….voy para allá a mis próximas vacaciones….jeje uyy cuánto quisiera que fuera verdad!!!!
Me gustaron las imágenes….
Demry
Mmm, promete la cosa.
Ahora que debo estar fatal de lo mío porque la primera foto…..
No me sale la primera y sobredimensionada imagen. Si una sinfonía de colores que no se amalgaman y produce la sensacion de un puzzle de pequeñas piezas diseminadas sin orden ni concierto.
Por el aspecto de la puerta, no cabe duda de su longevidad; y la panorámica que se contempla desde la toma fotográfica, impresionante.
Magda Todo el valle es precioso, allí está ahora una persona que tú conoces muy bien. Un saludo
m ; ) Unos por la playa, otros en la montaña y yo solo subo los fines de semana.
Iván Tranquilidad, aire puro y sin ruidos por la noche. Con la ventana cerrada y una manta que hace frio.
Demry No hacen falta maletas, solamente ganas de vivir. Por cierto creí haberte dejado un comentario en Una taza de café… pero no le daría al boton de enviar.
laMima No termino de entenderte, y eso que yo no soy de los que escogen bien las palabras
Frajayo Lo acabo de probar con el explorer y la veo bien, yo utilizo el mozilla, creo que a LaMima, le pasa igual, yo las veo bien, ahora acabo de probar con un portátil y sigo viendo bien la imagen.
Les envío algo desde Maracaibo, Venezuela, para ver si les gusta. Digo por si les gusta porque esn este blog se escriben cosas muy interesantes y lo mío no sé si estará al nivel. De todas maneras lo envío. Por si acaso, mi nombre es Nélcido Angel Chacín Fernández.
¿De dónde vienen las madres?
Cuenta la leyenda que el primer niño que vino al mundo era del tamaño de la cabeza de un alfiler. Como era tan diminuto, Dios lo colocó en el centro del jardín y se fue a seguir creando unos pájaros que tenía pendientes. Sucedió uno de esos días en que Papá Dios andaba más atareado.
El primer niño pasó su primera mañana bañándose en una lagunita que formó el rocío entre los pétalos de una flor. Ahí estaba disfrutando, cuando apareció una mosca que parecía muerta de hambre. Entonces comenzó a gritar: “¡Auxilio Papá Dios! ¡Corre, que una mosca quiere comerme!”.
Papá Dios salió corriendo y en un santiamén llegó al jardín. Espantó la mosca y lo volvió a tomar entre sus manos. Se sentó en una piedra y se quedó pensando: “Ciertamente que esta creatura es lo mejor que me ha salido en los siete días iniciales, pero no puedo permitir que siga dependiendo directamente de mí. Tengo que buscar una solución rápidamente si no quiero terminar estresado”.
Entonces se le ocurrió una idea genial: “¡Ah, ya sé, lo haré crecer del tamaño de una mosca para que se proteja de ellas”. Así fue como el primer niño llegó a medir un centímetro de estatura. Otra vez lo volvió a dejar en el jardín y se fue a cumplir sus tareas.
No había dado la vuelta en la esquina cuando se escucharon nuevamente los gritos: “¡Papá Dios, corre, que una araña va a comerme!”. De nuevo Dios regresó, espantó la araña y lo tomó entre sus manos. Esta vez decidió rápidamente, lo creció al tamaño de una araña, y se fue. Hubiera querido quedarse un poco más con él, pero tenía demasiadas cosas que hacer.
No había pasado media hora cuando la armonía del Paraíso volvió a romperse con los gritos del niño que llamaba como si lo estuvieran matando: “Papá Dios, corre que un lagarto me va a comer!”. El escándalo fue tal que Dios en verdad creyó que algo malo le pasaba. Así como estaba, con las manos llenas de barro y la túnica recogida hasta la cintura, salió corriendo sin mirar por dónde pisaba. En ese momento Abbá estaba creando los siete mares y los trece ríos más grandes del mundo, sin embargo, interrumpió su obra porque si hay algo a lo que no pueda resistirse, es al llanto de un pequeño. Siempre ha sido así y para muestra el incidente de ese día.
Cuando llegó encontró que ciertamente un lagarto se había introducido al jardín, pero era un animal inofensivo que buscaba hojas para alimentarse. De todas maneras lo retiró para que el Niño quedara tranquilo.
Esta vez no lo pensó mucho. Convocó a Jesús y al Espíritu Santo y se sentó con ellos a buscar una salida. Ahí estuvieron pensando y pensando hasta que el Espíritu inspiró la solución. Con voz solemne dijo:
– “Propongo que creemos un ser que lleve al Niño en su vientre mientras sea tan pequeño. Un ser que lo cuide de los animales y la gripe. Que lo traiga al mundo cuando haya crecido lo suficiente y lo alimente con su pecho. Que le dé calor mientras duerme y le cante canciones de cuna por las noches. Que le cuente historias y lo enseñe a valerse por sí mismo”.
Entonces vinieron las madres a traer una sonrisa del cielo a la tierra. Y el material con el que Dios las creó no fue barro, como hizo con el hombre, sino ternura, afecto, vigor y coraje. Desde entonces ellas se encargan de proteger a la humanidad y son tan importantes que hasta Dios quiso nacer de una de ellas.
Nélcido Chacín Gracias por el comentario, lo acabo de publicar en un post.
Subí allí por primera vez a los 5 años. Volví a los 23. Ahora con 25 pienso repetir. Magníficos parajes, magníficos recuerdos.
Gracias por difundir tanta belleza.