Este relato de Oscar Wilde nos sitúa en un pequeño pueblo en medio del bosque y frente al mar, donde vivía un hombre sabio que salía del pueblo cada mañana y por la noche regresaba para contar fantásticas historias a los lugareños que lo escuchaban atentamente.
Cuando volvía el hombre sabio le preguntaban insistentemente:
-Cuéntanos, ¿Qué has visto hoy?
A lo que él respondía con su voz suave y pausada:
-He visto a un fauno que tocaba una melodía hermosa con su flauta y con ella obligaba a bailar en círculo a un grupo de silvanos.
-Y qué más has visto? Preguntaban insistentemente los aldeanos al hombre sabio.
-He visto a 3 sirenas mientras me dirigía a la orilla del mar, todas ellas eran criaturas hermosas que peinaban sus verdes cabellos con un peine de oro.
Estas historias fascinaban a todos y cada uno de los habitantes del pueblo, desde niños hasta adultos e incluso a los viejos. Es por eso que todos los vecinos del pueblo lo apreciaban por encima de cualquier otro habitante.
Una mañana el hombre que contaba historias salió de nuevo hacia el mar y vio a tres sirenas en el filo de las olas, que peinaban sus largos cabellos verdes con un peine de oro.
Asustado, el hombre se dirigió de nuevo hacia el bosque para regresar a casa, y allí vio con sus propios ojos a un fauno que tañía delicadamente su flauta y con sus sonidos hacía bailar a un grupo de silvanos que se encontraban con él.
Cuando regresó al pueblo esa misma noche, todos los habitantes le preguntaron, como de costumbre, qué es lo que había visto, a lo que él contestó.
-No he visto nada».
Este relato corto de Oscar Wilde es uno de los más sorprendentes e imaginativos del genio irlandés, y nos habla de las apariencias, de la mentira y de cómo no siempre todo es lo que parece.
Qué original. Un beso
-Susana- Y que fantasía tienen algunos.
Un beso
Magnífico, en su momento fue famoso por su ingenio … y por sus obras claro. Abrazos
-ester- Lo mas curioso de los genios es que de vez en cuando, tienen ocurrencias y originalidades que no les vuelven a surgir nunca más.
Un abrazo
Hola Emilio, a veces la realidad sobrepasa la fantasía como le ocurrió al hombre sabio, triste final de su vida el que tuvo Oscar Wilde.
Besos.
-Piruja- Murió indigente en París, a la edad de cuarenta y seis años.
Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; solo puede vivirse.
Oscar Wilde
Besos
Conocía el relato y me ha encantado volver a leerlo en tu morada virtual. Wilde es otro de los ejemplos de cómo el puritanismo se ceba con los espiritus libres talentosos; si a ello se añaden sus problemas económicos y la meningoencefalitis que le arrebató la vida, tenemos el retrato de un literato al que la posteridad ha hecho justicia aclamándolo como uno de los grandes de las Letras.
-Una mirada…- Hay genios que fracasan en la escuela, aunque no es este el caso, ya que demostró ser un buen estudiante para las letras, no así para los deportes, que no pasó de ser un mediocre, pero se encontró con el problema de sus poses y amar a un joven noble, ya que la ley en aquel imperio de la reina Victoria castigaba la homosexualidad.
Cuando estuve en el cementerio de Père-Lachaise, uno de mis objetivos fue buscar la tumba de Oscar Wilde.
Yo iba buscando varias tumbas entre ellas, por nombrar una, la de Oscar Wilde, autor de «El retrato de Dorian Gray» que se encuentra protegida por un cristal de 2 metros, pero a mis acompañantes no les hacía gracia que fuera haciendo fotos así que en un momento determinado me dijeron que nos íbamos, pese a que había bastantes personas con las cámaras sacando todo tipo de fotos.
Comentario de unjubilado al visitar el mencionado cementerio.
Muy bueno este relato, tipo moraleja, de Oscar Wilde, no lo conocía. Me ha recordado la famosa fábula de Esopo «El pastor mentiroso» con aquella moraleja sobre las consecuencias de las mentiras.
Muchos besos.
-montse- Me acabas de recordar algo que desde hace muchos años me había olvidado completamente, el famoso ¡Que viene el lobo! cuento infantil de Esopo.
Muchos besos.