Todos conocemos y hemos saboreado el café en sus distintas variedades, pero ¿conocemos quien fue la persona española que lo probó por primera vez?
El café es originario de Etiopía donde en el siglo XI se encontraron los primeros cafetos, el árbol del café, y se descubrieron las propiedades de las semillas encerradas en su fruto.
Incluso hay una leyenda sobre el origen del café, que seguro que todos conocemos.
Pero a lo que íbamos, la primera persona europea en probar el café, fue un madrileño en el siglo XVII que descubrió el café por pura casualidad, de nombre Pedro Páez Jaramillo pero seguro que el nombre no os resultará nada familiar.
Páez Jaramillo contó con una vida llena de acontecimientos, sobresaltos, viajes, torturas y aventuras que lo convirtieron, junto al padre Antonio de Monserrat, en el primer europeo en cruzar la región de Hadramaut, y el desierto Rub al Khali, en Omán y Yemen, sobreviviendo en condiciones infrahumanas.
Pero la historia de Páez Jaramillo se inició mucho antes, cuando decidió partir en 1588 a la edad de 24 años desde Lisboa a Goa, en India, sin saber que nunca más volvería a tierras españolas. Y es que, apenas un año después fue ordenado sacerdote, y decidió acudir a Etiopía, con la idea de llegar a Fremona, donde los jesuitas tenían a varios hermanos viviendo en condiciones pésimas desde hacía tres décadas.
Pero… siempre suele existir un pero en todas las vidas, todo se torció cuando fueron capturados por unos piratas, que los tuvieron siete años en cautiverio en Yemen, donde Páez empezó a conocer el café, «de forma casual», según se cuenta, y llegando a ser el primer europeo en escribir sobre aquella «rara bebida».
Ya en 1604, y nada más llegar a Etiopía, se produjo una de las mayores hazañas de Paéz Jaramillo, cuando logró que el emperador Za Denguel, impusiera en su territorio la fe católica.
Pero este proyecto de conversión no salió como se esperaba, ya que tres años más tarde, y debido a las prisas del emperador por implantar la religión que el madrileño -y hombre de confianza- le había transmitido, se produjo un levantamiento que se saldó con el derrocamiento a finales de 1607. En ese momento ascendió al trono el emperador Susinos.
Ese también estableció una fuerte amistad con Páez, llegando a ser uno de sus grandes confidentes, con el que se fue a descubrir el nacimiento del Nilo en 1618 tras viajar 100 kilómetros hasta el sur del lago Tana.
Al igual que intentó su predecesor, Susinios cayó embaucado por la religión que le contó el madrileño, hasta el punto de convertirse a él en 1622, siendo este uno de los grandes éxitos de Páez, que no pudo «disfrutarlo» ya que murió el 25 de mayo de ese mismo año en Gorgora, a orillas del lago Tana.
Créditos : Wikipedia, El Huffpost.
Bebida de gran aceptación en todas partes,
aquí primero la probó, Pedro Páez Jaramillo,
y luego, superados con el tiempo diversos descartes
se produjo el advenimiento del actual carajillo.
-Frajayo- Me ha gustado tu poema, casi tanto como el carajillo, pero me surge una duda, de whisky o de coñac…
– Jubi ¿y en Venezuela?
Teníamos un sustituto del coñac, era el ron, y ya sabes «a falta de pan, buenas son tortas».
Salió de Jamaica,
rumbo a Nueva York,
un barco velero,
un barco velero cargado de ron.
Hoy me has mantenido ocupada, he clicado en el enlace que me ha llevado a 2006 (veo que sigues teniendo la misma cafetera) y me ha encantado y luego la historia de hoy que a pesar de ser adicta al café no la conocía. Que curioso esa todo cuando se saben los orígenes y los motivos. Un abrazo
-ester- Esta cafetera tiene unos 50 años, era de las que «daban» en las Cajas de Ahorros metiendo una cantidad de dinero a plazo fijo de un año. Mi mujer dice que la jubilemos, pero yo no estoy por la labor, seguro que una moderna nos va a durar mucho menos que la actual.
No te imaginas lo que yo disfruto buscando información, además me siento muy realizado cuando consigo encontrar algo e incluso entrelazar con alguna otra historia que ya he publicado.
Un abrazo
No sabía la historia que cuentas hoy, ¿qué beberían antes en los países donde ahora el café es la norma? Recuerdo ver en documentales o películas ambientadas en la Guerra Civil Española que al no abundar el café tomaban malta tostada, aun hoy es una alternativa al café.
Feliz viernes.
-Magda- ¿Que se bebía antes del café?
Antes de conocer el café, los más acaudalados bebían leche recién ordeñada o vino por las mañanas. Los pobres se conformaban con agua o algo de cerveza, bebida que incluso era consumida por los niños, también tomaban chocolate.
Además de la cebada tostada existen otros cereales cuya infusión puede ser un excelente sustituto del café y aportarnos la misma energía que este, y sin efectos secundarios.
Saludos
En la posguerra, también se tomaba achicoria mezclada con el café.
-Senior citizen- En aquella época se tomaba más achicoria soluble que café, en la actualidad también puedes comprarla si así lo deseas.
Es una lástima que no se conozca la historia. Un beso
-Susana- Por eso me gusta divulgar estas cosas que puedo llegar a conocer gracias a internet.
Un beso
Tambien es reconocido este jesuita y misionero español por haber sido el primer europeo que llegó a las fuentes del Nilo Azul.
Saludos
-emilio- Exacto, Pedro Páez Jaramillo fue el asesor personal del emperador Susinos, con quién en un viaje, llegó a las fuentes del Nilo Azul en 1618.
Saludos
Se me hace raro que luego de tantos siglos de convivir y comercial islámicos y cristianos en la península, el conocimiento del café se haya «producido» tan lejos de estos territorios. Pero bueno, uno siempre da por sentadas cosas de las que sabe poco y nada.
Saludos,
J.
Es interesante conocer a ese primer catador de café, una de las bebidas más consumidas mundialmente.
Muchos besos.
-Montse- Hubo una época en la que me bebía unos seis cafés solos muy cortitos, por lo que me encontraba nervioso, intranquilo, eran servidos por italianos en Venezuela, tuve que moderar el consumo, ya que me subía por las paredes, hoy en día solamente bebo uno al día, a lo sumo dos y normalmente descafeinado, ya que si lo tomo normal después de las doce del mediodía, no duermo por la noche.
Besos
Vaya con Páez, todo un aventurero del que, hasta ahora mismo, no sabía nada. Menudo estímulo le daría el café para tirar p’alante.
-Una mirada…- No me extraña que convenciera a todos para pasarse al cristianismo, con los nervioso que estaría al tomar café, seguro que, por si acaso le dirían que les había contagiado su fe.