La vida es lo que tiene…
Un pobre paisano de una aldea de Pontevedra estaba acostado en su cama, con una enfermedad terminal, le quedaban pocas horas de vida.
De repente huele el aroma de la comida que más le gustaba: unas empanadas caseras de carne, recién hechas !
Para él no había nada mejor en el mundo que las empanadas de su mujer Cirila.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano dirigiéndose al comedor, empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de carne y cebolla que desde la cocina emanaba.
Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidas las suculentas empanadas doraditas, recién hechas y toma una, viendo que sus esfuerzos habían valido la pena, sería como su último deseo, cuando repentinamente… zás… siente un fuerte golpe de cucharón en la cabeza que merma sus facultades y casi lo hace caer presa de la debilidad de sus piernas.
Tratando de no desplomarse al suelo hace un giro para mirar hacia atrás, y alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole:
– Ni se te ocurra!!!. Que son pa’l velatorio…!!!
Recibido por correo. Gracias Luis.
😆 😆
Vaya animos que le da la galleguilla, al pobre hombre, en vez de decirle anda come que pa lo que te queda
Como semos las mujeres dando animos
Cómo se las gastan las gallegas!!! jiji. Yo conozco a una que es la bomba!
Un bico, como dicen por esas tierras
Celebes, Francha Menayo, Nalda Unos huevos fritos con jamón de Teruel y ahora que llega el frío unas migas bien aderezadas, unas magras con tomate… Eso también resucita a un muerto.
Claro que para frases célebres me remito a 1948 y no se escuchó en Aragón.
El doctor Alexander Fleming, descubridor de la penicilina, visitó las bodegas de Domecq en 1948. Pese a su timidez, esbozó una frase que quedó para la historia, refiriéndose a la levadura que forma la flor del vino. Dijo: “Yo he descubierto un hongo que cura a los enfermos, pero ustedes tienen otro que resucita a los muertos”
Un bico, un abrazo y un achuchón.
¡ORDEN EN LA SALA!
Cada cosa es pa lo que es.
toupeiro Bueno, el vivo al bollo… y el muerto al hoyo.
Un abrazo
Pero que cruel, pobre hombre!!!!!!!!!!!!!
Me ha entrado hambre con la descripción de los olores de carne y cebolla!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Magda Pobriño, pero al volver a leerlo también me ha entrado hambre.
Hayyyyyyyy, menudo cucharón me ha caído encima y es que mi mujer tampoco me deja que pruebe nada hasta la hora de comer, o cenar.