El dueño de una hípica vive con sus caballos por la crecida del Ebro.
Juan nos saluda desde su particular isla y haciendo de reportero nos enseña su hípica:»Para que veáis como se encuentra rodeada de agua», nos cuenta. Antes de la crecida, y muy previsor al saber que no iba a poder venir a dar de comer a los 50 caballos, se mudó a este lugar. «Las condiciones son muy duras, se pasa frío porque no está acondicionado para vivir», asegura, pero lo ha hecho de lo más acogedor.
«Hemos puesto unas camas, hemos comprado comida para un regimiento porque no sabíamos cuanto tiempo nos íbamos a quedar». De momento llevan cinco días, por sus caballos no piensa ceder. Vecino de Juan, Isidro, ahí lo ven. -¿A donde va?- ¡A echar a los animales de comer! Este marinero de Aragón se compró la barca con la primera riada, «la uso para estas ocasiones» nos dice con sorna y así alimenta a toda la fauna a su cargo. «Tengo ovejas, cabras, gatos, gallinas… y hay que venir todos los días» nos dice. Juan e Isidro son claros ejemplos que hacen bueno el refrán: «hombre precavido, vale por dos»
Fuente : Diario Sur
Para la próxima, se compran lanchas a motor…
-Senior citizen Con la frecuencia que se están dando las crecidas, no les vendría nada mal.
Y aquí, como hasta de los dramas sacamos punta, ya hay un meme (igual lo has recibido) donde aparece un yate surcando el Ebro, a su paso por el Pilar, y un lema donde se lee: «Este veranico, vente de vacaciones a la Riviera Maña«.
-Una mirada…- No, no lo había leído.
Qué buena gente. Un beso
-Susana- Y comprensibles personas.
Un beso
Cmo en el caso del pastor del otro post, esos caballos son el preciado patrimonio de ese señor y es lógico que busque salvarlos a toda costa. Quienes viven de las actividades agropecuarias son los mayores perjudicados por las avenidas de agua y ni siquiera las supuestas ayudas posteriores pueden paliar la pérdida en animales y tierra.
-Una mirada…- Y además de todo ello, tardan mucho tiempo en llegar a sus manos las ayudas prometidas.
Hombre precavido vale por dos.
Y también, «a mal tiempo, buena cara». Porque la predisposición de este señor es muy buena, ha hecho lo mejor que ha creído conveniente y de la mejor manera.
Un abrazo, Jubi.
-Contadora de Libros- Los dos refranes le cuadran perfectamente, pero es muy doloroso tener que abandonar a su familia, aunque sea momentáneamente para salvar a sus animales.
Un abrazo
Muy bueno que tuvo los medios y el ingenio y disposición para cuidarlos de esa manera.
Un abrazo.
-Sara O. Durán- Fue muy previsor.
Un abrazo