¿Qué ocurriría si juntáramos a niños de campo con niños de ciudad? – El Hormiguero
El programa ha juntado a niños que viven en dos lugares distintos de España para ver la manera en la que vive cada uno. Sus respuestas seguramente te sorprenderán.
¿Qué ocurriría si juntáramos a niños de campo con niños de ciudad? – El Hormiguero
El programa ha juntado a niños que viven en dos lugares distintos de España para ver la manera en la que vive cada uno. Sus respuestas seguramente te sorprenderán.
Qué monos los niños. Un beso
-Susana- Y que monadas hacen en ocasiones.
Un beso
Unos niños muy risueños, no se yo si en todos los pueblos un gallo te despierta y si todos se levantan a la misma hora, pero es entretenido el video. Un abrazo
-Ester- A mi edad 14 años, en el pueblo me despertaba mi tía, yo estaba más dormido que un oso en invierno.
Un abrazo
Hola, sin tanta tecnologia, los niños de pueblo disfrutan mas de la vida cotidiana que los de ciudad con tanta tonteria.
Besos.
-Piruja- De jovencito en verano y procedente de la ciudad yo en el pueblo realmente disfrutaba, mis tíos no tenían hijos y me tocaba trabajar, pero sinceramente era una gozada estar en contacto con la Naturaleza, caballerías, cerdos, gallinas, siega, trilla, huerto…
Besos
Cada uno está preparado para donde vive y la vida que lleva.
-Senior citizen- Hubo un tiempo que estaba preparado para la ciudad y el campo, claro que entonces las ciudades no se diferenciaban excesivamente del campo.
Mundos totalmente diferentes. Tú sabes cuál preferiría.
Abrazos.
-Sara O. Durán- Creo conocer perfectamente tus preferencias, aunque en mi caso trato de compaginar campo y ciudad.
Abrazos
No voy a negar que aún quedan niños que tanto la fruta, verduras, o la leche, crecen en los supermercados, pero son los menos, lo mismo que dudo que en pueblos donde hay niños con centro escolar y esto van a la escuela con normalidad no sepan de redes sociales y de internet.
Saludos
-emilio- En cierta ocasión, aquí en Broto, de esto hará unos 20 años, unos niños pequeños 4 y 5 años aproximadamente, vieron unas gallinas y le preguntaron a su padre, que qué bichos eran esos, el padre en voz muy baja les dijo que eran gallinas que ponían huevos, no llegué a oír nada más.
Evidentemente el vídeo es algo difícil de creer, aunque es más fácil que los de la ciudad sepas menos de los pueblos que al revés.
Saludos
Lo de los árboles es sintomático, un habitante de ciudad dice «árbol», una persona de ambiente rural dice «encina» o «roble» o «cerezo» o lo que corresponda.
En Youtube, en el canal TED que está subtitulado en un montón de idiomas, Jamie Oliver les enseña a unos niños un tomate, una patata… y algunos no saben lo que es pues solo lo han visto procesado.
Feliz viernes.
-Magda- Es cierto en los pueblos es más normal dar a los distintos árboles el nombre del tipo de árbol, cosa que en la ciudad no se distingue tan apenas.
En cuanto a los nombres de los frutos y la leche es muy normal que vengan del supermercado.
Feliz viernes
En conocimiento de las redes sociales no creo que haya diferencias y en el resto las disimilitudes se van acortando porque unas criaturas y otras viajan a ciudades y pueblos. Quizás las niñas y niños de campo no hayan ido nunca en metro (tampoco en todas las ciudades lo hay y habrá criaturas de ciudad que no lo hayan usado) pero sin duda saben qué es, aunque solo sea porque lo estudian cuando trabajan los medios de transporte.
-Una mirada…- Cada vez existe menos diferencia en conocimientos entre los de pueblo y las ciudades, esto hay que agradecerle a internet, aunque los más pequeños o ven mucha tele o serán los más perjudicados, suponiendo que no tengan móvil.
En mi niñez había mucha mayor diferencia entre unos y otros.
El experimento no es ninguna novedad, todos sabemos que los niños conocen su entorno y cada uno en el suyo sabe de que se habla. La pregunta que más me ha gustado es la del atardecer, la belleza que observa el niño del entorno rural me fascina.
Muchos besos.
-Montse- Como de joven viví en los dos ambientes ciudad y pueblo, no me extraña ninguna de las respuestas que dan. En una ocasión estábamos trillando y les dije a mis tíos que quería quedarme a dormir en la era, me quisieron quitar la idea, pero al final me dejaron unas mantas y me tuve que apañar, el reloj del campanario daba las horas y las medias y yo escuché hasta los cuartos, no fui capaz de dormirme y no repetiría la experiencia, pero vi el anochecer, el amanecer, escuché al gallo y creo que hasta el respirar de las caballerías.
Muchos besos
Pues a mi. francamente, no me sorprende. En la ciudades, actualmente, casi se perdió la buena y bonita costumbre de observar el entorno, ya se esté en un parque, en una feria, en las calles céntricas o en barrios, en una quincalla, (palabra andaluza), en la «plasa», Mercado de Abastos Municipal, (en finolis)…en los pueblos más pequeños o grandecitos llegó en internet, supongo, ambos están «informados», con sustanciales diferencias de costumbres, claro. Nosotros tuvimos una vivienda en una aldea, puedo asegurar que mis hijos aprendieron cosas muy interesantes que no vienen en los libros de textos, hasta un lenguaje desconocido en la gran ciudad…
Subir a los árboles y ver el nido de pajaritos, observar a las hormigas , insectos y bichejos varios. Les procuramos ampliar sus conocimientos, la disciplina de los estudios. Que jamás se quedaran con dudas, tenían que preguntar. Los abuelos, los mejores aliados en la infancia. Yo tuve la suerte enorme de conocer a los cuatro. Me inculcaron mucho y bueno…en definitiva, intentar aprender lo máximo posible y saber fomentar un capital valioso: la curiosidad, con ello no estoy diciendo que sea un cotilla ¡En el más positivo y noble sentido de la palabra!
Ya está por hoy, mi arma.
Un abrazo
-Mari Carmen Franconetti- Como le he comentado a Montse tampoco me sorprende ya que de joven los tres meses de vacaciones estudiantiles me mandaban al pueblo y logré vivir en los dos ambientes.
En el pueblo estaba mucho tiempo solo, con caballerías y observaba todo a mi alrededor y a las yeguas y sus recrios (potrillos) y nada más que los llamaba acudían a mi.
En cuanto a mis abuelos no conocí a ninguno de los cuatro.
Un abrazo
El video es simpático, pero me parece algo extremo. Y más en estos tiempos. Las redes sociales (que no son santo de mi devoción) también han llegado a los pueblos. Si me creo que no sepan nombrar los árboles o también lo del metro, pero no creo que haya tanta diferencia. Y en cuanto al sabor de la leche y otras cuestiones mencionadas, me cuesta recordar si tengo algún amigo que no tenga algún familiar, desde abuelos, hasta primos en los pueblos. No olvidemos que visitar el pueblo es una de las salidas vacacionales más naturales en verano. Y más con la crisis que tenemos. Un abrazo.
-Sabius- La comparación está algo forzada, pero si retrocediéramos en el tiempo 30 años, cuando el uso de internet no era común, seguro que acertaban plenamente.
Abrazo