Aunque muchos creen que el origen del cruasán o croissant es galo, lo cierto es que esta pieza de panadería de hojaldre es de origen austriaco.
Retrocedamos en el tiempo y vayamos al año 1683, el Imperio Otomano avanzaba por Europa y tras haber arrasado Constantinopla, los Balcanes y parte de Hungría, el ejército turco fijó su objetivo en Viena buscando la manera de atravesar las murallas de la ciudad, pero aún con un número mayor de tropas y soldados, no eran capaces de asediar al ejército austríaco.
Así que, recurrieron a la construcción de túneles subterráneos para introducirse en la ciudad, pero se olvidaron del trabajo nocturno de los panaderos. Dentro de una de esas noches de trabajo, los soldados otomanos trabajaban construyendo túneles para acceder a Viena que estaba rodeada de una muralla.
Para no ser descubiertos trabajaban sólo por la noche, pero no pensaron que los panaderos también trabajaban a esas horas. Estos oyeron el ruido que hacían los turcos con las palas y picos, y dieron la voz de alarma. De esta manera toda la ciudad y el ejército pudo repeler el ataque del invasor, que no tuvo más remedio que retirarse.
Como celebración de esta victoria, los panaderos crearon un bollo con forma de luna creciente, la misma que lucía en la bandera otomana. Por lo que el croissant simbolizó la manera de «comerse a un turco«, una dulce venganza llevada a cabo gracias a la inestimable colaboración de los panaderos vieneses.
Desde entonces el croissant invadió Europa y el mundo, hasta que los franceses lo hicieron «suyo», dándole la nacionalidad y oficializándolo con este nombre, además crearon su versión más hojaldrada. De hecho, la primera vez que se utilizó la palabra croissant fue en 1863 que aparece en el diccionario francés Littré. En Francia la primera receta se publicó en 1905 y la primera edición del Larousse gastronómico en 1938, ya incluye este famoso panecillo.
Hasta hace pocos años, en España, el croissant tenía forma de U y se elaboraba con margarina o manteca. Poco a poco fueron aumentando los amantes del croissant recto y hecho con mantequilla como se prepara en el país galo.
En nuestro caso los vamos a hacer todavía mas sencillos, con solamente dos ingredientes, masa de hojaldre y huevo.
Fuentes : Be Chef (Escuela de Pastelería), La Vanguardia, Martín Martín.
Yo pongo el café y tu el croisant, es de los dulces que mas me gusta. pero no todos a mi me gustan los que estan hecho con manteca. Gracias por la informacion. abrazucos
-Ester- Acepto, aunque si quieres puedo hacer los cruasanes algo mejores que este, ya que es excesivamente simple. En la red hay varias maneras de hacerlos en plan casero, aunque todos coinciden con el tipo de cortes que hay que efectuar para conseguir la forma de luna creciente.
Abrazos
Pues donde yo compro la bollería, son rectos, así que deben ser de mantequilla.
-Senior citizen- Los rectos al igual que los curvos pueden ser con mantequilla, con masa de hojaldre e incluso con masa de pan integral.
También se pueden elaborar con margarina en lugar de mantequilla, y admite multitud de rellenos: chocolate, crema pastelera, dulce de leche, mermelada…
… Y hasta jamón de York o queso.
-Senior citizen- Será así, yo no lo había oído.
No lo sé, pero solo la enumeración de los pasos a dar para elaborar tan preciada pieza digna y necesaria de figurar entre los elementos de un desayuno que se precie de tal, me agita los jugos gástricos…
-Frajayo- Anímate, a dejar en paz tus jugos gástricos y te preparas tu mismo los cruasanes que son muy fáciles de hacer, al café con leche te invito yo.
No conocía la historia. Gracias. Un beso
-Susana- Me alegra que la entrada haya servido de algo.
Un beso
Son deliciosos y los del vídeo parecen muy sencillos de hacer, aunque esos cuarenta minutos de horno los encarecen si no se hacen en fin de semana y en horario donde el consumo eléctrico es más barato.
-Una mirada…- Me gustan mucho los cruasán, pero si hay churros los prefiero, por supuesto recién hechos. Con respecto al tiempo de horneado también lo veo algo excesivo, aunque lo de 175º es más difícil de ajustar, al menos en el horno que hay en mi casa.