A raíz de un artículo publicado por Alas de Plomo me surgió la idea de publicar este post.
En la empresa en la que yo trabajaba existían unos impresos llamados Notificaciones, para denunciar hechos irregulares.
Uno de ellos que por cierto fue muy comentado en Zaragoza en el ámbito laboral, ocurrió de la siguiente manera.
En la instalación donde yo trabajaba en ese momento, existía un servicio de lo más anacrónico, una taza de water y un lavabo.
Los «jefes gordos» decidieron que para unas veinte personas que estábamos de plantilla en aquella estación, tenían que hacer unos servicios más modernos.
Para ello se tiraron unos tabiques y se preparó para tener dos urinarios, dos inodoros, dos lavabos y una ducha dotada de agua caliente.
Mi Notificación una vez concluida la obra, (yo me quedaba de cabeza de turco los meses de Agosto, al marcharse de vacaciones uno de mis compañeros) fué la siguiente:
Notificación a mi jefe inmediato: Una vez concluidas las obras disponemos de unos servicios maravillosos.
1º Tenemos dos lavabos preciosos, pero si se abre el grifo en ambos no sale agua por ninguno ya que en la toma general han utilizado una tubería del grosor de un palillo.
2º El espejo que nos han puesto es grande y muy luminoso, la pega es que al marcharse el instalador se haya caido y se haya roto. Estaba pegado con cuatro pegotitos de silicona y sin otro tipo de sujección.
3º La ducha con calentador incluida, es magnífica, que pena que el cable que debería de conectarse a un enchufe le falte un palmo y tengamos que ducharnos con agua fría.
Pero el resto creo que está perfecto, no obstante agradecería la presencia de un arquitecto para que compruebe que toda la instalación está según se ha especificado en el proyecto.
Firmado: Emilio Gil, -Encargado de equipo-.
Al día siguiente los gremios no cabían en el servicio, fontaneros, electricistas, cristaleros, todos querían subsanar los defectos comentados en mi Notificación y es que no hay nada más que escribir en plan muy, pero que muy serio para que todos te hagan caso.
El hecho es totalmente real, y la notificación me imagino que existirá todavía archivada en el cajón de las cosas serias.
ya me dirás como se consigue que te hagan caso tus superiores ¿Tienes poderes?
Oye que buena notificación. Además porque hablaste siempre de cosas positivas, claro, mencionando los múltiples defectos de la obra. Un beso.
Como siempre la ironía funciona entre gente inteligente. Lástima que en otro tipo de compañías la racanería domine sobre el buen hacer. Imagino que hay muchísimos lugares donde no se hace caso ni siquiera al «jefe inmediato».
Yo creo que tuvistes suerte, por lo general, ni amenazando con poner una denuncia te hacen caso, es más, ni siquiera poniéndola.
Hay mucho irresponsable. Pero tu carta, en cualquier caso, estuvo muy bien redactada, porque siendo queja parecía que era de agradecimiento. Ironía al cien por cien. Estuvistes fino, amigo.
¡Fina e inteligente ironía!, muy adecuada para lograr objetivos en el campo laboral, sobre todo, donde los jefes, por regla general, no admiten criticas.
La sutileza es un arma eficaz para las conquistas difíciles, en todos los órdenes.
Un besito cariñoso, sin ironía, porque no voy a pedirte nada.
Anda que se cubrieron de gloria los que hicieron la obra…
Me da que al jefe le sacarías los colores, eh? Me gustaría haberle visto por un agujerito mientras leía tu escrito 😛
Saludetesss!
Tengo otra carta preparada, que publicaré en breve, la tengo escrita en papel, y aunque hay varias más, una de ellas con notificaciones a lo largo del tiempo, desconocimiento de los jefes de que se hubiera denunciado el problema, fotocopias y fechas de las Notificaciones, casi caida de una estación… esa si que les debió de doler ya que se tuvieron que gastar un «pastón» de dinero para que el edificio no se fuera abajo, esta se quedará en el tintero.
Gracias a tod@s por vuestros comentarios.
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